implica trabajar nuestro yo interno, invertir en resiliencia y no tener miedo a "doblarnos" de vez en cuando: al final volveremos a nuestra posición con mayor fuerza.
Es comprender que el
cuidado interno requiere tiempo y paciencia, y no importa lo fuerte
que nos golpee el viento o la tormenta, porque hemos aprendido a ser
flexibles y ante todo, resistentes.
Existe una variedad cuyas
flores germinan una vez cada 120 años. Aún más, se sabe
incluso que el bambú libera un alto nivel de oxígeno a la atmósfera
y absorbe a su vez más dióxido de carbono que muchas otras plantas.
Dicen del bambú que en él
habita un código secreto, una fórmula singular que la naturaleza le
regaló para hacer de él una especie tan bella como resistente.
Representan a las
especies más especiales y simbólicas de esta cultura, esas
conformadas por el ciruelo, la orquídea, el bambú y el crisantemo.
Cada una de ellas representa a su vez una estación, ahí donde el
bambú vendría a contener la fuerza, la lozanía y hermosura del
verano.
Él volverá a crecer para
acariciar nuevamente la cumbre.
Si los egipcios erigieron
gran parte de su cosmogonía observando los astros, sus movimientos,
cambios y misterios, tal vez sea momento de llevar nuestra mirada a
la propia naturaleza para acercarnos al sentido auténtico de la
felicidad.
Las mismas que pueden ayudarnos a desarrollar dos dimensiones esenciales para sobrellevar con éxito cualquier dificultad:
Veamos no obstante en detalle, todas esas virtudes excepcionales de esta maravilla de la naturaleza.
Nos hemos acostumbrado a la inmediatez, a esa notificación que nos avisa de un mensaje o de una noticia que ya ha dado la vuelta al mundo en menos de un minuto. Somos también esas personas que acuden al médico por un resfriado o una gripe pidiendo un antibiótico.
Queremos reponernos
pronto, lo antes posible.
Acondiciona sus raíces, absorbe nutrientes y se prepara.
Así, una vez emerge del suelo hasta el exterior para ver la luz, nada detiene su crecimiento, es imparable y magnífico, llegando a crecer a veces hasta un metro en un día.
Bien, queda claro que en
ocasiones no siempre es posible sortear ciertas dimensiones o
alcanzar determinados objetivos. Nuestra sociedad tiene barreras y
tiene filtros, condicionantes que a menudo limitan alguno de nuestro
sueños.
Sin embargo, si hay algo
que no debemos perder de vista es la inmensidad del cielo y su
abanico de posibilidades, además del propio potencial para seguir
creciendo cada día.
Puede crecer en diferentes regiones del planeta, alcanzar 20 o 40 metros de altura, conformar densísimos bosques o alzarse a modo de columna con un diámetro en su tronco cercano a un metro.
Sea como sea su crecimiento o disposición, hay algo que nunca cambia:
Se sabe incluso que han soportado terremotos de grandes magnitudes.
Es más, tampoco importa que se corten sus tallos, porque ser como el bambú implica regenerarse, curarse y crecer de nuevo con una fortaleza superior e imparable.
Sin embargo, cuando
nuestra actitud es fuerte, volveremos sin duda a nuestra posición
original, con mayor brío, con mayor hermosura y admirable
entereza...
|