del Sitio Web LaCosechaDeAlmas
En multitud de ocasiones hemos visto como el fuerte se come al débil, el grande al pequeño y así en multitud de formas y entornos, pero la forma de vida que mas se extiende en la naturaleza es la parasitaria.
Desde una insignificante bacteria, al humano mas inteligente, algunos seres buscan en la parasitación su modus vivendi, conseguir lo que necesitan sin esfuerzo y en la mayoría de las veces, sin que la victima sea consciente de que esta siendo parasitado.
Es de todas las formas de
vida, la mas injusta y la que mas odio y desprecio despierta, ya que
utilizan la debilidad y la inocencia ajena como medio de conseguir
lo que se proponen.
Los humanos no somos menos, y aquello de "arrimarse al sol que mas calienta" a sido el modo en que muchos han parasitado a aquel que tenia éxito en su entorno.
El pelota, es solo un mediocre que trata de evitar que el resto se percate de su condición, y parasita a todo aquel que pueda sustentarle en ese entorno, ya sea laboral o social.
Cuando es nuestra energía, el recurso que el resto parásita, el modo cambia y es mas difícil de detectar, muchos son los "humanos" que parasitan a un igual y extraen de él todo su potencial.
Es difícil que seamos
conscientes de esta forma parasitaria y nos obcequemos al buscar
otras causas, para ese repentino bajón energético, estrés, anemia,
tensión baja… pero nunca pensamos que alguien nos pueda parasitar o
nos vampirice cada día en el trabajo o la reunión con los amigos. Las larvas astrales son un tipo de parásito
que pasa totalmente desapercibidos con la que alimentarse.
Para entender porque nos parasitan hay que entender que somos y que tenemos para ser parasitados.
Primeramente entender que somos unas entidades muy complejas, mas de lo que pensamos, al margen de nuestro cuerpo, ese conjunto de material, piel y huesos, hay mucho mas.
Somos un cuerpo, una mente, un espíritu y un alma. Todo ello en conjunto son una forma de energía que fluye ilimitada, que vive y tiene conciencia de si mismo.
Nuestros limitados
sentidos no perciben la constante emanación energética que nuestro
cuerpo emite y como esta influye en todo el entorno, ni como esa
energía es modulada y transformada por nuestros sentimientos y
nuestras emociones, como esas sensaciones físicas, provocan que la
frecuencia se eleve o se deprima y como algunos de esos estados son
ideales para ser parasitados.
Estos seres parasitarios tienen la capacidad de interactuar con nuestro entorno y pasar desapercibidos a nuestros limitados sentidos, esto no quiere decir que no puedan ser sentidos o incluso vistos, para ello solo se requiere un cambio de conciencia.
Es algo, que no podrás sentir, si no eres consciente de su existencia, a partir de ahí, estarás abierto a interactuar con estos parásitos.
Los hay de varias clases y la gran mayoría son fáciles de evitar o incluso repeler. Todos y cada uno de los parásitos que voy a comentar se alimentan básicamente de lo mismo:
La energía negativa al ser impura, requiere de un consumo mas intensivo, para que esta, sacie y satisfaga las necesidades energéticas del parásito.
Por lo
tanto, una actitud positiva debería bastar para repelerlos y una
negativa por lógica acarrearía el efecto contrario, los atrae.
Nuestros cuerpos energéticos mas sutiles son una
Estas larvas se pegarán a tu cuerpo energético y sacarán de el su sustrato, se alimentan de todas las energías negativas que generamos, miedo, ira, rabia…
Dependiendo del tipo de larva, potenciará mas un tipo de sentimiento, estaremos mas irascibles, mas melancólicos, mas depresivos, mas ansiosos, mas coléricos o exaltados.
Seguramente comenzaremos a frecuentar ambientes donde ese estado anímico concreto se multiplique, los conflictos, la exaltación o la rabia sea mas propicia, o al contrario, donde la melancolía y la tristeza sea casi palpable.
Se han dado casos de parasitados que han comenzado a frecuentar tanatorios o cementerios sin razón aparente, por ejemplo.
Como decía hay parásitos que gustan mas de un tipo de energía y lo potencian, en estos casos es el entorno, familia o amigos los que se percatan del cambio de conducta y su querencia a lugares que antes no solía frecuentar la victima, cambios de conducta y tendencias a asimilar, modas de corte depresivo o melancólico, como los góticos y los emos.
Es común que no solo
seamos parasitados por una única larva y según la cebemos a la vez
provoquemos que más se nos peguen y potenciemos así ese estado que
tanto les gusta.
También es practico y rápido un baño en agua salada (la sal a de ser marina) o si se tiene el mar cerca, pues eso un bañito, practico y barato, eso si, sin el conveniente cambio en nuestro estado emocional, estas se volverán a pegar a ti.
En la cultura árabe es común practicar este tipo de baños purificadores de los cuerpos energéticos, y se suelen tomar algunas pequeñas precauciones para evitar a estos parásitos.
Estos bichos son como
sanguijuelas, con la diferencia de que nunca se sacian y no
abandonan a su victima fácilmente, así que es necesario cambiar
nuestra actitud y evitar caer en el drama, no solo para eliminar esa
posible contaminación, si no también para repeler y evitar su
contagio.
Entes demoníacos trataran de someternos a través de nuestro miedo.
Estos parásitos buscan a huéspedes con una baja autoestima.
