19
Febrero 2017
del Sitio Web
ElRobotPescador
Crece la preocupación por un posible "incidente" nuclear, hasta
ahora no comprobado, en las cercanías del círculo del Ártico.
En enero se detectaron pequeñas cantidades de yodo radiactivo de
origen desconocido en grandes extensiones de Europa según un informe
del Instituto de Protección Radiológica y Seguridad Nuclear,
el organismo público nacional francés en riesgos nucleares y
radiológicos.
Dado que el isótopo tiene una vida media de sólo ocho días, la
detección indicaría una liberación de radiación bastante reciente.
Lo peor del asunto, es que, según el informe, se desconoce el origen
de esta radiactividad.
Fuente
La estación de filtros de aire de Svanhovd, ubicada a unos pocos
cientos de metros de la frontera de Noruega con la península de
Kola, en el norte, fue la primera en medir la cantidad de
Yodo-131
radiactivo en la segunda semana de enero.
Poco después, se midió el mismo isótopo en Rovaniemi, en la Laponia
finlandesa.
En las dos semanas
siguientes en,
-
Polonia
-
República Checa
-
Alemania
-
Francia
-
España,
...se registraron rastros
de radiactividad, aunque en pequeñas cantidades.
Noruega fue la primera en medir la radioactividad, pero Francia fue
la primera en informar oficialmente al público sobre ello.
"El yodo-131, un
radionúclido de origen antropogénico, se ha detectado
recientemente en pequeñas cantidades en la atmósfera europea a
nivel del suelo.
El informe preliminar
afirma que se encontró por primera vez durante la semana del 2
de enero de 2017 en el norte de Noruega.
Posteriormente se
hallaron rastros en Finlandia, Polonia, República Checa,
Alemania, Francia y España, hasta finales de enero", sostiene el
comunicado de prensa del Instituto de Protección Radiológica y
Seguridad Nuclear (IRSN).
No obstante, según
sostiene Astrid Liland, jefa de la Autoridad Noruega de
Protección contra la Radiación, los niveles de radiactividad no
implican riesgos para la salud y no comporta ninguna preocupación
para los humanos ni el medio ambiente.
Lo sorprendente, sin embargo, es que las autoridades no sean capaces
de determinar el origen de esta contaminación por yodo-131.
Como informa el medio Barents Observer, el yodo-131 en el aire
podría tener su origen en un incidente con un reactor nuclear. El
isótopo es también ampliamente utilizado en medicina y con ese
propósito, muchos países alrededor del mundo lo producen.
Todos los explotadores de reactores nucleares o instituciones que
utilizan Iodo-131 para fines médicos tienen detectores para
liberaciones externas de radioactividad.
En otras palabras, como
concluye el Barents Observer:
"Alguien por ahí debe
saber porqué la radioactividad se extendió por Europa".
Las instalaciones nucleares de la Europa septentrional, donde se
descubrió por primera vez la radiactividad, incluyen centrales
nucleares situadas en Finlandia, Suecia y Rusia, además de buques de
propulsión nuclear en la península de Kola, en Rusia, y en el área
del Mar Blanco.
La fuente también podría provenir de instalaciones aún más alejadas.
EL ENVÍO DE UN
AVIÓN QUE MULTIPLICA EL MISTERIO
Por último, añadir un elemento que aún multiplica más el aire de
misterio alrededor de este supuesto "incidente" nuclear:
la
detección del "Constant Phoenix", una aeronave que llegó el viernes
17 de febrero a la base aérea británica de Mildenhall, tras despegar
de Florida.
Como explica la Web especializada
Aviationist, el WC-135 "Constant
Phoenix" se ha utilizado en el pasado para determinar si se han
producido ensayos nucleares o detonaciones en una región
determinada.
El WC-135 es un derivado del avión de transporte y soporte Boeing
C-135.
Dos de estos aviones
siguen aún en servicio, de los diez ejemplares operados desde 1963.
Los aviones son pilotados por las tripulaciones de vuelo del
Escuadrón de Reconocimiento 45 de la Base de la Fuerza Aérea de
Offutt, mientras que las tripulaciones de misión son atendidas por
el Destacamento 1 del Centro de Aplicaciones Técnicas de la Fuerza
Aérea de EE.UU.
El WC-135, conocido como "sniffer" o "weather bird" por sus
tripulaciones, puede transportar hasta 33 personas.
Sin embargo, las
tripulaciones son mantenidas al mínimo número posible durante los
vuelos de misión, con el fin de disminuir los niveles de exposición
radiactiva.
Los gases efluentes son recogidos mediante dos unidades de succión
situadas en los costados del fuselaje, que a su vez atrapan las
partículas de lluvia en sus filtros.
Las tripulaciones de misión analizan los residuos de la
precipitación en tiempo real, ayudando a confirmar la presencia de
precipitaciones nucleares y posiblemente determinar las
características de la ojiva involucrada.
Es por eso que la
aeronave sería determinante para confirmar la existencia de alguna
posible explosión nuclear de prueba, o un incidente nuclear de
cualquier tipo.
Además del monitoreo de pruebas nucleares, el WC-135 también se
utiliza para rastrear la actividad radiactiva, tal y como sucedió
después del desastre de la planta nuclear de Chernobyl en la Unión
Soviética en 1986 o tras el
incidente de Fukushima en 2011.
Hasta el momento no ha habido ninguna declaración oficial de ninguna
entidad que proporcione más detalles sobre el aumento de los niveles
de yodo, ni una explicación de los militares de EE.UU. del porqué
esta aeronave ha sido enviada a Europa.
Fuentes
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