06 Marzo 2018
del Sitio Web
PijamaSurf
Fuente
"Si la alucinación es un
tipo de percepción descontrolada,
entonces la percepción del aquí
y el ahora
es también una forma de
alucinación,
pero una alucinación controlada
en donde las predicciones
cerebrales
se rigen por la información
sensorial del mundo"
Imagina que eres
un cerebro, invita el neurocientífico cognitivo
Anil Seth, y que estás encerrado dentro de un cráneo tratando de
comprender qué está pasando en el mundo.
Sabes que estás en un
sitio sin luz ni sonido, y lo único que tienes disponible son
cientos y miles de impulsos eléctricos que a su vez se encuentran
relacionados con el mundo exterior.
Para Seth se trata de una
forma de explicar la percepción, un proceso en que el cerebro debe
no sólo combinar los signos sensoriales, las expectativas o las
creencias de lo que está sucediendo en el medio ambiente, sino
también reaccionar en función de ello.
En otras palabras, lo que
percibimos, según Seth, es la interpretación de nuestro cerebro en
relación con el mundo.
Sin embargo, ¿en qué
momento de este proceso surge la conciencia, aquello que permite
comprender que uno es uno y que lo que se percibe - siente y piensa
- importa?
En una conferencia de TedTalks (video abajo), Seth se cuestiona qué es y de dónde
surge la conciencia, e incluso llega a sugerir que se trata en el
fondo de una alucinación del que resulta uno de los misterios más
incógnitos de la ciencia y la filosofía.
Pues conciencia no es
sinónimo de percepción ni de inteligencia, sino de la experiencia
tanto de la alegría como del sufrimiento mientras se combina la
actividad de algunos miles de millones de neuronas.
En sus palabras:
Actualmente me
gustaría pensar en la conciencia de dos maneras.
Hay experiencias del
mundo que se encuentra a nuestro alrededor, lleno de vistas,
sonidos y aromas, es multisensorial, panorámico, 3D, una
película completamente inmersiva e interna.
Surge entonces el
self consciente...
La experiencia específica de ser tú o de
ser yo. El protagonista de esta película interna, y
probablemente el aspecto de la conciencia al que más nos
adherimos.
De modo que existe una
importante diferencia entre la percepción y la conciencia:
mientras
que la primera recibe la información del exterior sin alterarla en
ningún momento, la segunda implica un intercambio de experiencias
externas e internas.
Es decir, la segunda se
encarga de generar activamente emociones, pensamientos y creencias
como respuesta a los estímulos adquiridos del medio ambiente.
Ahora bien,
¿qué pasa
cuando uno recibe información del exterior y la altera internamente
en función de la interpretación personal - como aquella que se ve
afectada durante "el teléfono descompuesto"?
Para Seth, se trata de
una fuerte predicción perceptual, la cual puede en algunos casos
poseer rasgos de alucinaciones causadas por un estado alterado de
conciencia - como la psicosis.
En otras palabras:
Si la alucinación es
un tipo de percepción descontrolada, entonces la percepción del
aquí y el ahora es también una forma de alucinación, pero una
alucinación controlada en donde las predicciones cerebrales se
reinan por la información sensorial del mundo.
De hecho, estamos
alucinando todo el tiempo, incluyendo ahora mismo. Y hasta el
momento en que estamos de acuerdo sobre nuestras alucinaciones,
lo llamamos
realidad.
De alguna manera, la
realidad que uno vive se vuelve una alucinación constante que no
sólo nos ilustra las cosas sino, también, la razón de su existencia.
Por lo tanto, también
logra explicar la presencia de un self en cada individuo:
Para la mayoría de
nosotros, la experiencia de ser una persona es familiar, algo
tan unificador y tan continuo que es difícil no darlo por hecho.
Pero no deberíamos
darlo por sentado. Hay, de hecho, muchas maneras diferentes de
experimentar a un self. Hay una experiencia de tener un
cuerpo y de ser un cuerpo. Estas experiencias de percibir forman
el mundo y la perspectiva de una persona.
Hay experiencias que
pretenden hacer las cosas y otras que pretenden explicar la
causa de las cosas que suceden en el mundo.
Y hay experiencias de
ser una persona continua y característica con el paso del
tiempo, construida por una gama rica de memorias e interacciones
sociales.
Hay algo más...
No sólo
experimentamos nuestros cuerpos como objetos en el mundo desde
el exterior, también los experimentamos desde el interior. Todos
experimentamos el sentido de ser un cuerpo desde adentro.
Una serie de señales
sensoriales vienen desde el interior del cuerpo que
continuamente se encuentran diciéndole al cerebro sobre el
estado de los órganos internos, cómo le está yendo al corazón,
cómo va la presión sanguínea, muchas cosas.
Este tipo de
percepción, al cual se le llama
interocepción, se ha investigado
en exceso.
Pero es sumamente
importante, porque la percepción y la regulación interna del
estado del cuerpo es lo que nos hace estar vivos.
[…] La percepción del estado interno del cuerpo no se trata de
adivinar lo que hay por ahí, sino de contener el control y la
regulación - mantener las variables fisiológicas con unos
vínculos tan finos que son compatibles con la supervivencia.
Cuando el cerebro usa
predicciones para adivinar qué hay allá afuera, percibimos
objetos como la causa de las sensaciones.
Cuando el cerebro
utiliza predicciones para controlar y regular cosas, entonces
experimentamos cómo ese control está yendo para bien o para mal.
Por lo tanto, la mayoría de nuestras experiencias básicas de
ser, de encontrarnos en un organismo personificado, se
encuentran profundamente arraigados a los mecanismos biológicos
que nos mantienen vivos.
Y cuando seguimos
esta idea, empezamos a ver nuestras experiencias conscientes,
principalmente desde que dependen de los mismos mecanismos de la
percepción predictiva, ambas guiadas por nuestra motivación
intrínseca de supervivencia.
Experimentamos el
mundo y a nosotros mismos a través y gracias a nuestros cuerpos
vivientes.
Con esto se quiere decir
que la conciencia es el resultado de la experimentación de las
sensaciones de nuestro cuerpo llevadas a su interpretación positiva,
negativa o neutral por nuestra mente como mecanismo de
supervivencia.
Debido a ello, cuando la
interpretación - e incluso la percepción - no congenia con lo que
está sucediendo a nuestro alrededor, es cuando puede llegar a surgir
la noción de la alucinación - un rasgo que, en caso de no estar bajo
efectos de alguna sustancia psicotrópica, puede asociarse con
depresión mayor, psicosis o esquizofrenia...
Quizá esta sea la razón
principal por la que
la meditación es una herramienta para procurar
un bienestar mayor de cualquier individuo:
es en ese momento en
que tanto la mente como el cuerpo encuentran una sincronía en el
aquí y el ahora, resultando en la armonía del universo interno.
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