La Felicidad
La
felicidad está al alcance de todos, ricos o pobres.
Sin
embargo, comparativamente, muy pocas personas son
felices.
Creo que
la razón de esto es que la mayoría no se da cuenta
de la felicidad aunque la tenga al alcance de su
mano.
¿Habéis leído
The Blue Bird de Maeterlinck?
Es
la historia de una muchachita llamada Myltyl y su
hermano Tyltyl, quienes se propusieron encontrar "El
Pájaro Azul de la Felicidad".
Vagaron
por todo el país buscando y rebuscando sin jamás
encontrarlo, hasta que al fin se dieron cuenta de
que no tenían que haber vagado:
La
felicidad, el pájaro azul, estaba ahí donde
quiera que ellos escogieran para hacer el bien a
sus semejantes, en su propia casa.
Si
vosotros meditáis y aplicáis el profundo significado
de esta leyenda, ésta se reduce a ayudaros a
encontrar la felicidad a vuestro alrededor sin tener
que ir a la luna para encontrarla.
Hay
muchas personas que ven en su ocupación trabajo,
como una molestia. Y no hacen otra cosa que pensar
en los días de fiesta en los cuales podrán gozar.
Con frecuencia, cuando los días de fiesta llegan,
llueve, hace frío o tienen morriña, y aquellos días
tan deseados, se convierten en un positivo fastidio.
La verdad
es que no hay que posponer la felicidad para el
futuro y que hay que gozar de la vida todo el
tiempo.
El hombre
cuerdo no atesora para un Cielo vago en un futuro
borroso.
Se da cuenta de que él puede edificar su
propio Cielo aquí en este mundo y ahora mismo; y que
cuanto mejor es el Cielo que aquí se construya,
mejor será el que obtenga en el futuro.
Y así
eventualmente entrará en el verdadero Cielo que él
mismo se haya preparado:
El Cielo de descanso, de
paz y de acción de gracias.
El Placer no es la Felicidad
Muchas
personas piensan que el "placer" es lo mismo que la
"felicidad", y aquí es donde se van por un camino
torcido.
El placer
con frecuencia es sólo una distracción.
Quizás
encontraréis placer en ver un juego de fútbol, en
una pieza teatral, en leer una buena historia, en
criticar a los vecinos, en comer demasiado, o en
emborracharos.
Pero el
efecto es solamente pasajero:
sólo dura un instante...
Con
frecuencia, en muchos casos la reacción es todo
menos placentera:
¡Qué
dolor de cabeza al día siguiente!
La
felicidad es otra cosa, la lleva uno consigo y llena
toda la vida.
Se
percata uno de que el Cielo no es algo vago que está
allá arriba en las nubes, sino algo tangible que
está aquí en el mundo, en el propio corazón y en lo
que nos rodea.
Arnold
Bennett define la felicidad como,
"la satisfacción
sentida después de realizar un esfuerzo honesto".
Pero hay
más en la felicidad que eso.
Por
ejemplo, como él mismo dice:
"casi
cualquier casamiento es mejor que no casarse;
existe una felicidad intensa en la amorosa
camaradería del compañero y la confianza
ilimitada de la compañía de los hijos".
Fuente