del Sitio Web LaCosechaDeAlmas
Los enemigos aparecen constantemente en tu vida sin apenas proponértelo, aparecen enemigos en todos los lugares que frecuentamos, desde la más tierna infancia, hasta la vejez más tierna.
Nadie escapa de la influencia de sus enemigos, nadie pasa por este mundo sin haber luchado contra alguien, que sin saber como, se convirtió en nuestra Némesis. La enemistad es la consecuencia de la falta de empatía, la falta de afinidad y el conflicto de emociones mal entendidas o mal expresadas.
Los enemigos son como los
extremos, se parecen mas a ti, que tu mismo, por eso se repelen y se
enfrentan.
Como si de un video juego se tratase, a cada reto que afrontamos, un enemigo nuevo, una nueva encrucijada, una nueva forma de superar, física, mental y emocionalmente a nuestro igual, en este caso tu rival.
Marcamos territorio allí donde lleguemos y marcamos nuestras pautas.
El mundo laboral es la jungla donde los obstáculos, en forma de compañeros, se transforman en distintas enemistades que provocan, que sortear con éxito todas esas trabas que te pongan implique en si mismo, un logro. Somos pececillos en un mar plagado de tiburones o eso, nos quieren hacer creer...
Esa proyección, te pone en inferioridad desde el comienzo, pero en cuanto tomas tu lugar en el mundo, esos tiburones, no son más que amebas. Una vez que te muestras como eres y haces notar tu impermeabilidad ante las críticas, empiezas a manejar el arte de crear enemigos.
El mundo no esta preparado para la verdad y la autenticidad, y mostrarse sin pudor y sin miedo al mundo, provoca alergia en unos seres, que viven permanentemente en una burbuja profiláctica, en la que muchos de ellos jamás encuentran su verdadera identidad, su verdadera faz.
La mascarada social
predispone, a que nos mimeticemos para agradar a la mayoría, estar
integrados y pertenecer al clan como único medio de supervivencia,
pero eso hoy carece de sentido y no debemos modificar nuestra
personalidad, solamente porque no encaje con la proyección social
que se diseño para nosotros.
Una sociedad acostumbrada al disimulo y la mascarada, no ve con buenos ojos que alguien se muestre tal cual es, sin vergüenza, ni pudor, que sea capaz de superar las criticas y no caiga en el derrotismo de la comparación. Definirse y conocerse, saber tus límites y también tus potenciales, tener claro hasta donde puedes llegar y albergar la seguridad de poder superar lo logrado.
Esta es la mayor amenaza al sistema...
La personalidad y la individualidad bien definida, acaba con la mentalidad de rebaño que nos inculcan desde la cuna; la pertenencia y la permanencia en el clan, es el mayor lastre a la hora de crear una nueva forma de pensar en el Yo y en el Nosotros.
Nosotros debemos ser la
suma de muchos Yoes, muchas individualidades formando una
colectividad, rica en personalidad y posibilidad. Solo desde la
amplitud de mentalidad se puede crear la amplitud social, el enemigo
es la cerrazón, el miedo a ser Yo, el miedo a dejar de ser rebaño, a
dejar de pertenecer al clan.
Una humanidad donde se premie la personalidad y se adopte la individualidad a la sociedad, al grupo, a la comunidad. Sabemos que la suma de distintos tonos de color, forman uno completamente distinto, uno que lo suma y lo complementa perfectamente todo.
Se puede comenzar a
forjar enemigos, enemigos que lo serán hoy y mañana, pero la
tendencia provocará que cambie la enemistad por afinidad, la
desunión por complicidad, la fragmentación ideológica por igualdad
de criterios y el enfrentamiento teológico por aceptación
sentimental.
Guardas dentro de ti un armario repleto de distintos yoes con los que camuflarte y parecer uno mas, teniendo que pulir debidamente aquellos personajes que creas, actualizándolos con el único fin de caer bien, ser uno mas, ser "normal", pero finalmente se crea una disociación y acabas siendo esos personajes las 24 horas del día, aparcando en el armario ese Yo que tú eres realmente, al que nunca recurres por ser demasiado vulnerable para enfrentarlo a una sociedad tan competitiva y psicópata.
Él es nuestro bien mas preciado y guardamos cuidadosamente ese traje, para no ponérnoslo quizá nunca mas.
Aun a riesgo de olvidar
quienes somos, viviremos conforme a lo que los demás esperan de
nosotros, alimentando esas falsas expectativas que solo recompensan
al resto, quedando tu únicamente huérfano, renunciando a lo que tu
eres, a tus sueños, a tu realización, a ti.
Tiraste por la borda tus mejores años tratando de ser quien no eres, ahora trata de retomar tu tiempo, siendo quien realmente debías haber sido, pero nunca mostraste.
Debes estar preparado para el rechazo, la crítica y el juicio público, pero eso es problema del resto, no tuyo.
Tú sabes bien lo que quieres y como lo quieres; así que el único premio que esperas es el que tu mismo recogerás cuando te realices, las únicas expectativas que importan son las que tu mismo te impones, los únicos logros que necesitas son los que a ti te ayuden a avanzar, a crecer.
Una vez te encuentres y
te muestres, te habrás convertido en un maestro en el caballeroso
arte de crearte enemigos...
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