La iluminación es una meta que se persigue y no se toma en cuenta la perdida esencial a la que nos enfrentamos con ello. La búsqueda de conocimiento se ha convertido en una meta hedonista, donde todo vale con tal de conseguir este propósito.
El estado de iluminación,
de plenitud consciente y de comprensión del todo, no es más que
una ilusión en la inmensa mayoría de los casos, y aquellos que
lo vivieron bien pudieron ser víctimas de una intervención.
Pero en esta búsqueda
glotona de conocimiento, no encontramos lo que ya sabemos,
ni recuperamos lo que perdimos, por lo tanto es óbice de ser una
creencia más, o un estado artificial, provocado para hacernos caer
en otra trampa más.
Muchos persiguen esto, y caen en grupos que están lejos de mostrarles lo que prometen. La masonería y distintos grupos secretos, venden el conocimiento, el hermetismo y la iluminación como parte de su doctrina; nada más lejos de la realidad.
La extragrande mayoría de
estos grupos solo venden humo, y detrás de ellos finalmente solo hay
una secta ocultista de corte satánico.
Eso sería lo más parecido
a la iluminación que se podría lograr, puesto que todo es
conciencia, y ella es la única fuente en la que beber para lograr
esta meta.
Nuestro origen puede
venir desde la nada absoluta, ya que la conciencia no necesita
ningún tipo de manifestación, y es el vacío absoluto, el origen
primario y el verdadero retorno.
Es por eso que existe
este juego sin principio ni fin, que se experimenta en una misma
fracción de tiempo y espacio, se fractaliza y se representa a si
misma de diferentes formas, siendo realmente, representación
idéntica de si, en diferentes planos.
La verdadera búsqueda nace de tratar de zafarnos de nuestro estado amnésico, y del letargo inducido en el que vivimos inconscientemente. La recuperación de la consciencia es despertar a la conciencia, para recuperar todo el conocimiento encerrado en nosotros.
Saltarnos la amnesia,
recuperando esa necesidad de recordar lo vivido y experimentado por
la conciencia en los distintos estados de manifestación que tuvo
antes de ser lo que hoy somos.
Esto es un falseo, ya que somos portadores de conciencia y ese fragmento nos hace portadores de todo, en el fractal de su manifestación y experiencia que somos.
Somos el Todo, y
la Nada original, gracias a la conciencia. La luz es solo una
parte, la parte creada, la parte manifestada, para ser
experimentada.
Esto es lógico visto
desde la mente dual, en la que la ausencia de luz es oscuridad (la
oscuridad brillante), pero desde donde la conciencia es, la
oscuridad no existe, ya que no hay opuestos, ni existe más
posibilidad que la que esté dispuesta a crear la propia conciencia.
Recuperar el origen y la
experiencia, todo el conocimiento borrado, ser conscientes y
aumentar ese grado de conciencia en nuestro Ser para acercarnos a
nuestra memoria y alejarnos de los serpenteantes caminos del error.
Solo tú y tus
elecciones...
|