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23 Mayo 2018
del Sitio Web
SINC

Un modelo computacional
revela
que los factores ecológicos, y no los sociales,
están
detrás del gran tamaño
del
cerebro humano.
Geralt
Para explicar el tamaño
relativamente grande del
cerebro humano
se ha planteado que podría ser
una respuesta a las relaciones
sociales.
Pero ahora un nuevo estudio
apunta
que los factores ecológicos,
como
la búsqueda y procesamiento de
alimentos,
tuvieron un papel más
importante
en la evolución y crecimiento
de nuestro cerebro.
No hay consenso científico sobre por qué el cerebro humano tiene un
tamaño relativo tan grande, en comparación con otros seres vivos.
Numerosas teorías
evolutivas han tratado de explicar esta singularidad, pero ninguna
ha conseguido discernir si su crecimiento es una causa o un efecto
de otros factores.
Una de las hipótesis más conocidas es que nuestro cerebro creció
para permitir a nuestros ancestros desenvolverse mejor en una vida
en sociedad cada vez más compleja.
Otra hipótesis es que
este aumento de tamaño está relacionado con el hecho de que nuestros
ascendientes comenzaran a comer carne.
El mayor aporte proteico
habría permitido la reducción del sistema digestivo, en favor de un
incremento de la masa cerebral.
"La ecología ha sido
determinante en la evolución del tamaño del cerebro humano, y no
aspectos sociales como la cooperación o la competición"
Un nuevo estudio (Inference
of Ecological and Social Drivers of Human Brain-size Evolution)
publicado esta semana en Nature rebate esas hipótesis.
"Nuestros resultados
indican que la ecología ha sido determinante en la evolución del
tamaño del cerebro humano, y no aspectos sociales como la
cooperación o la competición", explica a SINC, Mauricio
González-Forero, investigador en la facultad de Biología de la
Universidad de Saint Andrews (Reino Unido).
Entre estos factores
ecológicos se cuentan problemas como encontrar comida, almacenarla,
y procesarla para consumirla.
"Los
cazadores-recolectores que viven en la sabana africana resuelven
estos problemas a través de habilidades de rastreo de animales,
construcción de herramientas como botellas y contenedores de
piel, y con la producción y control de fuego para cocinar
alimentos", explica el investigador.
El estudio concluye que
cuando el medio ambiente es inhóspito y los individuos pueden
continuar aprendiendo cómo resolver problemas mucho después de la
niñez - por ejemplo, porque pueden aprender técnicas difíciles de
otros individuos - esa combinación entre ecología y acumulación de
conocimiento produce cerebros de tamaño humano.

Las hipótesis ecológicas enfatizan
los desafíos "contra la naturaleza",
mientras que las hipótesis sociales enfatizan los desafíos
que involucran a los interlocutores sociales.
Dividimos estas hipótesis en cuatro tipos de desafíos
que se espera desencadenen
diferentes procesos evolutivos.
Tras la pista
de un cerebro más grande
Con la ayuda de un modelo computacional, los autores han
analizado los costes y beneficios energéticos proporcionados por un
cerebro mayor.
A mayor tamaño, más
energía consume y menos disponibilidad energética hay para otras
funciones, como los órganos reproductivos.
Sin embargo, un cerebro
más grande también tiende a permitir que el individuo resuelva
problemas más complejos.
"El modelo calcula
cómo de grande debería ser el cerebro como resultado de la
selección natural cuando los individuos han evolucionado
encontrando problemas de diferentes tipos.
Hemos considerado
problemas ecológicos y tres tipos de problemas sociales (de
cooperación, competición entre individuos, y competición entre
grupos)", explica González-Forero.
De este modo,
-
un 60% de los
factores determinantes son de carácter ecológico
-
un 30% estarían
relacionados con la cooperación
-
tan solo un 10%
se basarían en la competición entre grupos
La competición entre
individuos no habría sido relevante para la evolución del cerebro.

Estos porcentajes son consistentes con el hecho de que la
psicología humana se caracteriza por su tendencia a la
cooperación.
La cooperación entre
individuos sumada a la competición entre grupos, que involucra
cooperación entre los individuos del grupo, proporciona una alta
proporción de problemas de cooperación - un 40% - que podría haber
moldeado la psicología humana.
"Nuestro modelo
rebate la hipótesis de que el cerebro humano se expandió a lo
largo de la evolución debido a demandas sociales.
Por el contrario,
encontramos que tales demandas contribuyen a disminuir el tamaño
del cerebro", explica González-Forero.
"Eso no significa que debamos disminuir nuestras
interacciones sociales para promover un mayor cerebro,
porque las consecuencias de algo así tomarían cientos de miles
de años en tener efecto y podrían involucrar consecuencias
negativas que no anticipa el modelo", concluye el investigador.
Referencia
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