27 Abril
2020
del Sitio Web
Tendencias21
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Consume
la misma energía
que las neuronas
biológicas
Un chip 100 veces más pequeño
que el diámetro
de un cabello humano
es capaz de
replicar la actividad
de un cerebro
biológico
con el mismo
voltaje neurológico.
Hace 30 años,
investigadores de la Universidad de Massachussets en Amherst
descubrieron en el río Potomac una proto-bacteria llamada
Geobacter que podía producir
nano-cables de proteínas conductoras de electricidad.
El año pasado, esos investigadores desarrollaron un dispositivo que
utiliza una proteína natural producida por un microbio perteneciente
a la familia Geobacter, para generar electricidad a partir de
la humedad del aire.
En la tercera fase de este proceso innovador, otro grupo de
investigadores de la misma universidad ha utilizado esos mismos
cables de proteínas para obtener un transistor de memoria o
dispositivo de memoria neuromórfica.
El dispositivo funciona de manera extremadamente eficiente con muy
poca potencia, como lo hacen
los cerebros
humanos, para transportar señales entre las neuronas, según explican
los investigadores en un artículo (Power
Generation from Ambient Humidity using Protein Nanowires)
publicado en Nature Communications.
Computación
neuromórfica
Este resultado viene a impulsar especialmente la así llamada
computación neuromórfica, que
pretende crear chips que funcionen como lo hace el cerebro humano.
Los sistemas neuromórficos replican a nivel de hardware la
forma en que las neuronas se organizan, comunican y aprenden.
La finalidad es conseguir un modelo de computación programable que
permita dispositivos electrónicos inteligentes.
Uno de los mayores obstáculos para la computación neuromórfica
es que la mayoría de los ordenadores convencionales consumen más de
1 voltio en cada una de sus operaciones.
El cerebro humano, sin embargo, es mucho más eficiente con menos
consumo de energía:
envía señales entre
neuronas consumiendo solo 80 milivoltios, mucho menos que los
dispositivos neuromórficos actuales.
Primer paso
Esta proeza ha sido posible gracias a la utilización de
nanocables de proteínas desarrollados en la citada universidad a
partir de la bacteria Geobacter, destacan los investigadores en un
comunicado.
Añaden que es la primera vez que un dispositivo de estas
características puede funcionar al mismo nivel de voltaje que el
cerebro.
También que los nanocables de proteínas conductores de
electricidad de Geobacter ofrecen muchas ventajas sobre los caros
nanocables de silicio (SiNWs),
que requieren productos químicos tóxicos y procesos de alta energía
para conseguir resultados.
Los nanocables de proteínas también son más estables en agua o
fluidos corporales, una característica importante para eventuales
aplicaciones biomédicas futuras.
Contexto
Hay que tener en cuenta que conseguir un dispositivo que imite las
conexiones neuronales requiere replicar la misma proeza que realizan
las neuronas para conseguir las
sinapsis.
El impulso eléctrico que permite a las neuronas comunicarse y
activar el sistema nervioso recorre su trayectoria a través del
cableado neuronal, que no es continuo.
Cada cable en determinado momento se corta y deja un espacio entre
neuronas que el impulso eléctrico debe resolver saltando al vacío y
alcanzando el otro extremo neuronal.
Ese salto al vacío, conocido como sinapsis, tiene un
umbral de consumo energético de 80 milivoltios, que es la barrera
conseguida con el nuevo dispositivo:
ha replicado el
voltaje neurológico para conseguir las sinapsis...
Metodología
Los investigadores han tenido la habilidad de cortar los nanocables
de las bacterias para utilizar solamente la proteína conductora de
electricidad.
Es una de las explicaciones del reducido consumo energético del
dispositivo.
Los investigadores se han valido también de un hilo de metal que
sirve de alimento a las bacterias del nanocable de proteínas.
Los nanocables bacterianos reducen químicamente los metales
para obtener su energía de la misma manera que nosotros respiramos
oxígeno, señalan los investigadores.
Los nanocables de proteínas (en verde)
recolectados del microbio Geobacter (en naranja)
facilitan el funcionamiento del dispositivo
de
memoria electrónica (color plata)
con
voltajes biológicos, emulando los
componentes neuronales (uniones azules) en un cerebro.
Foto
cortesía de UMass Amherst / Yao lab.
Y además
aprende
No es sin embargo la única ventaja del dispositivo, 100 veces más
pequeño que el diámetro de un cabello humano:
también es capaz de
aprender...
A medida que los pulsos
eléctricos crean cambios en los filamentos metálicos, se crean
nuevas ramificaciones y conexiones en el pequeño dispositivo.
Se produce entonces un efecto similar al aprendizaje (nuevas
conexiones) que ocurre en un cerebro real.
Los investigadores pueden modular la conductividad, o la plasticidad
de la sinapsis del nanocable, para que pueda emular componentes
biológicos y conseguir una computación inspirada en el cerebro.
En comparación con una computadora convencional, este dispositivo
tiene una capacidad de aprendizaje que no está basada en software,
concluyen.
Proyecciones
El trabajo está lejos de haber concluido.
Los investigadores se
proponen explorar completamente la química, la biología y la
electrónica de los nanocables de proteínas en estos
dispositivos.
Quieren conseguir posibles aplicaciones, que podrían incluir un
dispositivo para monitorizar la frecuencia cardíaca.
El propósito final es que un día este dispositivo pueda hablar
con neuronas reales en sistemas biológicos y resolver problemas
de salud.
Es decir, conseguir ordenadores tan eficientes como el cerebro
biológico.
De momento, han diluido
considerablemente la frontera que separa la electrónica de los
sistemas biológicos.
Referencia
Bioinspired Bio-voltage Memristors
- Tianda Fu et al. Nature Communications, volume 11, Article
number: 1861 (2020).
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