01 Septiembre
2019
del
Sitio Web
Tendencias21
Informe similar
en ingles
Falso color de una porción de organoide cerebral humano
de un
paciente con trastorno del espectro autista.
Forto:
Alysson Muotri, UC San Diego Health.
Mini cerebros
humanos creados en laboratorio
registran una
actividad cerebral similar
a la de los
cerebros de los bebés prematuros,
nacidos entre
las 25 y las 39 semanas
posteriores a la
concepción.
No se sabe si
podrán generar consciencia
en algún momento
de su desarrollo.
Investigadores de la
Universidad de California han creado mini cerebros humanos en
laboratorio a partir de células madre modificadas genéticamente y
observado que generan señales de actividad neurológica (ondas
cerebrales) similares a las del cerebro de un bebé humano prematuro.
Más concretamente, se valieron de células madre humanas para que
formaran tejido del córtex, una región del cerebro que controla la
cognición e interpreta la información sensorial.
Los resultados se
presentaron inicialmente en la
2018 Neuroscience Meeting,
celebrada el pasado mes de noviembre en San Diego, y han sido
publicados ahora en la revista Cem Stell Cem.
Observaron que crecieron cientos de
organoides cerebrales durante 10
meses y analizaron las células individuales de ese tejido para
confirmar que expresaban la misma colección de genes que se ven en
los cerebros humanos en desarrollo.
Fue así como contemplaron que en ese tejido cerebral en desarrollo
se producían ondas cerebrales similares a las de los humanos,
mediante unos patrones eléctricos parecidos a los de los bebés
prematuros.
Patrones
eléctricos EEG
Registraron patrones eléctricos, o actividad de electroencefalograma
(EEG), a través de la superficie de esos mini cerebros.
A los seis meses, los
organoides se multiplicaban a una tasa más alta que otros organoides
del cerebro creados anteriormente, lo que sorprendió al equipo.
Los patrones de EEG también fueron inesperados. En cerebros maduros,
las neuronas forman redes sincronizadas que disparan con ritmos
predecibles.
Pero los organoides
mostraban patrones irregulares de EEG que se asemejaban a las
explosiones caóticas de actividad eléctrica sincronizada observada
en los cerebros humanos en desarrollo.
Cuando los investigadores compararon estos ritmos con los EEG de los
bebés prematuros, encontraron que los patrones de los organoides
imitaban a los de los bebés nacidos entre las 25 y las 39 semanas
posteriores a la concepción.
El director de esta investigación, Alysson Muotri, aclara que
este descubrimiento,
no significa que esos organoides puedan
considerarse cerebros humanos, ya que no contienen todos los tipos
de células que se encuentran en la corteza cerebral humana y tampoco
se conectan a otras regiones del cerebro.
¿Son
conscientes?
Sin embargo, Muotri reconoce que podría ser difícil saber cuándo un
organoide está volviéndose consciente, ya que los científicos ni
siquiera están de acuerdo en cómo medir la consciencia en los
adultos o cuándo aparece en los bebés.
En cualquier caso, Muotri
se plantea detener el proyecto si hubiera evidencia de que los
organoides se han vuelto conscientes, aunque por ahora sean muy
primitivos.
No obstante, el descubrimiento plantea cuestiones éticas en el caso
de que esos organoides cerebrales llegaran a desarrollar algún tipo
de consciencia, dice el neurocientífico Christof Koch,
presidente y director científico del Allen Institute for Brain
Science en Seattle, Washington,
citado por la revista Nature.
"Cuanto más nos
acerquemos al bebé prematuro, más debemos preocuparnos" de estos
aspectos éticos, añade.
"Esto es muy intrigante y muy sorprendente", añade Hongjun Song,
un neurocientífico del desarrollo en la Universidad de
Pennsylvania en Filadelfia, citado también por Nature.
Aunque el trabajo es
preliminar, agrega, las similitudes con los patrones de EEG
prematuros en los bebés sugieren que los organoides podrían
eventualmente ser útiles para estudiar trastornos del desarrollo
cerebral, como la epilepsia o el autismo.
Comprender los
ritmos EEG
Hongjun Song también piensa que estudiar cómo se originan los
patrones de EEG en un organoide podría ayudar a comprender cómo
emergen los ritmos de EEG en un cerebro humano en desarrollo.
Los artífices de este descubrimiento se proponen cultivar organoides
durante más tiempo para ver si continúan madurando, así como para
averiguar si esos mini-cerebros funcionan como una corteza cerebral
normal, conectándolas a organoides que simulan otras partes del
cerebro o del cuerpo.
Los organoides son grupos de células cultivadas en laboratorio que
proceden de un tejido o de células madre que permiten a los
científicos observar en directo pequeños órganos, como corazones,
cerebros, hígados o riñones, ya que al tener la misma forma y
función que las células primarias, imitan al órgano de origen.
Tal como explicamos en el artículo "Crean
mini-cerebros con células humanas para el estudio de fármacos",
investigadores de la Escuela Bloomberg de Salud Pública de la
Universidad Johns Hopkins (Baltimore, EE.UU.) desarrollaron en
2016 pequeños "mini-cerebros" compuestos de muchas de las neuronas
del cerebro humano que reproducen algunas de sus funcionalidades.
La nueva investigación
aporta que esta línea de investigación biomédica puede tropezar con
un obstáculo ético si se confirma que esos organoides pueden
adquirir algún tipo de consciencia.
Referencias
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