por Alejandro Martínez
Gallardo
del Sitio Web
PijamaSurf
para establecer una relación
con lo
infinito...
Kierkegaard, pese a su temprana muerte, fue sumamente prolífico y penetrante en un gran número de temas, desde la psicología hasta la libertad, la ética, la fe y la teología (y merece notarse que escribió en un rico diálogo entre diferentes seudónimos, siendo no sólo un gran filósofo sino un gran escritor).
El filósofo danés escribió que,
...pero lo místico enseña el sendero de la subjetividad, de ser un sujeto que tiene una relación personal con lo infinito y sólo este camino de introspección, paciencia y recogimiento alcanza a revelar el mundo del espíritu.
La importancia del silencio en Kierkegaard no puede sobrestimarse, desde haber escrito uno de sus textos más importantes bajo el seudónimo Johannes de Silentio, hasta una constante alusión y retorno al silencio y a la esperanza, en la obediencia (palabra que significa "escuchar" ob-audire).
Una de las frases que más se citan de Kierkegaard es la siguiente:
El remedio hace casi 200 años era crear silencio, para poder escuchar lo esencial y entrar en relación con lo infinito.
Hoy parece aún más urgente crear silencio, pues no sólo hay más ruido en todas partes debido al crecimiento industrial y al mandamiento económico de siempre estar produciendo más, sino también hay menos disposición a esa relación con el espíritu o con lo infinito.
Doble ruido:
No sólo las constantes irrupciones de las máquinas, sino también el ruido de lo insignificante, el barullo de lo intrascendente y distractivo, del constante entretenimiento y la banalidad, lo que Kierkegaard llamaba snakke.
El poeta sufí Rumi dice lo mismo de esta forma:
Tal vez la distracción, el entretenimiento y el dedicarnos a conseguir el éxito mundano sea un andar por las ramas, un detour que hace que nunca lleguemos al centro.
Carl Jung escribió:
Ciertamente no podremos estar relacionándonos con algo infinito si no creamos silencio.
Y si no nos relacionamos
con algo infinito, nuestra vida será nimia, inane, fútil y hasta
puede decirse que una absurda pérdida de tiempo (de
tiempo que no es dinero, de tiempo que es kairos, el momento
oportuno para el descubrimiento).
Sólo desde la quietud
interior nos podemos relacionar plena y significativamente con el
mundo exterior y establecer una relación personal íntima.
Unas décadas después,
Nietzsche escribiría que 'Dios' había muerto. Pero quizás
simplemente había sido ahogado por un ruido cada vez más oneroso y
ubicuo.
Para concluir quiero citar a otro "Doctor" cristiano del silencio (aunque no doctor de la Iglesia), a Meister Eckhart:
Es allí, dice Eckhart, donde la Palabra está naciendo eternamente, el Logos, la luz del amor divino.
¿Pero quién tiene oídos
para escucharla...?
|