Se instalan en su mente y se dedican a alimentar ese estado, inyectando en nuestro pensamiento ideas que deriven en sentimientos de baja vibración.
El parasitado se convierte en el típico quejica, que piensa que no vale nada, que no hace nada bien, que no merece vivir, que no encuentra sentido, ni significado a su vida.
El parásito alimentara esas sensaciones llevando al individuo a un perenne estado depresivo.
Protegerse de estos
parásitos es relativamente sencillo ya que no seremos un buen
huésped si tenemos la autoestima alta, pero al contrario que los
anteriores un cambio de actitud no es suficiente ya que esperaran y
atacaran de nuevo en cuanto la victima baje la guardia, para volver
a alimentar esos estados anímicos bajos.
Otra de las formas de echarlo
es mediante estados de meditación, relajación profunda o incluso
auto hipnosis, donde en estado de
frecuencia mental
theta, se pueda
acceder a él y echarle de nuestra mente.
Estos seres se alimentan del miedo y provocaran estados de pánico y terror para aumentar su energía. Todos somos susceptibles de ser visitados por ellos, buscaran un carácter débil o una mente inmadura para comenzar alimentar ese miedo.
Si es un niño la victima potencial, al principio tratara ser su amigo y jugará con él, hasta que consiga la fuerza suficiente para comenzar a manifestarse.
Si es un adulto, iniciara pequeños estados de miedo, moviendo objetos, dando golpes, rompiendo pequeños enseres, una vez hayamos centrado nuestra atención en esas manifestaciones y comencemos a emanar miedo, este ente se alimentará y aumentará su capacidad energética, dando pie a que sus maniobras sean cada vez mas complejas y necesite formas cada vez mas rebuscadas de alimentar tu miedo, emitiendo ruidos guturales, chillidos o llantos.
Una vez tenga suficiente energía, comenzara a ser visible.
Empezará a mostrarse como sombras y esas sombras que al principio son esquivas, pronto se tornaran desafiantes y se mostraran sin pudor alguno.
Sombras sin rostro, cada vez más opacas y con distintos rasgos, garras, cuernos, etc... que tanto se ha relacionado con el arquetipo de demonio.
Una vez este parásito se sienta con fuerzas y energías suficientes, tanteará para comprobar su poder y sienta la influencia que ejerce sobre la o las victimas, iniciara el control mental de aquel que sepa mas débil, hasta tomar el control total sobre el cuerpo, de esa victima escogida, lo que comúnmente se llama posesión.
Evidentemente hay que
parar los pies a este parásito, antes de que sea lo suficientemente
fuerte para que logre su objetivo y sea cada vez más complicado
echarlo.
Para deshacernos de ellos solo debemos dejar claro a esa entidad quienes somos y el poder que tenemos.
Somos entidades con alma y esa alma tiene la capacidad de invocar la energía de Dios y directamente echarles por orden divina, podemos pedir ayuda a nuestros guías, cualquier alma con decisión puede repeler a estas entidades, da lo mismo que canalicemos nuestra energía y nuestra fuerza a través de una cruz, una biblia o un osito de peluche, ya que no es el objeto el que echa al parásito, si no la energía, la voluntad y la Fe en nuestra capacidad, que canalizamos a través de ese objeto.
Si no albergamos ninguna Fe en una entidad superior, solo con la Fe en nosotros mismos y la fracción divina que albergamos basta para repeler a estos parásitos.
Si creemos que estamos
ante un ser superior, de gran poder y tememos su presencia, le
estaremos dando permiso para quedarse para siempre y que haga con
nosotros lo que quiera.
pueden quedarse apegados
y
finalmente parasitarnos.
Los seres que fallecen apegados a su realidad y se niegan a despegarse de ella, crean entornos mentales que les evitan salir de ese sueño eterno.
Por norma general, estos fallecidos conviven con nosotros sin percatarse muchas veces, de nuestra presencia. Ellos son inconscientes dentro de su estado y "los vivos" pasan desapercibidos en su realidad.
Esto es lo normal, pero hay veces que estos fallecidos comienzan a ser conscientes de nuestra presencia y tratan de interactuar con nosotros inútilmente, ya que nuestra percepción no suele estar preparada para ello.
Por lo tanto, en ese esfuerzo por hacerse ver y hacerse notar, consumirán gran cantidad de energía, que recuperan por contacto con esos seres vivos.
Estos fallecidos que se percatan de ese traspaso de energía, dentro de su inconsciencia, pueden llegar a crear tendencias parasitarias y apegarse a un ser vivo de tal forma, que ese ser absorba y somatice toda la influencia que ejerce el ser fallecido en él, como enfermedades o estados de animo bajos.
Si somos conscientes de
esto solo debemos prestar nuestra ayuda y tratar que ese ser
fallecido continúe su proceso donde le corresponde, llamando a sus
guías o pidiendo la luz que precise para que halle el camino de
vuelta a casa.
...que pueden ser los detonantes para atraer estos parásitos.
En muchas ocasiones y ante situaciones de comportamiento extremas, es el sujeto el que en frío, tome conciencia de su actuación y se diga "ese no era yo" o "como pude hacer algo tan inhumano" pues básicamente porque no estaba totalmente consciente o estaba bajo una parasitaria y sibilina influencia, fueron susurrados y actuaron bajo su tentadora influencia, que cegó a su victima y provoco una situación de la que solo salieron beneficiados los parásitos...
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