08 Noviembre
2018
del Sitio Web
EcoInventos
Los científicos están
tratando de "embotellar" la energía solar y convertirla en
combustible líquido:
"Un combustible solar
térmico es como una batería recargable, pero en vez de
electricidad, pones la luz del sol y sacas el calor."
No importa lo abundante o
renovable sea, la energía solar tiene un punto débil.
Aunque hay muchos
desarrollos y soluciones, todavía no se ha dado con ese
almacenamiento barato y eficiente a largo plazo, esta nueva
tecnología podría ser un gran adelanto en el almacenamiento solar.
Pero ahora parece que se puede estar cerca de una solución.
Científicos suecos han
desarrollado un fluido específico, llamado combustible solar
térmico, que puede almacenar la energía del sol durante más de
una década.
"Un combustible solar
térmico es como una batería recargable, pero en lugar de
electricidad, se pone la luz del sol y se saca el calor, lo que
se activa cuando se solicita", explicó Jeffrey Grossman, un
ingeniero que trabaja con estos materiales en el MIT.
El fluido es en realidad
una molécula en forma líquida que
los científicos de la Universidad de Tecnología de Chalmers, Suecia,
han estado trabajando para mejorar durante más de un año.
Esta molécula está compuesta de,
-
carbono
-
hidrógeno
-
nitrógeno,
...y cuando se expone a
la luz solar, hace algo inusual:
los enlaces entre sus
átomos se reordenan y se convierte en una nueva
versión "energizada" de sí misma,
llamada
isómero.
Como la presa atrapada en
una trampa, la energía solar se captura entre los fuertes enlaces
del isómero, y permanece allí incluso cuando la molécula se enfría a
temperatura ambiente.
Cuando se necesita la energía - digamos por la noche o durante el
invierno - el fluido es simplemente aspirado a través de un
catalizador que devuelve la molécula a su forma original, liberando
energía en forma de calor.
"La energía de este
isómero puede
almacenarse ahora hasta 18 años",
dice uno de los miembros del equipo, el científico de nano-materiales
Kasper Moth-Poulsen de la Universidad de Chalmers.
"Y cuando llegamos a
extraer la energía y usarla, obtenemos un aumento de calor que
es mayor de lo que esperábamos."
Un prototipo de este
sistema energético, colocado en el techo de un edificio
universitario, ha puesto a prueba el nuevo fluido y, según los
investigadores, los resultados han llamado la atención de numerosos
inversores.
El dispositivo de energía renovable y libre de emisiones está
formado por un reflector cóncavo con un tubo en el centro, que sigue
al Sol como una especie de antena parabólica.
El sistema funciona de forma circular.
Bombeando a través de
tubos transparentes, el fluido es calentado por la luz solar,
convirtiendo la molécula en su isómero. El líquido se almacena a
temperatura ambiente con una pérdida mínima de energía.
Cuando se necesita la energía, el fluido se filtra a través de un
catalizador que convierte las moléculas a su forma original,
calentando el líquido a 63º Celsius (113º Fahrenheit).
La esperanza es que este calor se pueda usar para los sistemas de
calefacción doméstica, para calentar el agua del lavavajillas o de
la lavadora, antes de regresar al tejado una vez más.
Los investigadores han puesto el fluido a través de este ciclo más
de 125 veces, recogiendo calor y recuperándolo sin dañar
significativamente la molécula.
"Recientemente hemos
logrado muchos avances importantes, y hoy tenemos un sistema de
energía libre de emisiones que funciona todo el año",
afirmó Moth-Poulsen.
Después de una serie de
desarrollos rápidos, los investigadores afirman que su fluido ahora
puede contener 250 vatios-hora de energía por kilogramo, que es el
doble de la capacidad de energía de las baterías
Powerwall de Tesla, por ejemplo.
Pero todavía hay mucho que mejorar, los investigadores piensan que
pueden obtener aún más calor de este sistema, por lo menos 110º
centígrados (230º Fahrenheit) más.
"Queda mucho por
hacer. Acabamos de conseguir que el sistema funcione. Ahora
tenemos que asegurarnos de que todo está diseñado de forma
óptima", dice Moth-Poulsen.
Si todo sale según lo
planeado, Kasper Moth-Poulsen piensa que la tecnología podría
estar disponible para su uso comercial en un plazo de 10 años.
El estudio más reciente de la serie (Macroscopic
Heat Release in a Molecular Solar Thermal Energy Storage System)
ha sido publicado en Energy & Environmental Science.
|