del Sitio Web PijamaSurf
Versión en italiano es parte de la salud y el sentido más profundo de la vida humana. Jung dedicó mucha reflexión a la muerte y entendió, cómo Platón, que la vida podía leerse con provecho como una preparación para la muerte
Esto es el criterio de la vida.
Sólo si yo sé que la falta de límites es lo esencial, no presto interés a cuestiones vanas y a cosas que no tienen significado decisivo... Cuando se comprende esto y se siente que uno está unido, ya en esta vida, al infinito, cambian los deseos o actitudes.
En última instancia, uno se rige sólo por lo esencial, y si no se posee esto, se ha malgastado la vida.
También la relación con
los demás hombres es decisiva, si en ello se expresa lo infinito.
Encontramos allí un capítulo en el que Jung reflexiona extensamente sobre la posibilidad de la vida después de la muerte.
Cuenta sus experiencias, sueños y visiones relacionados a lo que podría parecer una dimensión fantasmagórica o espiritual, a la manera de "un bello cuento de espectros" en torno a un fuego:
Jung parece inclinarse a pensar que hay algo en la psique que persiste después de la muerte del cuerpo.
Sin embargo, mantiene que no existe evidencia que pueda sustentarse científicamente de que esto es así. Existen hechos psicológicos, es decir, subjetivos, experiencias de este tipo que se repiten entre los hombres.
Determinar si éstas son completamente reales en un sentido objetivo traspasa los límites del campo de la ciencia y significa hacer una afirmación metafísica, lo cual Jung cuidadosamente evita:
Si bien no se puede probar la existencia de la vida después de la muerte de una manera satisfactoria objetivamente, Jung pensaba que existían pruebas de que,
...no sólo por las abundantes experiencias de visiones y sueños premonitorios que existen en la historia del pensamiento, sino por experimentos rigurosos como los de J. B. Rhine.
Si consideramos que la psique "en ocasiones funciona más allá de la ley de la causalidad" del espacio-tiempo, esto sugiere que la psique no depende de estos límites y por lo tanto su existencia podría no estar constreñida al cuerpo y al rango de la vida humana en este mundo como la conocemos.
La vida después de la muerte, el cielo o el país de los muertos podrían ser estados o regiones dentro de la psique:
Y ese mundo, conjetura Jung, será en gran medida como es nuestra mente y más aún, como es nuestro inconsciente:
De la misma manera que estas nociones no pueden probarse, tampoco pueden refutarse.
No obstante, si le damos valor a las experiencias de las personas que se han reiterado desde tiempos inmemoriales debemos considerar la idea y dialogar con el mito que representa, aunque esto haga mella en la aparente solidez de la realidad convencional establecida:
Jung nota que el
racionalismo que caracteriza a cierta veta materialista de la
ciencia tiende, como la misma religión ortodoxa, a un doctrinarismo
que pone en entredicho el espíritu de la genuina búsqueda empírica
de la realidad.
Es benéfico tener "un mito de la muerte".
Si el hombre cree en estos mitos,
Existe, aparentemente, un instinto se supervivencia inconsciente que hace que el hombre crea que su existencia prosigue más allá de la muerte.
Esto no prueba que exista
la vida después de la muerte,
pero sí revela que la creencia tiene una funcionalidad que parece
estar en equilibrio con la naturaleza.
Este es el alto destino de la vida consciente humana.
Esto es, abrir la puerta a que la eternidad se manifieste, arrojar luz a esa profundidad intemporal que yace dentro de nosotros e integrarla con nuestras experiencias, en una retroalimentación constante entre la conciencia y el inconsciente, entre el ser humano y la divinidad - o aquel fondo insondable e inefable de la existencia que los hombres han llamado Dios, pero que por ser trascendente no puede describirse, y así entonces toda descripción o concepto de Dios no es Dios realmente.
El sentido último de la existencia humana es,
Algo así como una
segunda cosmogonía.
Después de tener un sueño premonitorio en el que se le apareció una figura similar a Wotan, y luego al recibir la noticia de la muerte de su madre, viajando en tren, empezó a escuchar,
¿Y si la muerte, que nos parece tan triste, una separación con lo que conocemos, fuera realmente una alegre boda con lo que realmente somos?
|