por Eduardo Martínez de la Fe
24 Junio
2021
del Sitio Web
Tendencias21
Técnicos de LIGO
examinando uno de los espejos de LIGO.
Caltech/MIT/LIGO Lab.
Una nueva investigación ha conseguido efectos quánticos con un
objeto que contiene casi un
octillón de átomos y un peso
equivalente a 10 kg, todo un récord mundial que potenciará los
estados exóticos de la materia y los ordenadores quánticos.
La
frontera quántica ha trascendido
los límites de las partículas elementales y alcanzado dimensiones
macroscópicas inéditas, permitiendo a los científicos acercarse al
estado fundamental de la materia a una escala de kilogramos.
Las partículas elementales, que forman la estructura más básica de
la materia, tienen efectos quánticos que solo se aprecian en los
electrones y en otros componentes físicos más pequeños.
Sin embargo, en un laboratorio se pueden crear condiciones para
obtener efectos quánticos macroscópicos:
la mayoría de las
veces, se ha conseguido con nubes de millones de átomos.
Esta frontera se ha
traspasado con creces por primera vez en una nueva investigación.
La nueva investigación se ha desarrollado en el seno de un
observatorio de detección de ondas gravitatorias llamado
LIGO (Laser Interferometer
Gravitational-Wave Observatory).
Es un observatorio que puede detectar movimientos miles de veces
menores que el ancho de un átomo, gracias a unos singulares espejos
que se balancean como un péndulo ante cualquier perturbación.
Frontera
quántica
Esos espejos, que se usan generalmente para detectar ondas
gravitatorias, en el nuevo experimento han servido para llegar a la
frontera quántica.
En la escala quántica, los objetos no son estáticos, ya que los
átomos están en constante movimiento.
Sin embargo, es posible
ralentizarlos para que el sistema quántico entre en un estado básico
de estabilidad, es decir, en movimiento mínimo, casi
detenido.
Ese menor estado de
energía se alcanza cuando la materia está muy fría, ya que, a
más calor, más movimiento...
Para alcanzar la frontera
quántica, los autores de la nueva investigación colocaron
electro-imanes en la parte posterior de los cuatro espejos de LIGO,
lo que redujo el movimiento pendular de todos ellos.
Tras enfriarse a 77 nanokelvins (un nanokelvin equivale a una
milmillonésima de grado), los espejos se movieron menos de una
milésima parte del ancho de un protón, rozando así la frontera
quántica.
El objeto que finalmente ha llegado a la frontera quántica no es
algo tangible (como los mismos objetos quánticos), sino que es el
movimiento pendular combinado de los cuatro espejos separados, cada
uno de los cuales pesa unos 40 kilogramos.
El "objeto" que los investigadores enfriaron y casi detuvieron
completamente tiene una masa estimada de alrededor de 10 kilogramos
y un octillón de átomos, explican los investigadores
en un comunicado.
Récord mundial
La inmovilidad casi completa de ese volumen de masa representa un
récord mundial, porque nunca se había llegado tan cerca de la
frontera quántica con objetos tan grandes.
Hasta ahora, solo objetos en el rango de nanogramos habían
sido llevados al estado fundamental, aunque la nueva proeza tiene un
alcance mucho mayor que el propio récord, destacan los
investigadores.
La finalidad de esta aproximación descomunal a la frontera quántica
es descubrir si la teoría quántica se aplica a todo lo que existe,
explica el investigador principal,
Vivishek Sudhir, a la revista ORF.
Se trata de averiguar por qué los fenómenos quánticos que ocurren
con fotones, electrones y demás partículas elementales, se pueden
apreciar en objetos más grandes solo en un laboratorio.
¿Por qué un fotón puede estar en dos lugares al mismo tiempo,
pero no una pelota de tenis?
Los físicos ya tienen una
respuesta provisional:
por las
perturbaciones que provoca el entorno...
Gravedad
quántica masiva
"Los fenómenos
quánticos desaparecen cuando un objeto interactúa con su
entorno", añade Sudhir.
"No sabemos por qué.
Roger Penrose una vez sospechó
que la gravedad era la responsable. Lo comprobaremos", concluye.
Después de este
experimento, los científicos ya saben cómo acercarse al estado
fundamental a una escala de kilogramos, y creen que pueden medir el
efecto de la gravedad en un objeto quántico masivo, algo considerado
hasta ahora como un sueño imposible.
Lo conseguido es un punto de partida para crear estados exóticos de
la materia, como supersólidos o fluidos que parecen tener masa
negativa, señalan los investigadores.
El estado básico de la materia es prometedor también para una serie
de aplicaciones, desde los relojes atómicos a los ordenadores
quánticos.
Referencia
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