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			por Valeria Sabater21 Diciembre 2016
 
			del 
			Sitio Web
			
			LaMenteEsMaravillosa 
			  
			  
			  
			  
			
			 
			  
			
			
 Aunque muchos no lo crean, el corazón también siente, piensa y 
			decide.
 
			  
			En él se concentran cerca de 40.000 neuronas y toda una red 
			de neurotransmisores con unas funciones muy concretas que lo 
			convierten, para nuestra admiración, en una extensión perfecta de 
			nuestro cerebro.
 Algo que resulta curioso es que, cuando queremos referirnos a 
			nuestra propia persona, es común llevarnos la mano hacia el corazón.
 
			  
			Es algo automático, casi instintivo, como si una voz misteriosa y 
			atávica nos indicara que justo ahí se localiza 
			
			el centro de nuestro 
			auténtico ser, de nuestra conciencia. 
			  
			"Los que 
			de corazón se quieren,
 
			de corazón se 
			hablan"Francisco 
			de Quevedo
 
 
			
			Esa voz no se equivoca del todo:
 
				
				la 
				
				neurociencia es una ciencia 
			siempre fantástica y reveladora que ofrece luz hacia esos procesos 
			que a veces intuimos pero que no terminamos de entender.  
			El corazón 
			está íntimamente vinculado al cerebro, tanto, que de hecho está 
			enviándole información de forma constante e incluso activando o 
			inhibiendo diversas áreas cerebrales según ciertas necesidades.
 Te gustará saber, por ejemplo, que emociones como el amor y su 
			manifestación a través del cariño, la ternura o la necesidad y 
			cuidado nacen de este complejo excepcional de células, nervios, 
			energía y electricidad que conforman lo que somos:
 
				
				una ingeniería 
			perfecta lista para interrelacionarse con su entorno y con sus 
			semejantes. 
			Te proponemos reflexionar sobre ello, te animamos a ir más allá de 
			la simple metáfora de que "también pensamos con el corazón" para 
			comprender todas esas maravillas concentradas justo ahí, en el 
			centro de tu pecho.
 
			
			
  
			  
			  
			  
			Sí, el corazón también es un órgano inteligente
 
 El corazón es un órgano emocionalmente inteligente.
 
			  
			Parece, sin duda, 
			una extraña redundancia e incluso una frase demasiado poética como 
			para darle auténtica validez.  
			  
			Sin embargo, pensemos un momento en lo 
			siguiente:  
				
				cuando cultivamos emociones positivas caracterizadas por 
			la calma, el equilibrio y una satisfacción plena y auténtica, la 
			frecuencia cardíaca está en armonía. Es rítmica y perfecta... 
			Sin embargo, factores como el estrés, la ansiedad o el miedo rompen 
			por completo este equilibrio. Sus ondas, despuntan de pronto en 
			picos nada armoniosos e incluso peligrosos.  
			  
			El corazón sabe bien que 
			las emociones nos ayudan a conectar con otras personas.  
			  
			De ahí, y 
			solo como ejemplo, que sea este órgano el que se encargue de 
			producir determinadas hormonas, como 
			
			la ANF (factor natriurético atrial), encargada, entre otras 
			funciones, de estimular la liberación de
			
			oxitocina, la hormona del 
			cuidado, el cariño o el amor.
 Annie Marquier es una conocida matemática e investigadora de la 
			conciencia que nos recomienda lo siguiente:
 
				
				puesto que el corazón 
			tiene cerca de 40.000 neuronas y se beneficia de los estados 
			anímicos positivos y relajados, sería muy recomendable practicar en 
			el día a día la contemplación, el silencio y la relajación como 
			formas armónicas de conectar con nuestro entorno. 
			
			
  
			
 Pensemos que el corazón es, a su vez, ese canal fantástico desde 
			donde activamos una auténtica "inteligencia superior", puesto que 
			son las emociones positivas al fin y al cabo, las que refuerzan 
			nuestra salud.
 
			  
			De hecho, es el corazón el que las regula también a 
			través de una serie de hormonas.
 A continuación, entenderemos un poco mejor cómo lo consigue.
 
 
			  
			  
			  
			Las tres conexiones del corazón
 Señalábamos al inicio que el corazón dispone de un complejísimo 
			sistema nervioso donde se concentran neurotransmisores, proteínas y 
			células de apoyo.
 
			  
			¿Quiere decir esto que este órgano que nos da la 
			vida es también un "sistema pensante"?
			Casi... 
			  
			Más que un órgano racional es un órgano puramente 
			sensitivo 
			capaz de tomar decisiones por sí mismo en base a determinados 
			estímulos.  
			  
			Lo más interesante de todo ello es que, tal y como nos 
			explican los neurólogos y cardiólogos, el corazón puede actuar de 
			forma independiente al propio cerebro.  
			  
			Aún más, incluso aprende a 
			través de la experiencia.
 Veamos cómo lo consigue a través de una serie de conexiones que 
			establece con el cerebro.
 
 
			
			"Para 
			amar con intensidad,
 
			hay que tener 
			paz en el corazón"Anónimo
 
 
				
				Primera conexión
 Este dato nos invita sin duda a la reflexión.
   
				Del total de células 
			que tiene el corazón, el 67% son células nerviosas. El corazón es el 
			único órgano capaz de enviarle información de modo autónomo al 
			cerebro en base a los estímulos orgánicos que recibe.
     
				Segunda conexión
 El corazón se encarga de la 
				
				homeostasis.
   
				¿Qué significa esto? Que 
			entre sus múltiples y vitales funciones está también la de 
			garantizar nuestro equilibrio emocional.
			Lo consigue inhibiendo el estrés al priorizar la producción de 
			hormonas, como la oxitocina.    
				Así, el corazón actúa como una glándula 
			endocrina más:  
					
					de hecho se sospecha que podría trabajar 
					"en equipo" 
			con 
					la amígdala.   
				 
   
				Tercera conexión
 
 El corazón se caracteriza por tener una comunicación 
			electromagnética muy potente. De hecho, es 5.000 veces superior al 
			propio cerebro.
 
 Ahora bien, su 
				
				campo electromagnético varía en función de las 
			emociones.
   
				Gracias a diferentes estudios, llevados a cabo en el
				
				Centro de Investigación HeartMath, se demostró que la calidad de 
			nuestras emociones altera o regula el campo electromagnético que 
			genera nuestro corazón.
 Es algo sin duda fascinante, hasta tal punto que los científicos 
			tienen muy claro un aspecto que todos hemos comprobado en primera 
			persona:
 
					
					las emociones positivas generan una auténtica coherencia psicofisiológica. 
			Las personas somos, por tanto, un cúmulo maravilloso de energías, 
			impulsos, sensaciones y percepciones guiadas por dos canales 
			excepcionales:  
				
			 
			Ahora bien, este último, no 
			es solo la clásica "bomba" que hace posible la circulación sanguínea, 
			también él da vida a eso que nos hace humanos:  
				
				las emociones... 
			  
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