06 Mayo 2016
del Sitio Web
ElRobotPescador
Un artículo en la Web nos pone sobre la pista del último peligro
para la salud pública creado por Monsanto y del que se habla
relativamente poco, aunque ya lleva un tiempo entre nosotros.
Se trata de los herbicidas ARN.
Quién más quien menos conocerá la agria polémica que rodea al
componente principal del producto estrella entre los herbicidas
de Monsanto, el glifosato,
contenido en el
herbicida comercial RoundUp, que ya
ha sido nombrado como el herbicida más utilizado en la historia.
Las personas más o menos informadas ya conocerán las críticas al
glifosato, un producto cancerígeno y potencialmente tóxico, que el
gigante de la agrotecnología expande por el planeta sin que nadie
consiga pararle los pies, a pesar de que incluso la Organización
Mundial de la Salud lo clasificara como "posible carcinógeno".
Pues bien, mientras los activistas siguen obsesionados en luchar
contra la utilización del glifosato, Monsanto está recurriendo a
otras atrocidades genéticamente modificadas, como los pesticidas
ARN.
Recordemos que básicamente el
ARN (ácido ribonucleico), es
utilizado por las células para transferir información vital durante
la síntesis de proteínas (producción de las proteínas que necesita
la célula para sus actividades y su desarrollo).
Pues bien, tal y como
explica Monsanto, este nuevo tipo
de pesticidas utilizan lo que se conoce como "interferencia del
ARN":
La interferencia de ARN (ARNi) es un
proceso natural que las células utilizan para rechazar o
suprimir la actividad de genes específicos.
Esto se hace a través de la
capacidad natural de la célula de leer las instrucciones de ARN
dentro de la célula y luego "decidir" si desea procesar las
instrucciones o no.
Como resultado, el proceso puede rechazar o detener la
producción de una proteína específica, de forma parecida a como
se acciona un interruptor de luz.
Este proceso celular fue descubierto en la década de 1990 y la
investigación adicional en dicha área llevó a los Dres. Fire
y Mello a ganar un Premio Nobel por su trabajo en 2006.
Su trabajo premiado, y la de un sinnúmero de otros científicos,
ha abierto muchas nuevas áreas de investigación en la salud
humana, animal y vegetal.
Bien, así es como nos lo vende Monsanto:
una tecnología maravillosa, que
automáticamente relaciona con "avances en el área de la
investigación" y con los "premios Nobel", para que cualquier
persona que se atreva a criticar los peligros para la salud de
este procedimiento, quede como un retrógrado supersticioso y un
cazurro ignorante.
Pero si nos fijamos bien en la
exposición de Monsanto, lo que hace es contarnos los que es la
"interferencia de ARN", pero en ningún caso nos expone los efectos
de la aplicación de tecnología que utiliza este proceso celular.
Por supuesto, la tecnología es utilizada para silenciar genes en los
insectos que se alimentan de los cultivos, pero como ya viene siendo
habitual en las prácticas de la agroindustria, no aportan ni una
sola prueba que demuestre que los pesticidas ARN no van a silenciar
los genes de destinatarios no deseados, como otros componentes de la
vida silvestre o los propios seres humanos.
De hecho, el profesor de la Universidad de Canterbury, Jack
Heinemann, publicó los resultados de una investigación genética
(A Comparative Evaluation of The
Regulation of GM Crops or Products Containing dsRNA and
Suggested Improvements) llevada a cabo en el
trigo transgénico de Monsanto, que mostró sin "ninguna duda", que
moléculas creadas en el trigo, que tienen el objetivo de silenciar
genes para cambiar su contenido de hidratos de carbono, puede
afectar a genes humanos y potencialmente silenciarlos.
Jack Heinemann
Según el análisis de Heinemann, el silenciamiento del ARN provocado
por estos pesticidas ARN, están alterando las características
nutricionales de los cultivos, y pueden dar lugar a cambios
significativos en la forma en que la glucosa y los hidratos de
carbono se almacenan en el cuerpo humano, causando resultados
potencialmente letales.
video
Heinemann informó que su investigación reveló más de 770 páginas de
posibles coincidencias entre dos genes transgénicos en el trigo y el
genoma humano.
Más de una docena de coincidencias eran,
"suficientes para causar el
silenciamiento de genes en sistemas experimentales", dijo.
Múltiples estudios científicos ya
advierten de los potenciales peligros de estas técnicas y de la
necesidad de incrementar los estudios científicos antes de
comercializar estos productos basados en el ARN de interferencia.
Uno de estos estudios, concluye que los riesgos del ARN de
interferencia utilizado en estos nuevos pesticidas genéticos, lo
conlleva el conocido como Micro ARN (miARN).
El microARN consiste básicamente en pequeños fragmentos de ARN que
interactúan con los genes, esencialmente, provocando la suspensión
de ciertos genes para que no se expresen.
Este Micro ARN se puede encontrar de
forma natural en los fluidos corporales humanos.
Sin embargo, el microARN también existe en las plantas, y las
investigaciones han demostrado que el consumo de las plantas
equivocadas puede transferir el microARN de las plantas a los seres
humanos, con consecuencias potencialmente devastadoras.
Un estudio (Exogenous
Plant MIR168a Specifically Targets Mammalian LDLRAP1 - Evidence of
Cross-kingdom Regulation by microRNA), publicado en 2011,
determinó que el microARN de alimentos vegetales cocidos como el
arroz, el trigo y las patatas, puede acumularse en la sangre y los
tejidos, dando lugar a una serie de posibles problemas para la
salud.
El estudio reveló además que el microARN permanece completamente
estable no sólo después de que se cocinen los vegetales, sino
también tras todo el proceso de digestión.
Fuente
Lo más importante es que los investigadores encontraron una cantidad
significativa de microARN en el cuerpo humano, concluyendo que:
"…los fragmentos de Micro ARN de
plantas son adquiridos principalmente por vía oral, a través de
la ingesta de alimentos".
Ha sido ampliamente demostrado que el
MicroARN altera muchos procesos biológicos críticos, incluyendo la
apoptosis (el proceso de muerte
celular programada y fragmentación del ADN).
Como resultado, la desregulación de
microARN se ha relacionado con el cáncer y otras enfermedades.
Además, el microARN de las plantas, interfiere con el microARN
humano mediante la imitación y unión a los receptores y también,
potencialmente, a través de alteraciones en la expresión génica.
De nuevo pues, nos encontramos ante el mismo problema:
tecnologías que se desarrollan y se
aplican directamente, sin estudiar a fondo los posibles efectos
negativos (o incluso devastadores), que dichas tecnologías
pueden tener no solo sobre otros seres vivos o sobre el medio
ambiente, sino sobre la salud de los seres humanos.
Así que Monsanto ya dispone de un nuevo
veneno contra la humanidad que añadir a su arsenal y que cada vez
utiliza con más intensidad.
Después de desarrollar,
...ahora puede provocar daños en
nuestros genes con sus pesticidas ARN, para hacer crecer aún más su
imperio de 47.000 millones de dólares en detrimento del medio
ambiente y la salud de todos…
Fuentes
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