del Sitio Web KingsleyDennis
Ni de la tierra ni del mar/ Ni de este mundo ni del próximo/ Mi lugar no tiene lugar,
mi huella no tiene huella."
No obstante, puesto que actualmente existimos en una realidad física espacio-temporal, se diría que nos enfrentamos a un enigma.
En el primer ensayo de la trilogía [i] deliberaba sobre cómo a menudo sentimos un deseo de algo que aparentemente está "más allá de nosotros mismos", y la manera de proceder al respecto moldea el diseño de nuestras vidas.
Hablaba de que la "vida interior" reconoce que la naturaleza esencial del ser humano es la búsqueda de una comunión con algo más grande que nosotros. También, de que en nuestras sociedades aún no se ha cumplido con esa necesidad fundamental de una vida evolutiva con sentido.
En el segundo ensayo [ii] mencionaba que durante milenios diversas enseñanzas de sabiduría han operado dentro de la humanidad con el objetivo de afectar y alterar nuestro nivel de percepción individual, y a veces colectivo.
Y que hay muchos ejemplos de personas que experimentan estados alterados ya sea mediante métodos artificiales, sucesos impactantes y otras experiencias fortuitas.
La humanidad, señalaba, está involucrada en un camino de desarrollo evolutivo consciente, que induce capacidades tales como la imaginación creativa. Esos caminos, sugería, han recibido distintos nombres, siendo uno el camino o tradición perenne.
Pero independientemente de cómo se los denomine todos comparten fundamentos básicos similares.
Uno de ellos es la necesidad de
desarrollar un "ser integral" que, a un nivel, funciona como un
receptáculo equilibrado para la recepción y asimilación de impactos
y percepciones más sutiles, tal como comentaré en este ensayo.
El resultado de ello es que generalmente terminamos por percibir efectos secundarios y los consideramos como primarios.
Otro aspecto que comparten las tradiciones perennes es que la humanidad está psicológicamente desequilibrada - aquejada de mal-estar - [iii] porque la gente es incapaz de percibir no sólo quién es realmente sino además cuál es la verdad de su situación.
Un filósofo se refería directamente a ello como el terror de la situación. [iv]
El lenguaje común que a menudo se usa al respecto es referirse a la humanidad como si en gran medida estuviese "ciega" o "dormida" porque su capacidad latente superior esta subdesarrollada.
En el mismo contexto, con frecuencia el desarrollo de la percepción necesaria se denomina "despertar" y las tradiciones perennes, independientemente de su nombre externo, tratan de la ciencia de ese despertar.
En algunos aspectos estamos a merced de
nuestra psique, lo cual es crucial en el concepto de un ser
integral.
Es una forma de percepción que nos ha desconectado de un espectro de relaciones mucho más amplio y ha contribuido a un sistema de pensamiento - que incluye ciencia, religión, moralidad, ética, y más - que es, por decirlo de una manera simple, limitado y restrictivo.
Durante la historia reciente de nuestra especie, a la mayoría se nos ha privado de la herencia humana de una perspectiva holística, integral.
Esta es la razón por la cual muchas enseñanzas antiguas incluyen narraciones, cuentos, alegorías, y medios similares que sirven para estimular el funcionamiento izquierdo-derecho del cerebro, a partir del cual se activa la perspectiva integral o consciencia.
Según el filósofo y lingüista Jean Gebser, que estudió las estructuras de la consciencia humana, recientemente hemos cambiado de una época mental de la consciencia (lo que él asocia con la "decadencia de Occidente") a una estructura integral de la misma.
Esta nueva consciencia integral trae consigo una nueva relación con el espacio y el tiempo.
Dado el estado actual de nuestras tecnologías globales - comunicaciones y conectividad - lo que decía Gebser parecería una predicción profética.
Ahora, nuestra percepción de los acontecimientos en el espacio y el tiempo se ha ampliado para abarcar una perspectiva planetaria y una visión a "largo plazo" que comprende la necesidad tanto del mantenimiento ecológico como de la esperanza de vida de la especie humana.
Este último asunto se está manifestando en la actualidad en nuevas empresas que intentan fundar una colonia humana en Marte, [v] turismo espacial, [vi] así como recursos mineros fuera del planeta.
