Las ondas gravitacionales causadas por nubes de bosones que rodean a los agujeros negros que giran a mayor velocidad podrían dar nuevas pistas sobre la materia oscura. Todo indica que las posibilidades aumentan o decrecen según la edad de la nube de bosones: las más jóvenes emiten señales de mayor intensidad. Crédito: AlexAntropov86 en Pixabay.
que detectan ondas gravitacionales a miles de millones de años luz de distancia, para localizar posibles nubes de bosones: serían una probable fuente de materia oscura, que representa aproximadamente el 85 por ciento de toda la materia del universo...
Un nuevo estudio internacional desarrollado por la colaboración LIGO-Virgo-KAGRA y codirigido por investigadores de la Universidad Nacional de Australia (ANU) está utilizando potentes instrumentos y herramientas para intentar detectar ondas gravitacionales en las profundidades del cosmos.
Las ondas gravitacionales estarían causadas por nubes de bosones que rodean a los agujeros negros:
Distintas teorías han establecido que las ondas gravitacionales, fluctuaciones espacio-temporales provocadas por cataclismos y grandes eventos cósmicos, podrían ser la llave para descubrir materia oscura.
La materia oscura no puede divisarse, pero sin embargo los científicos saben que existe y que representa más del 85% de toda la materia presente en el universo por la influencia que ejerce sobre otros cuerpos y objetos.
Video y podcast: editados por Pablo Javier Piacente en base a elementos y fuentes libres de derechos de autor. Créditos imágenes video: AlexAntropov86, geralt, Lars_Nissen, FelixMittermeier, tommyvideo y Pexels en Pixabay.
Los bosones son las partículas subatómicas elementales, que ejercen las fuerzas fundamentales del cosmos.
En otras palabras, no
componen la materia visible pero sí ejecutan las cuatro
interacciones básicas que, desde el mundo cuántico, rigen el
comportamiento del universo: la gravedad, el electromagnetismo, la
fuerza nuclear débil y la fuerza nuclear fuerte.
Estas nubes de bosones
crean una delicada danza que se perpetúa durante millones de años,
generando continuamente ondas gravitacionales que se precipitan a
través del espacio.
La fuerza de cualquier onda gravitacional depende de la edad de la nube: las más antiguas envían señales más débiles. Los astrónomos explicaron que la nube de bosones se encoge a medida que pierde energía al enviar ondas gravitacionales.
En consecuencia, creen
que podrían hallar nubes de bosones en algún lugar de la propia Vía
Láctea.
En ese sentido, indicaron que continúan su búsqueda con las tecnologías actuales, pero que los detectores de ondas gravitacionales del futuro abrirán más posibilidades:
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