Dedica usted su libro "a todas las personas
honestas que trabajan en la industria farmacéutica".
Hay en esta industria muchas buenas
personas a las que, al igual que a mí, les gustaría ver a sus
jefes máximos entre rejas.
Dicen que tuvo usted que hacerse un seguro
para cubrir las eventuales denuncias de las compañías de las que
usted habla en su libro.
Desde que publicó el libro el verano pasado,
¿ha recibido alguna denuncia?
Una vez que un libro se ha
publicado, ya es muy tarde para amenazar a alguien con abogados.
Y mi libro está tan bien documentado que no existe ninguna base
sólida para lanzar contra él ninguna clase de reclamación
judicial.
No ha habido ninguna demanda.
En el libro habla de su periplo laboral en la
industria farmacéutica, hecho poco conocido de su biografía.
Primero como comercial, luego en el departamento de marketing y
finalmente en un departamento médico, supervisando los estudios
y las solicitudes de registro de fármacos e indicaciones nuevas.
Me imagino que pensaría que allí estaría un
poco más al margen de las guerras comerciales. Sin embargo, su
experiencia indica que los departamentos médicos de las
compañías farmacéuticas transitan por líneas trazadas por
estrategias de marketing.
¿Eso sigue siendo así? ¿Queda entonces algo
fuera del alcance del mercado dentro de una farmacéutica?
Los departamentos médicos tienen hoy
en día muy poca libertad, y las investigaciones que llevan a
cabo tienen objetivos comerciales.
Así que en nuestros días cuesta
mucho decir en qué se diferencian los departamentos de marketing
de los de investigación clínica; de hecho, los vendedores suelen
hacer supuestos estudios cuyo objetivo único consiste en vender
más medicamentos.
El fundador
de Merk, George W. Merck, tenía como famoso lema "We try never
to forget that medicine is for the people. It is not for the
profits. The profits follow, and if we have remembered that,
they have never failed to appear. The better we have remembered
that, the larger they have been".
Eso fue en
1950. El lema sigue formando parte del
código de conducta de la empresa, y se cita en manuales y
másters de MBA como los core values de la industria
farmacéutica.
Sobre esos años John McKeen se hizo con la
presidencia de Pfizer.
Su
filosofía era diferente: "so far as humanly possible, we aim to
get profit out of everything we do".
Este pulso
entre responsabilidad social y acumulo de beneficios ha marcado
la historia de la industria farmacéutica, pero parece que lo
segundo ha ganado en los últimos 20 años.
Sólo cuentan los beneficios.
Diga lo que diga la industria en sus
campañas de relaciones públicas, lo único que interesa es vender
más medicamentos. Si a la industria farmacéutica le interesara
de verdad lo que le pasa a la gente, no usaríamos tantísimas
medicinas como usamos en la actualidad.
Nuestras sociedades sufren de una
enorme sobredosis. Y la responsabilidad de este problema recae
en el marketing, las mentiras que se dicen sobre los
medicamentos, y la corrupción.
¿"Torturar" las bases de datos para que
"canten" lo que uno quiere que salga es una práctica tan
extendida? ¿Tan fácil es manipular las estadísticas?
Todo el que haya llevado a cabo
ensayos clínicos sabe que puedes manipular los resultados de muy
diversas maneras, y eso, manipular los resultados, es lo que
hace la industria farmacéutica de manera rutinaria cada vez que
un tratamiento honesto de los datos no da el resultado exacto
que piden los de marketing.
En España llaman "talibanes" a los médicos
que no reciben a los comerciales de los laboratorios…
Me gustaría saber quién se atreve a
llamarlos así. En realidad es justo al contrario.
Son los médicos que sí reciben a los
visitadores los que están expuestos a gente cuyo trabajo
consiste en practicar el terrorismo contra el sentido común.
El papel de los denunciantes, que en España
llamamos 'soplones' (en inglés 'whistleblowers'), es fundamental
para destapar muchas de las tramas corruptas o delictivas en las
empresas.
En un estudio sobre orígenes del fraude de la
agencia
Association Certified Fraud Examiners se constató que muchas
de las denuncias de prácticas ilegales proceden de chivatazos, y
que la mitad de ellas proceden de los propios trabajadores.
Los expertos abogan por establecer leyes de
protección especial para los delatores y canales específicos de
denuncia, e inclusos recompensas a los soplones.
¿En la industria farmacéutica son frecuentes
los whistleblowers? ¿Disponen las compañías farmacéuticas de
canales y estatus protegidos que faciliten las denuncias?
Los delatores han denunciado muchos
casos de fraude, y esas personas son a menudo víctimas de un
destino terrible.
Tenemos que legislar de forma que se
proteja lo mejor posible a los que delatan las malas prácticas.
Los delatores son héroes que en muchas ocasiones han sido
denunciado formas de crimen organizado que provocó miles de
muertes entre los pacientes.
Las empresas farmacéuticas hacen
todo lo que está en sus manos para intimidar a los delatores,
porque no van bien al negocio.
Es lo mismo que hacen los gángsters
con quienes "cantan" ante la policía.
