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			 del Sitio Web ABC 
			 
 El análisis del ADN del hombre de Cheddar, un esqueleto mesolítico que marca el inicio de la ocupación continuada en lo que ahora es una isla hace unos 10.000 años, ha revelado algo sorprendente. 
 
			Según han dado a conocer 
			científicos del Museo de Historia Natural de Londres, este individuo 
			era negro y tenía los ojos azules. 
 
 
 
 Se trata del esqueleto más antiguo y casi completo de nuestra especie, Homo sapiens, que se haya encontrado nunca en Gran Bretaña. 
 Sin embargo, este antiguo inglés tiene los marcadores genéticos de pigmentación de la piel generalmente asociados con el África subsahariana. 
 
 
 
 El descubrimiento, por raro que parezca, es consistente con otros restos humanos mesolíticos descubiertos en toda Europa. 
 En este sentido, el de Cheddar demuestra que los rasgos genéticos que creemos que van habitualmente juntos, no tienen por qué hacerlo. 
 
			Además, parece que los 
			ojos claros entraron en Europa mucho antes de que lo hicieran la 
			piel pálida o el cabello rubio, que no aparecieron hasta después de 
			la llegada de la agricultura. 
 
 
 
			 
 Su esqueleto muestra una forma de pelvis estrecha, que generalmente se encuentra en las mujeres. No está claro si un agujero en su frente fue provocado por una infección o por un daño realizado en el momento de la excavación. 
 
			Al igual que todos los 
			humanos en toda Europa en ese momento, el Hombre de Cheddar era 
			intolerante a la lactosa y no podía digerir la leche como 
			adulto. 
 Probablemente, se dedicaba a cazar ciervos y uros (unos grandes bovinos), a pescar peces de agua dulce y a recolectar semillas y nueces. 
 Aunque junto a su esqueleto no aparecieron restos animales ni culturales, otros sitios del Mesolítico ofrecen pistas sobre la dieta y el tipo de vida de sus coetáneos. 
 En Star Carr, un asentamiento mesolítico en el norte de Yorkshire unos 1.000 años más antiguo, los arqueólogos ha descubierto cráneos de ciervo rojo (que pueden haber sido usados como "tocados" o una especie de ornamentos para la cabeza), piedras semipreciosas que incluyen ámbar, hematita y pirita y un colgante de pizarra esculpido conocido como el arte mesolítico más antiguo de Gran Bretaña. 
 
			Aunque es imposible 
			decirlo con certeza, tipos similares de objetos podrían haber sido 
			familiares para el Hombre de Cheddar. 
 Esqueleto del hombre de Cheddar Museo de Historia Natural 
 
 
 
			 
 Cerca del lugar donde se encontró al hombre de Cheddar hay otra cueva conocida como Aveline's Hole, uno de los cementerios mesolíticos más grandes de Gran Bretaña. 
 
			Allí aparecieron los 
			restos de unas 50 personas, todas depositadas en un corto período de 
			100 a 200 años. 
 De acuerdo con varios relatos victorianos, una gran cantidad de huesos, dientes de animales extintos, cuchillos de sílex e instrumentos de hueso fueron, desgraciadamente, extraídos del sitio y descartados. 
 Algunos pueden haber pertenecido a ocupaciones anteriores de la cueva, pero es posible que otros hubieran ofrecido pistas adicionales sobre la vida del hombre de Cheddar. 
 
 
 
			 
 
			 
			 
 En cuanto un organismo muere, comienza a descomponerse. Los científicos necesitan un hueso denso donde el ADN haya podido protegerse lo más posible. 
 En este caso, utilizaron el peñasco, un hueso del oído interno, que es el más denso del cuerpo humano. 
 
			Además, las condiciones 
			de la cueva, con una temperatura fresca y constante y con capas de 
			depósitos minerales naturales, ayudaron a la preservación. 
 
 
			 
 La población mesolítica a la que pertenecía este individuo fue reemplazada en su mayoría por los agricultores que emigraron a Gran Bretaña más tarde. 
 Sin embargo, este hallazgo, como otros muchos, nos sirve para recordar la irracionalidad y el desvarío inmenso que es el racismo. 
 
 
 
 
 
			
			 
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