La vida después de la muerte del cuerpo físico sigue pareciendo increíble para muchos.
Es hora de cambiar en masa nuestra forma de pensar.
Tenemos que reaprender - re-cordarnos - para reconocer que toda la vida está intrínsecamente conectada ya que toda ella sigue siendo parte de la misma fuente de energía.
La forma surge de la no-forma...
En todo momento, la forma está relacionada y conectada con el estado energético de la no-forma. La vida humana - de hecho, toda la vida - es algo más que lo que nuestros ojos físicos pueden ver.
Nuestros sentidos son limitados mientras están dentro de un estado de adormecimiento físico.
Las religiones han sido tentativas de reengancharnos a este conocimiento perdido de nuestra existencia innata dentro del fondo de consciencia infinito.
La palabra "religión" procede de la palabra latina "religare":
A través de las prácticas religiosas somos compelidos a recordar y reconocer (re-conocer) nuestro vínculo inherente con la Fuente de la cual somos una manifestación en el componente energético físico.
Y, sin embargo, en nuestras culturas se dice que somos "espirituales" cuando intentamos seguir estos caminos y prácticas de recuerdo y vinculación.
Sin embargo,
Existir es ser "espiritual", ya que estamos en un camino infinito del espíritu, del alma.
Como seres humanos, tendemos a impedir nuestro avance la mayor parte del tiempo.
Es hora de dejarnos pasar para permitir que el flujo de la energía vital se mueva a través nuestro, sin el bloqueo constante. Lo tangible y lo intangible coexisten como aspectos de la misma cosa...
Somos energía y materia al mismo tiempo:
Es hora de honrar esa fusión sanando nuestra fragmentación.
Hemos dejado de lado la línea telefónica y hemos perdido de vista la conversación:
Son uno y el mismo:
Es esta comprensión la que ahora tenemos que adoptar si queremos prosperar como especie en la encarnación física.
La vida continúa en otra parte, en otras manifestaciones y expresiones.
La vida siempre es y siempre será.
La vida tiene un sentido.
Todo tiene sentido, porque la existencia es puro sentido. Como descubrieron los psicólogos existenciales, el sentido de la vida aporta propósito y motivación.
Sin embargo, en lugar de esforzarnos por buscar el sentido, como en las "experiencias cumbre", podemos partir de la base de que la vida es intrínsecamente significativa por el hecho mismo de estar vivos.
Ya sea como parte de la Fuente, o como un punto de expresión física, somos significativos.
La fragmentación que vemos a nuestro alrededor es solo un aspecto percibido de la totalidad, no está separada de ella.
Depende de nosotros cerrar esa brecha, volver a unirnos a la fiesta.
Es hora de encontrar el
camino de vuelta a casa...
Hemos estado cooperando desde finales de 2018 en lo que se han llamado las "comunicaciones ABE".
¿Quién es ABE?
En palabras de ABE:
ABE dice que,
Además, no se trata de una forma de "canalización".
Los materiales de ABE son comunicaciones positivas e inspiradoras que nos instan a encontrar nuestro camino de vuelta al equilibrio:
Estas comunicaciones no son una canalización sino un permitir.
Cada persona puede "permitir", ya que cada persona es una expresión física (un "punto de localización") del mismo campo unificado.
En el futuro, se nos dice, está será una capacidad natural de los seres humanos. Todas las inteligencias del cosmos, que están alineadas y en equilibrio, están en continua comunicación con la Fuente; solo que la humanidad se ha "escindido" de esto.
El punto que hay que repetir aquí es que estas comunicaciones no deben considerarse como una forma de "canalización" como se conoce comúnmente.
La canalización suele tener lugar entre una entidad y un ser humano:
Sin embargo, en este caso, las comunicaciones se reciben de la Fuente de nosotros mismos.
En otras palabras, estamos en comunicación con la parte "superior", o no manifestada, de nuestra alma espiritual. Por esta razón, se nos informó de que no debíamos considerar esto como una canalización, sino como un permitir.
Estamos "permitiendo" que una parte de nuestro ser encarnado se comunique con la Fuente Unificada. Por así decirlo, no estamos en contacto con otro "ser" sino con nuestro propio Ser.
Y puesto que cada persona
tiene esta capacidad, este contacto, se considera una forma de
"permitir": solo tenemos que permitírnoslo a nosotros mismos. ABE se
refiere a estas comunicaciones diciendo que constituyen el camino de
vuelta a casa.
Es fácil pensar que una "casa" significa un lugar, ya que los humanos están condicionados a pensar y percibir a través de la lente de lo físico.
Sin embargo, ABE dice que,
El espacio nunca está vacío, sino que siempre está lleno de existencia vital, porque en el campo unificado de la consciencia pura no existe el espacio vacío.
Por lo tanto, no debemos tener miedo de este espacio en el que nosotros, y todas las cosas, existimos:
A diferencia de la casa física, donde almacenamos objetos y guardamos nuestras cosas, el espacio de nuestra morada interior es el lugar donde todo puede concurrir sin necesidad de colocarse en un sitio o de que se le dé una ubicación.
Si sentimos la necesidad de ir hacia el exterior, es porque se nos aleja de nuestro Hogar y se nos tienta con la idea de que necesitamos algo para llenar un "vacío".
Pero esto nunca es así, y tales acciones y creencias solo nos dividen más.
A medida que la vida humana se volvía más compleja, estructurada y desarrollada, surgieron más cosas para alejar a las personas de sí mismas.
Al principio, se trataba de distracciones relacionadas con las necesidades de la vida cotidiana; pero a medida que las sociedades humanas se desarrollaban, también lo hacían los medios de distracción organizados y los eventos que atraían la atención y el enfoque de las personas hacia lo externo.
Sin embargo, la humanidad es una especie en evolución, y lo que era aplicable o adecuado en una etapa del viaje no necesariamente lo es en la siguiente.
Por ello, la participación y el compromiso con el mundo físico externo han sido muy necesarios para el desarrollo de la humanidad hasta el momento.
Aun así, muchas formas de compromiso pronto se convirtieron en enredos que arrastraban al ser humano de un lado a otro, debilitando su resolución interior y su arraigo.
Sin embargo, la vida es transaccional y es necesario formar nuevas relaciones y patrones.
Ciertamente, la humanidad ha evolucionado conscientemente, y parte de esta nueva energía se utilizó en la búsqueda y la mirada externas.
La mente y el intelecto humanos empezaron a explorar más su entorno, extendiéndose siempre hacia el exterior con curiosidad y asombro.
Como dice ABE:
La espiral de apegos externos se expandió cada vez más, y comenzó a alejar al ser humano de su conexión con la tierra natural.
Cada vez más sociedades empezaron a salirse de los sistemas naturales del planeta, y la gente empezó a sentir que era normal, incluso correcto, separarse de los sistemas y relaciones ambientales.
Se perdió el sentido de pertenencia natural y las personas empezaron a buscar sustitutos, cada vez más alejados de sí mismas.
La humanidad ha llegado ahora a un punto en el que necesita volver a unirse y hallar su pertenencia:
Es este camino, o vía, de regreso a casa lo que deseo explorar en escritos posteriores.
Ahora es crítico que cada uno de nosotros encuentre su conexión con el anhelo interior que, como menciona Sri Aurobindo en la cita inicial, está,
Ha llegado el momento de
buscar y encontrar ese arraigo interior...
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