Si para combatir la mafia de las drogas y el
tráfico ilegal de armas se utilizan espías y sistemas de
inteligencia militar, ¿por qué no se utilizan para perseguir las
actividades delictivas de la industria farmacéutica?
La idea es interesante, y jamás se
me había ocurrido.
Usted propone también penas de cárcel para
los directivos de compañías que comentan actos de negligencia
imprudente y deliberada contra la salud pública.
¿Algún caso que usted conozca?
Existen unos pocos casos.
El riesgo
de terminar en la cárcel es uno de los pocos medios que podría
tener efectivos preventivos para los peores crímenes de la
industria farmacéutica.
Los altos directivos de esas
empresas se ven a sí mismos como ciudadanos respetabilísimos,
pero un criminólogo que entrevistó a muchos de ellos terminó
diciendo que eran unos cabrones sin principios.
¿Las otras industrias que operan en el
mercado de la salud - homeopatía, productos nutricionales,
artilugios tecnológicos, etc. - imitan las conductas delictivas
de las farmacéuticas?
No, o al menos no hasta el punto en
que lo hace la industria convencional.
La industria farmacéutica está en
los primeros puestos del ranking de industrias en cuanto a la
frecuencia de los comportamientos delictivos y de la gravedad de
esos delitos.
mmmm
En Japón hay un término, 'Yakugai', que
identifica concretamente los daños producidos por los
medicamentos que adquieren relevancia en la salud pública.
En su libro habla de una crisis de salud
pública provocada por un fármaco que se usaba para las diarreas,
el Enterovioform (clioquinol), que en los libros de la época se
aconsejaba para la diarrea del viajero.
A pesar de que había ya datos muy
contundentes a principios de los 70 que asociaban este fármaco
con una forma de afectación de los nervios de los ojos, no fue
hasta una década después cuando el fármaco fue retirado del
mercado, después de dejar tras de sí un reguero de miles de
afectados.
¿Por qué esperan tanto a veces las agencias
públicas en reaccionar?
Generalmente se afanan más por
proteger los intereses económicos de la industria farmacéutica
que los de la gente. Es muy triste, pero es cierto.
En
una revisión Cochrane detectaron resultados replicados del
mismo ensayo con el antipsicótico
olanzapina hasta en 142
publicaciones diferentes (revistas y resúmenes de congresos).
¿La misma mentira repetida 142 veces se
convierte en una verdad? ¿Inundar de publicaciones el mercado
científico es una estrategia de ventas?
Así es. Y aunque es un caso muy extremo, el
ejemplo de la olanzapina es muy típico.
La industria
farmacéutica utiliza el mismo método que empleó Joseph
Goebbels en la Alemania nazi, el mismo que emplean todos los
dictadores:
repite una y otra vez la misma
mentira, asegúrate de que eres la única fuente de
información accesible para la gente, y todos te creerán.
Es frecuente que las pruebas que
realiza la propia industria sean las únicas existentes, así que
no contamos con ninguna fuente independiente de información.
En su ya clásico "salón de la vergüenza de la
industria farmacéutica" cita 10 ejemplos de 10 grandes fraudes
promocionales cometidos por grandes farmacéuticas según el
volumen de las compañías infractoras.
Recoge casos hasta 2012. Si tuviera que
actualizar este listado con casos recientes, ¿cuáles incluiría?
No he conocido ni una sola empresa
farmacéutica que no cometa crímenes que forman parte de su
estrategia de negocio. Para mi libro elegí los diez más
importantes porque me iba mejor.
En plena crisis económica y financiera
mundial, entre 2007 y 2012, el
consumo global de fármacos ha subido un 32%. ¿Qué proporción
de este aumento del consumo es debido a las prácticas delictivas
que usted denuncia en su libro?
No puedo dar datos exactos, pero sin
duda es una gran proporción. Por ejemplo, la promoción off-label
(de usos no autorizados en ficha técnica), que es ilegal, y que
produce beneficios inmensos.
Según un reciente informe del IMS Institute,
el mercado mundial de fármacos seguirá aumentando en los
próximos años.
Las previsiones apuntan que lo hará en un 4%
anual en los próximos 3 años, empujado por los países emergentes
(el grupo BRIC - Brasil, Rusia, India y China).
¿Existen indicios de que estos países se
estén imitando las conductas fraudulentas que han cometidos
algunas empresas farmacéuticas en Europa y EE.UU.?
Siempre que el crimen paga, el
crimen seguirá creciendo, y en todas partes.
Es lo que hemos visto ocurrir, tanto
con las drogas ilegales como con las legales. Y debemos suponer
que esa criminalidad será más grave en países con una tradición
sólida de corrupción y falta de controles.
Por cierto, un inciso. ¿Qué le parece que el
mayor proveedor de datos sobre mercado farmacéutico global sea
una empresa privada como IMS Institute?
Todos los que tienen algún tipo de
participación en estas cosas comparten el interés común:
practicar un sobretratamiento de los ciudadanos de todas partes.