Esta consciencia integral,
sugiero, está cambiando las percepciones humanas desde un modelo
lineal, horizontal hacia uno más espacial.
Pero los tipos previos de estructuras de consciencia no fomentaban una participación consciente.
Las estrellas y los cielos giraban en sus órbitas más allá de la capacidad de participación humana.
Las estructuras previas de consciencia humana, a pesar de una inmensa imaginación creativa, permanecían en gran medida dentro de una perspectiva "horizontal" que representaba la relación primaria entre el individuo y su entorno (sociedad/naturaleza), como ilustra el siguiente diagrama:
Tal modelo lineal, horizontal de relación reflejaba una perspectiva limitada.
Aunque la mente humana reconocía, analizaba e interpretaba el cosmos no sentía una afinidad especial con él. No poseíamos una consciencia participativa.
El modo integral de consciencia que actualmente está llegando a predominar - dentro de una civilización tecno-cultural global - reconoce un espectro espacio-temporal más amplio.
Usando una expresión bien conocida, podríamos referirnos a ello como activar una "consciencia cósmica". Es decir, una perspectiva que percibe que la humanidad no está, y nunca lo ha estado, separada o desconectada de un contexto cósmico.
Así pues, la relación puede
interpretarse, si bien toscamente, como:
No sólo representa fielmente una
consciencia integral sino también la perspectiva que desde hace
mucho tiempo han ofrecido las tradiciones perennes de sabiduría.
Por esta razón, están familiarizadas con un rango de aprehensión que va mucho más allá del espectro de la percepción humana habitual, que se considera limitado y restrictivo, y que impide experimentar una dimensión significativa de la realidad que es lo que incumbe a las tradiciones perennes.
Dichas tradiciones reconocen que hay correspondencias intencionadas entre los patrones y procesos cósmicos y los eventos y aconteceres (impactos) en el planeta Tierra.
Además, esas tradiciones trabajan con el equilibrio y la armonía entre lo que es trascendente y lo que es terrestre:
Donde no hay armonía - gracia - no hay verdadera correspondencia.
Según las tradiciones perennes de
sabiduría, un sistema de correspondencias vincula no sólo
el
cosmos con nuestra propia existencia terrenal sino
también
diversas dimensiones de la realidad
que actúan de manera imperceptible para el ser humano no
evolucionado.
Es decir, es un cuerpo de conocimiento que subsiste a través de los seres humanos, y se transmite por medio de la humanidad y la cultura humana:
Y, aún así, la transmisión opera con una capacidad inherente a la humanidad:
La Tradición Perenne funciona tanto gracias a la transmisión socio-cultural como mediante transferencia cognitiva:
También puede decirse que la Tradición Perenne, y las personas que funcionan dentro de ella, están comprometidas con una actividad evolutiva.
La Tradición Perenne evoluciona
dentro de la gente y al hacerlo la ayuda a evolucionar.
Esas etapas, como aspectos de la Tradición Perenne, constituyen elementos del camino de la evolución humana que, a lo largo de los tiempos, han adoptado diversas formas o patrones y se han adaptado a las circunstancias socio-culturales.
No obstante, en su núcleo permanecen coherentes y eficaces.
La Tradición opera refinando la consciencia humana de manera que pueda funcionar conforme a una consciencia integral participativa, que corresponde al desarrollo dentro del ser humano individual de un ser integral.
La percepción conseguida a partir de una perspectiva integral es evolutiva y su panorama concierne a la "larga cola" [vii] del desarrollo humano sobre este planeta, otorgando al individuo una perspectiva única en cuanto al futuro a largo plazo a escala cósmica.
Como ya he mencionado en este ensayo, esto se ha denominado activar una perspectiva espaciotemporal más amplia que percibe que la humanidad no está, ni nunca ha estado, separada o desconectada de un contexto cósmico.
Un ser humano evolucionado - un ser humano integral - es tanto una necesidad como una parte inherente de nuestro potencial humano. Las Tradiciones Perennes existen - siempre han existido - para servir a este propósito.
No obstante, la cuestión ha sido si el
individuo elije buscar su guía...
Referencias
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