por Iam Saums
20 Mayo 2023
del Sitio Web
IamSaums
traducción de
Biblioteca Pleyades
Versión original en ingles
"Ser,
es estar transmitiendo al universo".
La fuente
Todo es energía.
Todo lo que se manifiesta en
esta realidad existe primero como una
expresión energética. Antes de nacer en este mundo, somos una forma
de onda energética que se relaciona con el universo como un alma.
Una energía eterna e infinita sin principio ni fin.
Esta es nuestra
universalidad.
Potencia la frecuencia y vitalidad de nuestro ser.
Durante su transición a la existencia física, nuestra alma hereda
energía celestial para nuestra experiencia humana prevista.
El
universo está en un constante estado de transformación. Sus
movimientos enérgicos en nuestro día de nacimiento son fuente de las
raíces únicas de nuestro ser.
Quiénes somos y cómo vivimos en la realidad social, define nuestra
humanidad.
Cisma del alma
El nacimiento es una experiencia extraordinaria, pero traumática.
Nuestra devolución de energía a materia es un período de nueve meses
en el paradigma del tiempo lineal. Gran parte de nuestro ser
personal, creatividad, conciencia, expresión, experiencia y
comprensión se pierde en la transición.
De niños, expresamos naturalmente la energía universal.
Sin embargo,
Nuestra
omnidimensionalidad se ve disminuida durante nuestra maduración.
Nuestra programación social controla e influye en nuestro
desarrollo y percepción con una multitud de adoctrinamiento
institucional.
Eventualmente, cedemos
nuestra universalidad, iniciando un cisma con
nuestra alma, mientras
nos condenamos a nosotros mismos a la existencia ordinaria.
Creciendo
De la infancia a la madurez, estamos en un flujo constante de
transformación física, mental y emocional, incluso bajo la gravedad
de la institucionalización.
Heredamos las tendencias conductuales, genéticas, ideológicas,
intelectuales e instintivas de nuestros antecesores de linaje.
Nuestra experiencia es un lienzo en blanco sobre el cual podemos
crearnos a nosotros mismos de una manera que nos empodera o nos
esclaviza.
La conformidad social es inevitable, ya sea por la
influencia de nuestra diversión, educación, filosofía, política,
parientes o religión.
La madurez nos condiciona a pasar de la creación a la emulación,
cambiando nuestra experiencia de la conciencia a la obediencia.
Paraíso
Perdido
A medida que "maduramos" dentro del adoctrinamiento institucional de
la sociedad, perdemos la relatividad con nuestro poder personal
mucho antes de que podamos convertirnos en su expresión.
La dependencia de nuestro entorno externo corta nuestra relación con
la universalidad.
Dentro de la toxicidad de la realidad social, nuestros cuerpos se
descomponen, nuestras mentes codifican y nuestros corazones se
contraen, lo que resulta en la distorsión, el declive y la
destrucción de nuestra intuición.
Toda la energía que emana el universo de su relatividad con nuestra
alma deja de empoderarnos.
El flujo de nuestro poder personal es retenido por
nuestro ego, al
perderse el paraíso de nuestra universalidad.
El arte de la
desprogramación
"Universalidad
es la expresión del empoderamiento".
Todos estamos programados. Es simplemente la medida individual de
nuestro condicionamiento.
Nuestra
institucionalización, ya sea educativa, hereditaria, política,
religiosa o de otro tipo, anima nuestra identidad y la proyecta
en la simulación de nuestro entorno social.
Nuestra programación se impone e implanta en nuestras mentes,
luego se transmite a nuestros sentidos.
Una vez que observamos la
influencia de nuestra programación, podemos eliminarla como un
virus.
La desprogramación
puede llevar tanto tiempo como nuestro adoctrinamiento.
Sin embargo, cuando
diferenciamos las influencias externas de nuestro ser interior, la
transformación de nuestro condicionamiento en conciencia es
exponencial.
El aliento del
ser
La contaminación energética y ambiental ha mermado la calidad del
aire que respiramos.
Hay más
dióxido de carbono en el oxígeno que inhalamos que en
nuestra exhalación. Esta es la causa raíz de la toxicidad en
nuestros cuerpos, pensamientos y sentimientos.
A medida que capeamos las tormentas diarias de la realidad social,
estas distorsionan y disminuyen nuestra relatividad con nuestra intuición y
alma.
Nuestra elección es extraer el aliento instintivo del olvido o el
aliento consciente del universo.
El primero nos extrae
vida, mientras que el segundo amplía nuestra experiencia...
La respiración consciente
potencia nuestro flujo energético con universalidad.
La corriente
del silencio
El silencio es el lenguaje del universo.
Ejercer esta presencia del ser es una forma poderosa de liberarnos
de la cacofonía de la realidad social.
Cuando practicamos el
silencio, calmamos el cuerpo, aquietamos la mente, empoderamos el
corazón, nos alineamos con la intuición y hacemos sinergia entre
nuestra alma y el universo.
Estar en silencio nos inspira a experimentar la omnidimensionalidad
de todo lo que existe más allá de nuestros sentidos, pensamientos y
sentimientos.
En muchos entornos sociales, hablar es cómo nos
distraemos de la realización de estar presente.
El silencio es una experiencia trascendental que potencia nuestra
relatividad con nuestra alma.
La expresión
de la creatividad
Una vez que comenzamos a desprogramarnos, respirar conscientemente y
observar el silencio, tenemos una base de ser sobre la cual crear.
En mi experiencia, cada ser humano tiene el potencial de expresar la
creatividad, sin importar qué medio o medios expresen mejor nuestra
resonancia energética.
Nuestra universalidad,
La creatividad es la
encarnación del universo dentro del paradigma de la realidad social.
El elemento esencial de su expresión es la transformación de nuestro
ser, experiencia y entorno.
El ritmo de la
resonancia
Cuando estamos alineados con la universalidad para crear nuestra
experiencia, el equilibrio de nuestro ser resuena con la frecuencia
energética de nuestra alma.
Este es nuestro fluir con el universo.
Sentimos, percibimos y experimentamos esta sinergia a medida que nos
empodera con su expresión eterna. Es omnipresente en nuestra vida
diaria, aunque la mayoría de las veces no nos damos cuenta de su
energía.
Nuestro propósito es ser una expresión universal en nuestra
experiencia diaria.
Cuando somos influenciados por las
corrientes
artificiales de la realidad social, estamos despojados de poder
hacia la esclavitud.
Cuando fluimos con nuestra alma, estamos empoderados con la
universalidad.
Universalidad
de transmisión
Nuestra naturaleza innata es estar relacionados.
Sin embargo, la
relación no se puede encontrar en la realidad social...
Primero, debe ser descubierta, experimentada y empoderada
internamente.
Nuestra relatividad con la universalidad, es la fuente de realización
de todas nuestras relaciones.
La frecuencia de su flujo energético, está presente en cada una de
nuestras experiencias.
Cuando balanceamos el equilibrio
entre nuestro cuerpo, mente y
corazón para alinearnos con nuestra intuición y alma, el universo
nos empodera para experimentar la auténtica relatividad.
Esta síntesis sinergiza nuestro ser con la universalidad.
Es esta energía omnidimensional la que empodera nuestro flujo y
expresión con la corriente infinita del universo...
"Nuestro destino en la
Nueva Era
es ser universalidad”.
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