por Guillermo Carvajal
12 Mayo 2017
del Sitio Web
LaBrujulaVerde
Casa de dragones del Monte Oque
foto Klaus Norbert en Wikimedia Commons
A estas alturas parece imposible que edificios antiguos tan grandes
como las casas de dragones de la
isla griega de Eubea no hayan
podido ser datados, y que no se sepa prácticamente nada sobre ellas.
Las
casas de dragones (en griego
Drakospita) son 20 grandes edificios repartidos por el sur de la
isla de Eubea, la sexta más grande del Mediterráneo, situada frente
a la costa oriental de la Grecia continental.
Son construcciones rectangulares a base de enormes piedras, del tipo
conocido en la antigüedad como ciclópeo, colocadas unas sobre otras
sin ningún tipo de mortero o argamasa.
Los espacios entre ellas
se rellenan con otras piedras de menor tamaño, y el techo se cubre
con placas de piedra igualmente grandes dejando un hueco para la
entrada de luz (o para la salida de humo del hogar o la vista de
estatuas de deidades en el interior, según las interpretaciones).
Las mejor conservadas son la del
Monte Oque, en el extremo sureste
de la isla y a unos seis kilómetros al norte de la localidad costera
de Caristo; y las tres de Palli-Lakka, en la zona de las antiguas
canteras de mármol en el Monte Kliosi.
Se las denomina casas de dragones no porque su construcción
se atribuya a estos animales mitológicos, sino porque la tradición
local atribuía a sus desconocidos creadores poderes sobrehumanos,
dado el tamaño de los bloques de piedra.
Vista de la casa de dragones del Monte Oque
foto
Shutterstock
Aunque fueron descritas por primera vez a finales del siglo XVIII
todavía hoy se carece de una datación exacta de los edificios.
Algunos especialistas
opinan que pueden remontarse al siglo VII a.C., siendo los
precursores de los posteriores templos griegos. Otros los consideran
construcciones defensivas de época helenística, del siglo III-IV a.C.
Su descubridor fue el geólogo británico John Hawkins, que
ascendió al monte Oque (1.398 metros de altitud) el 21 de octubre de
1797.
Allí encontró una
construcción que inspeccionó y de la que realizó dibujos y esbozos,
llegando a la conclusión de que debía ser más antigua que los
templos clásicos.
Interior de una de las construcciones de Palli-Lakka
foto
Klaus Norbert en Wikimedia Commons
En los años siguientes numerosos arqueólogos visitaron el lugar,
como Heinrich Ulrichs, quien publicó una monografía al
respecto en 1842.
El francés Jules
Girard llegó diez años después, recogiendo ya descripciones de
las construcciones de Palli-Lakka. Todos ellos apuntaron las
similitudes con las construcciones micénicas de Tirinto y Micenas,
especialmente en la configuración del techo.
Así se las consideró
hasta que Theodor Wiegand estableció en 1896 que no tenían
ninguna relación.
Y ya en tiempos más recientes las principales investigaciones son
las de los norteamericanos Jean Carpenter y Dan Boyd.
Vista de la puerta desde el interior en el Monte Oque
foto
Klaus Norbert en Wikimedia Commons
El edificio del monte Oque está situado a 1.386 metros de altitud y
tiene unas dimensiones de 12,7 por 7,7 metros, con una puerta en el
centro del muro sur, de 2 metros de altura por uno de ancho y
coronada por un enorme dintel de 10 toneladas de peso que sobresale
por encima de ella, y pequeñas ventanas a los lados.
Los muros tienen un espesor medio de 1,4 metros, adecuado para
soportar el pesado techo de piedras, y el interior se eleva hasta
los 2,4 metros.
La superficie de la
construcción es de 48 metros cuadrados y todo el piso estaba
igualmente recubierto con paneles de piedra.
Las tres construcciones de Palli-Lakka son muy similares en
dimensiones a la del monte Oque, pero los muros son menos gruesos,
de tan solo 1,1 metros de media.
Los bloques de piedra
utilizados son de menor tamaño y, en general, el estilo es más
rústico, menos elaborado y posiblemente más antiguo.
Vista superior de la casa de dragones del monte Oque
foto
Klaus Norbert en Wikimedia Commons
No existe en las fuentes antiguas absolutamente ninguna referencia a
estos edificios, por lo que toda la información disponible al
respecto procede de las leyendas y el folklore de las zonas donde se
encuentran.
Las excavaciones llevadas a cabo en 1959 en el edificio del monte
Oque sacaron a la luz fragmentos de cerámica de época helenística y
algunas cerchas, en una de las cuales hay un pequeño texto en una
escritura desconocida, que hoy se guardan en el museo arqueológico
de Caristo.
Entre 2002 y 2004 investigadores del departamento de astrofísica de
la Universidad de Atenas estudiaron la orientación de la casa del
monte Oque, llegando a la conclusión de que coincidía con la
aparición en el firmamento de Sirio hacia el año 1100 a.C. y
apuntando una posible función como observatorio astronómico.
A falta de una investigación más exhaustiva, las casas de
dragones continúan siendo un pequeño misterio para los
arqueólogos.
Bien podrían ser la clave
para entender la evolución de la arquitectura griega posterior, o
por el contrario simples refugios de pastores anteriores a la
conquista romana.
Fuentes
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