18 Julio 2019
del Sitio Web
Tendencias21
Freeimagebay.
Los
insectos experimentan dolor crónico
toda la vida
después de una lesión.
Pierden la
capacidad de neutralizarlo
aunque la herida
haya sanado.
Nuevas
perspectivas para el tratamiento
del dolor
neuropático en humanos.
Desde 2003, los científicos saben que los insectos experimentan algo
parecido al dolor, pero una nueva investigación desarrollada en la
Universidad de Sydney demuestra por primera vez que los insectos
también experimentan un dolor crónico que dura mucho tiempo después
de que la lesión inicial ha cicatrizado.
El estudio (Nerve
Injury drives a heightened State of Vigilance and Neuropathic
Sensitization in Drosophila), publicado en Science
Advances, ofrece la primera evidencia genética de las causas del
dolor crónico en la
Drosophila (mosca de la fruta),
una especie utilizada frecuentemente en experimentación genética.
"Sabíamos que los
insectos podían sentir dolor, pero lo que no sabíamos es que una
lesión podría provocar una hipersensibilidad duradera a los
estímulos normalmente no dolorosos de manera similar a las
experiencias de los pacientes humanos", explica el profesor Greg
Neely, del Charles Perkins Centre, en un comunicado.
"La gente realmente no cree que los insectos sientan algún tipo
de dolor", continúa Neely.
“Pero se ha
demostrado que muchos invertebrados pueden sentir dolor e
incluso evitar los estímulos peligrosos que percibimos como
dolorosos.”
Los seres humanos, cuando
percibimos exceso de calor o frío, disponemos de un proceso neuronal
conocido como
nocicepción que codifica y procesa
los estímulos potencialmente dañinos contra los tejidos y nos induce
a evitar el peligro (retiramos la mano de una fuente de calor cuando
sentimos que nos quema).
La nocicepción se ha documentado también en animales no mamíferos,
incluidos los peces y una amplia gama de invertebrados, entre
ellos la mosca de la fruta.
Al igual que en los mamíferos, las neuronas nociceptivas en estas
especies se caracterizan típicamente por responder preferentemente
a,
Dolor crónico
El dolor crónico se define como el dolor persistente que continúa
después de que la lesión original haya sanado.
Se presenta en dos
formas:
-
dolor
inflamatorio
-
dolor neuropático
El estudio de las moscas
de la fruta examinó el dolor neuropático, que ocurre después de un
daño al sistema nervioso y que, en los humanos, generalmente se
describe como un dolor ardiente o punzante.
El dolor neuropático puede ocurrir en condiciones humanas como,
En el estudio, Greg
Neely y el autor principal, Thang Khuong, dañaron un
nervio de una pata de la mosca. La herida se dejó curar
completamente.
Después de que la lesión
se curó, descubrieron que las otras patas de la mosca se habían
vuelto hipersensibles.
"Después de que el
animal se lastima una vez, las extremidades se vuelven
hipersensibles y tratan de protegerse el resto de sus vidas",
explica Neely.
El dolor causado por la
lesión perdura toda la vida y le impide disfrutar de una vida
indolora.
Cerebro y cordón nervioso ventral
(similar a la médula espinal en humanos)
de una mosca no lesionada que muestra
neuronas sensoriales nociceptivas (verde),
teñidas con anti-GABA,
un neurotransmisor inhibitorio (rojo)
y marcador sináptico neuronal nc82 (azul).
Universidad de Sidney.
Funcionamiento
nervioso
Los investigadores descubrieron a continuación porqué las moscas no
pueden superar el dolor crónico causado por una lesión.
Lo que ocurre es que, cuando se origina una lesión, los mensajes de
dolor pasan a través de las neuronas sensoriales hasta el cordón
nervioso ventral, que es el equivalente en la mosca de nuestra
columna vertebral.
En la mosca, el cordón nervioso ventral dispone de unas neuronas
inhibitorias (nociceptivas) que actúan como una puerta que deja
pasar o impide el paso a la percepción del dolor.
Sin embargo, cuando se produce una lesión, el nervio lesionado
presiona al cordón nervioso ventral y destruye la puerta que podría
impedir la percepción del dolor.
En consecuencia, después de una lesión, el insecto queda expuesto al
dolor crónico de por vida, que perdura después de que la herida haya
sido curada.
Implicaciones
humanas
El descubrimiento realizado en la mosca de la fruta tiene
implicaciones humanas, ya que el dolor neuropático, que en España
afecta a unos 3 millones de personas (según la Sociedad Española de
Neurología), se origina en el sistema nervioso:
en determinado
momento funciona de forma anómala y confunde estímulos normales
con dolorosos.
En los seres humanos, se
presume que el dolor crónico se desarrolla a través de la
sensibilización periférica (aumento del dolor periférico) o la
desinhibición central, explica Neely.
"Desde nuestra
disección genómica imparcial del dolor neuropático en la mosca,
todos nuestros datos apuntan a la desinhibición (del sistema
nervioso) central como la causa crítica y subyacente del dolor
neuropático crónico".
"Ahora sabemos que el paso crítico que causa el dolor
neuropático en moscas, ratones y probablemente en humanos, es la
pérdida de los frenos de dolor en el sistema nervioso
central.
Por eso investigamos
nuevas terapias con células madre o medicamentos que se enfoquen
en la causa subyacente y detengan el dolor para siempre",
concluye Neely.
Referencia
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