por Felipe Espinosa Wang.
18 Mayo 2022
del Sitio Web
DW
Información enviada por JHGP
La piedra Hypatia
podría
ser la primera prueba tangible en la Tierra
de una
explosión de supernova de tipo Ia.
El
profesor Jan Kramers (foto) es el autor principal.
Un
extraordinario meteorito es el primer
resto terrestre
de una rara supernova,
según una
investigación.
Si la afirmación
es correcta,
la roca podría
poner en entredicho
teorías sobre la
formación del sistema solar.
Las explosiones de
supernovas de tipo Ia son algunos
de los acontecimientos más energéticos del Universo, que ocurren en
sistemas binarios (sistemas de dos estrellas que orbitan entre sí)
en los cuales una de las estrellas, una enana blanca, subsume a otra
estrella.
Ahora, investigadores de la Universidad de Johannesburgo y de otras
instituciones han reunido nuevos datos químicos "forenses" que
indican que la
piedra llamada Hypatia, procedente
del desierto egipcio, podría ser la primera prueba tangible
encontrada en la Tierra de una explosión de supernova de tipo Ia,
según un
comunicado de prensa publicado por
la institución.
Si la afirmación es correcta, la roca es un tesoro científico que
podría poner en entredicho nuestras teorías sobre la formación del
Sistema Solar y aportar nuevos conocimientos sobre algunas de las
mayores explosiones del universo.
Piedra
Hypatia, descubierta en 1996
La piedra Hypatia, llamada así por la matemática y filósofa del
siglo IV, fue descubierta por primera vez en el suroeste de Egipto
en 1996.
Apenas del tamaño de un
guijarro y con un diámetro de apenas 2,5 centímetros, se descubrió
que no formaba parte de ningún meteorito conocido que se hubiera
extraviado, sino de algo totalmente distinto.
Desconcertados y fascinados por la diminuta piedra, Jan Kramers y
Georgy Belyanin, de la Universidad de Johannesburgo, pasaron casi
una década descubriendo los secretos de Hypatia.
Y ahora, el equipo puede
haber llegado finalmente a una conclusión, según The Weather
Channel.
Su hipótesis sobre el origen de Hypatia se basa en signos
reveladores, como la composición química y el patrón de la roca.
Los científicos
concluyeron así que la piedra procede de una enorme estrella gigante
roja que colapsó en una estrella enana blanca dentro de una
gigantesca nube de polvo llamada nebulosa.
Estas dos estrellas crearon entonces un sistema binario en el que la
estrella enana blanca acabó "comiéndose" a la otra estrella,
explotando además como una supernova de tipo Ia dentro de la nube de
polvo, según reporta
Interesting Engineering.
El estudio, que analizó todos los posibles sospechosos cósmicos del
origen de la piedra utilizando pistas químicas, sugiere así que los
fragmentos contienen trozos de la nube de polvo y gas que rodea a
una supernova Ia, la más rara de las supernovas.
Explosión de
supernova Ia 'in fraganti'
"En cierto sentido,
podríamos decir que hemos 'cazado' una explosión de supernova Ia
'in fraganti' porque los átomos de gas de la explosión quedaron
atrapados en la nube de polvo circundante, que acabó formando el
cuerpo matriz de Hypatia", afirma Jan Kramers, autor del
estudio, en el comunicado.
Según los científicos, a
lo largo de miles de millones de años, esa mezcla de polvo y gas se
habría convertido en un sólido, formando el cuerpo madre del que
procede Hypatia en algún momento cercano a la aparición de nuestro
sistema solar.
Desde su muy lejana creación, la roca madre de Hypatia finalmente se
dirigió hacia la Tierra y su entrada en la atmósfera de nuestro
planeta hizo añicos la roca madre y dio lugar a la piedra Hypatia
encontrada en el desierto egipcio
Evidencia
tangible de una explosión de supernova
"Si esta hipótesis es
correcta, la piedra Hypatia sería la primera evidencia tangible
en la Tierra de una explosión de
supernova de tipo Ia.
Tal vez sea
igualmente importante que demuestre que un 'paquete' anómalo
individual de polvo procedente del espacio exterior podría
incorporarse a la nebulosa solar de la que se formó nuestro
sistema solar, sin mezclarse del todo", dijo Kramers.
"Esto va en contra de la opinión convencional de que el polvo
del que se formó nuestro sistema solar estaba completamente
mezclado", agregó.
Trabajo de
detectives
Utilizando técnicas de análisis químico detalladas y no
destructivas, el equipo examinó 17 objetivos diferentes en una
pequeña muestra de Hypatia.
"Identificamos 15
elementos diferentes en Hypatia con mucha más precisión y
exactitud con la microsonda de protones.
Esto nos proporcionó
los 'ingredientes' químicos que necesitábamos, por lo que Jan
pudo iniciar el siguiente proceso de análisis de todos los
datos", dijo Belyanin.
Sorprendentemente, el haz
de protones descartó la posibilidad de que Hypatia formara parte de
nuestro sistema solar debido al bajo nivel - inferior al 1% - de
silicio cromo y manganeso en las muestras.
Los investigadores también observaron altos niveles de hierro,
azufre, fósforo, cobre y vanadio, lo que hace que el objeto sea
distinto de cualquier otro en nuestro vecindario en el espacio,
según Kramers.
Fragmentos de Hypatia
utilizados para el análisis.
"Encontramos un
patrón consistente de abundancia de oligoelementos que es
completamente diferente de cualquier cosa en el sistema solar,
primitivo o evolucionado.
Los objetos del
cinturón de asteroides y los meteoritos tampoco coinciden. Así
que lo siguiente que hicimos fue buscar fuera del sistema
solar", dijo Kramers.
A partir de ahí, los
investigadores pudieron concluir que Hypatia no se formó en la
Tierra, ni se originó a partir de ningún tipo conocido de cometa o
meteorito, ni de un polvo medio del sistema solar interior, ni
tampoco del polvo interestelar medio.
La siguiente apuesta de los investigadores fue que el cuerpo madre
de la piedra fuera una estrella gigante roja.
Pero Hypatia tenía
demasiado hierro, demasiado poco silicio y concentraciones demasiado
bajas de elementos pesados más que el hierro.
Tampoco podía ser una supernova de tipo II - que se distingue de
otras supernovas por la presencia de hidrógeno en sus espectros -
porque en Hypatia había demasiado hierro que silicio y calcio.
La única hipótesis que queda por considerar es que la piedra se creó
durante la formación temprana de nuestro sistema solar.
Así que el sospechoso
más prometedor era un tipo raro de supernova, el tipo Ia.
Las supernovas de
tipo Ia solo se producen una o dos veces por galaxia y por
siglo.
No obstante, como es
usual en la ciencia, más investigaciones son necesarias para
resolver del todo el misterio, pero en este momento de lo podemos
estar seguros es que esta misteriosa roca ha tenido un largo
recorrido antes de llegar al desierto egipcio.
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