La calma
en la tormenta...
Para
definir los tiempos agitados y turbulentos que corren,
muchos hemos recurrido a compararlos con una tormenta.
Ésta se asocia naturalmente con fuertes vientos y lluvias
torrenciales, con el estruendo de los rayos que sobrecogen
el ánimo y el corazón y con grandes olas que amenazan con el
naufragio.
Es en
medio de la tormenta cuando tomamos conciencia de
nuestra fragilidad, de nuestra impotencia y pequeñez.
Y una vez que la tormenta termine no recordarás como lo
lograste, como sobreviviste.
Ni
siquiera estarás seguro si la tormenta a terminado
realmente.
De eso se trata esta tormenta.
Recuerda:
una cosa si es segura... cuando salgas de la tormenta no
serás la misma persona de la que entro en ella.
¡Cada
día es una nueva oportunidad...!