El
odio
Hablé un poco de esto, pero la ira y el odio son tristemente
aspectos dominantes de nuestra sociedad.
La
ira es como un fuego en nuestras almas, que nubla los ojos de
humo y ahoga las expresiones verdaderas. El sentimiento de enojo
es nauseabundo y totalmente destructivo. Después de pasar el
tiempo suficiente en la presencia del amor, el odio nos hace
sentir mal físicamente.
La
fuerza percibida que proviene de la ira, es vista como de una
dimensión y como improductiva.
Los
celos
Los celos es un descendiente directo del pensamiento
comparativo.
Nos
fijamos en lo que tenemos y hacemos comparaciones con otros.
Entonces juzgamos las dos partes de los elementos
superficiales. A medida que crecemos como personas y llenamos
nuestras vidas de amor y obras de compasión, dejamos de
preocuparnos por lo que otros tienen.
Reconocemos nuestros propios éxitos y fracasos como valiosos e
irremplazables. Esto hace valiosas y sin precio nuestras propias
‘pertenencias’ mentales y espirituales.
La
alegría unida a experiencias y seres queridos nos ha mostrado la
fragilidad de la búsqueda de objetos físicos. Al ver a otros con
una comprensión más profunda o una forma expresa con más fuerza
del amor, estamos contentos de haber sido testigo de ello.
Estamos llenos de alegría por el éxito de otros, porque todo el
mundo merece ser feliz.
El miedo al fracaso
Para usted poder construir su conciencia y preparar sus
herramientas de la atención plena, usted sin duda ha tropezado
más de una vez.
Pero
a medida que nos hacemos mayores y más sabios, tenemos cada vez
menos miedo de golpearnos las rodillas.
Sabemos que el daño del fracaso sólo se extiende hasta una
lección no aprendida. Damos la bienvenida a todas las
oportunidades de crecimiento y conocimiento.
Nuestras 'herramientas' no serían tan agudas si nunca hubieran
sido 'agudizadas', por el sufrimiento.
La
inseguridad
Esta hija del pensamiento comparativo es normalmente una de las
primeras formaciones negativas que nos dejan. La inseguridad no
puede prevalecer donde hay aceptación, amor y esperanza para el
futuro.
Recordemos que somos una forma perfecta y en constante evolución
de belleza.
Ansiedad
El futuro y el pasado no son más que misterios e historias.
No
permitimos que lo desconocido nos cause malestar. Lo hemos
enfrentado muchas veces y hemos sobrevivido para mejor.
La
venganza
Si alguien nos hace daño, el impulso natural en un momento es
de devolver el favor.
A
medida que conquistamos nuestras propias formaciones negativas,
llegamos a reconocer el dolor que alimenta los antagonistas en
nuestra vida. Nosotros no los odiamos, no queremos inyectar más
negatividad en el mundo.
Al mantenerse cuidadoso de los daños potenciales, los evitamos o
tratamos de salvarlos de la negatividad de sus acciones.