por Ruben Torres del Sitio Web LaCosechaDeAlmas
Muchos son los que miran
al cielo con añoranza, mirando a las estrellas, esperando hallar ese
vínculo primario con alguna de ellas. Quizás movidos por la
ignorancia de lo que somos, miramos a ese infinito buscando
desesperadamente algo que se nos mueva dentro, y nos sirva como
señal, para aventurarnos a crear un lazo emocional con ese lejano
brillo que titila en la inmensa oscuridad.
Volver a la fuente, volver a ser ese todo, complementado y participe creador del universo.
Tener en este regreso a casa el principio y el fin, del paseo por esta Tierra, llena de penurias y desvelos, un regreso donde no haya preguntas, ni respuestas, porque está todo dicho y todo es lo que es y esta como esta.
Fundido en un todo, que ya es más, que lo que jamás fueron, un tener, un ser, un estar.
Uno solo, que lo es todo,
y sobre todo, el lugar perfecto, para saciar la desazón que provoca
la incerteza actual, la total amnesia y la total incomprensión. Un
todo donde no hay perspectiva, ni duda, solo hay paz y comprensión.
Cualquier destino vale, siempre que sea cualquier otro, no guardan preferencias, ni filiación alguna, solo quieren Ser, en otro ser y otro lugar. Hay tanto para elegir, para explorar, para ver y tocar, que cualquier comienzo es perfecto siempre que sea nuevo y libre.
Esta opción me encanta,
porque no te predispone y no te limita, es casi perfecta, pero no
para mí...
Si he de ser sincero, no persigo volver a la fuente, ni al origen, tampoco quiero el abrazo fraternal de aquel que vuelve a casa, en realidad lo que más me atrae, lo que más me llama y más siento que necesito, es la nada...
Puede que sea por
cansancio, puede que por hastío, puede que no le vea final a todos
estos principios, pero lo que más desea mi Ser, es no Ser.
La individualidad, la
capacidad de crear o la interacción con el universo, no es algo que
este en mis futuros objetivos. Fundirme en la nada, Ser nada, y nada
Ser, no quedar, ni permanecer, no estar, ni tratar de evolucionar,
crecer o progresar.
El espacio entre los
espacios, la total y eterna eliminación, la muerte donde no hay
muerte, la energía sin reacción, la transparencia y la soledad de la
completa e inmensa nada.
Aún queda mucho trabajo aquí y eso requiere Ser todo lo que ahora no nos permiten Ser, sacar y aflorar todo, ser todo y completar ese todo, para crear la revolución que llene la nada que tenemos ahora. Sin memoria, sin origen, sin energía y sin conexión con el universo.
Si miras tus manos vacías veras lo que tienes y eres ahora, nada.
Lo que crees que eres es solo el conjunto de etiquetas e ideas que este sistema te dio y tú hiciste tuyos, un nombre, un número y un grupo de filiaciones a cosas que no comprendes, pero qué defiendes a capa y espada...
¿Cuál sería para mí la
diferencia?
La diferencia está en que
ahora sé que no soy nada, y mañana espero no saber ni eso.
Pero no es cuestión de motivación; muchos simplemente anhelan algo, anhelan y sienten esa falta de algo, que ni siquiera logran identificar.
Yo quizás también tenga
ese tipo de sentimiento indefinible, pero no es con algo concreto,
mi lugar, mi Ser, quiere no Ser, es mi principio y es mi final, un
lugar sin Dios, sin principios ni leyes, un lugar imposible
de llenar, un lugar donde la desintegración total de lo que soy es
la opción más cercana y real al origen del todo y eso es todo
lo que quiero Ser, nada...
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