El
mercado de los ensayos clínicos se ha deslocalizado de una
manera brutal, desplazándose en la última década principalmente
a los países del Este de Europa y al Sudeste Asiático.
¿Hay
garantías en estos países de que los ensayos clínicos cumplan
unos mínimos requisitos éticos y legales?
Deberíamos estar muy preocupados
cada vez que se externalizan los estudios clínicos y se hacen en
países en los que la corrupción es práctica corriente.
Es bien sabido que se pueden comprar
los resultados de las investigaciones, y que se pueden
"negociar" los aspectos éticos y legales.
Por tanto, guarda relación la calidad de la
investigación biomédica con la calidad democrática de los países
donde se desarrolla.
Sí. Eso está bien documentado.
El mayor
mito que ha caído de mis altares al leer su libro es el de la
falta de eficacia antiinflamatoria de los antiinflamatorios
para, por ejemplo, tratar lesiones deportivas.
Me
recuerda a otra gran paradoja: la del escaso efecto protector
que tienen los considerados popularmente como "protectores
gástricos", los inhibidores de la bomba de protones.
Sin
embargo, la transmisión de estos falsos memes es más eficaz que
la mejor campaña publicitaria.
¿Pero
son casuales estos memes u obedecen a estrategias predefinidas?
Las mentiras de la industria
farmacéutica no son casualidad, en absoluto.
Son deliberadas y muy bien
planificadas. Los medicamentos anti-inflamatorios no esteroideos
son perjudiciales para las lesiones de los deportistas.
No sólo porque causan daños letales,
sino también porque retrasan la curación de esas lesiones y
porque al aliviar el dolor puede hacer que una lesión se agrave
o se convierta en crónica, dado que en esos casos los
deportistas empiezan demasiado pronto a reanudar los
entrenamientos.
Una de
sus propuestas es impedir a las farmacéuticas que informen sobre
los efectos de sus fármacos que no formen parte de las
indicaciones que estén aprobadas legalmente.
¿Limitaría esto el uso fuera de ficha técnica injustificado de
fármacos?
La estrategia preventiva más eficaz
que se me ocurre sería ilegalizar el marketing de los
medicamentos. Lo cual haría que los ejércitos de vendedores
fueran al paro.
A su
decálogo de mitos de la industria farmacéutica yo añadiría uno:
"los medicamentos que se ponen en el mercado responden
únicamente a las necesidades globales de salud de la población".
¿Tenemos
los fármacos que necesitamos?
Inventar enfermedades, que a menudo
ni siquiera son enfermedades de verdad, es muy beneficioso para
la industria. Produce más beneficios incluso que
inventar medicamentos.
Tenemos demasiadas medicinas, y las
utilizamos demasiado. Incluso en situaciones en las que las
intervenciones médicas sin medicamentos serían más eficaces y
seguras.
Hay muchas iniciativas a nivel internacional
que se han lanzado en los últimos años pidiendo mayor
transparencia en la investigación - AllTrials - conferencias
para analizar la prevención del sobre diagnóstico - Preventing
Overdiagnosis - revistas y organizaciones profesionales que
claman por poner límites a la medicina - Too Much Medicine del
BMJ, Less is More del JAMA Internal Medicine, Choosing Wisely
del American Board of Internal Medicine - etc.
¿Hay motivos para la esperanza?
Hemos llegado a un punto de cambio
porque ahora la gente empieza a comprender que
la industria
farmacéutica ha alcanzado demasiado poder, y nos sale demasiado
cara.
En términos monetarios, pero también
porque son demasiadas las muertes y los daños permanentes
inducidos por los medicamentos.
Antes de que se publicara mi libro
ya habían sido publicados otros muchos que criticaban también a
la industria de los fármacos. Por eso me ha sorprendido tanto el
impacto que ha tenido mi libro.
Doy muchas conferencias por todo el
mundo, tanto para profesionales de la sanidad como para no
especialistas.
Muchos canales de televisión han
realizado, o están preparando, documentales, basados en mi
libro. Desde mi punto de vista, eso tiene que ver con ese cambio
de actitud. La gente está harta.
Como mi libro contiene referencias a
más de 900 medicamentos, las muchísimas verdades inconvenientes
que he documentado no pueden seguir siendo ignoradas.
Al acabar
de leer su libro, a mí como clínico me dan ganas de cambiar
muchas prescripciones de fármacos por recetas de leer libros.
¿El
ansia de saber tiene propiedades terapéuticas? ¿Alguna revisión
Cochrane al respecto?
Que yo sepa, no hay ninguna
publicación de Cochrane al respecto, pero estoy de acuerdo en
que la lectura puede ser beneficiosa para muchas cosas,
incluidos los problemas de salud.
No hay nada mejor que leer si te
cuesta conciliar el sueño, y su efecto no desaparece al cabo de
dos semanas, como le pasa a la gente que toma pastillas para
dormir.
Además, al día siguiente no tienes
resaca. Ni aumenta el peligro de que tengas un accidente de
coche. Ni crea la dependencia que producen los somníferos.
Hace decenios que no he tomado ni
una sola pastilla para dormir, y en mi casa no hay nunca
pastillas de esas.