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ElMundo encontrada en Al Wusta, Arabia Saudita IAN CARTWRIGHT
Este lunes, un grupo de científicos ha revelado el descubrimiento de una falange de Homo sapiens, fósiles de otros animales y datos geológicos que sugieren que el hombre pudo adentrarse en la Península Arábiga hace 85.000 años.
El hecho, dicen, se produjo en un momento en el que el clima de la región transformó los desiertos de la zona en húmedos pastizales, un ambiente más amable que permitió a nuestra especie salir de África, hacia Asia, por una ruta que no había podido ser demostrada hasta la fecha.
Se trata del resto fósil humano más antiguo encontrado fuera de África y de la llamada región del Levante (Oriente Próximo) y demuestra que estas poblaciones pudieron abandonar el continente por esta vía y expandirse, no de una manera esporádica, sino de forma prolongada tras adaptarse a este nuevo entorno.
Los autores de esta investigación, el arqueólogo Huw Groucutt, de la Universidad de Oxford (Reino Unido), el antropólogo Michael Petraglia, del Instituto Max Planck para la Ciencia de la Historia Humana (Alemania) y sus colegas han publicado sus resultados (Homo sapiens in Arabia by 85,000 years ago) en la revista Nature Ecology & Evolution.
El estudio cuenta con participación española, ya que, con la colaboración del investigador Mathieu Duval, el Centro Nacional de Investigación sobre la Evolución Humana de Burgos (CENIEH) ha proporcionado los datos para la datación del yacimiento.
El hueso, una falange de 3,2 centímetros, fue desenterrado en 2016 en el sitio arqueológico de Al Wusta, que se encuentra en pleno desierto de An-Nafud, en el norte de Arabia Saudita.
Para su identificación, los científicos han hecho una reconstrucción tridimensional del fósil que han analizado morfométricamente y asignado a la especie Homo sapiens.
Al compararlo con datos de neandertales y de otros primates, este dedo parece ser más grácil que el de estas especies.
Como curiosidad, los investigadores describen que la falange presenta un entesofito (espolón óseo), una calcificación producida por estrés en la mano y que Groucutt y Petraglia ven compatible con la elaboración de herramientas como las que también han encontrado, un conjunto de 380 utensilios del Paleolítico Medio de cuarzo y roca cuarcita.
Yacimiento arquológico de Al Wusta, Arabia Saudita KLINT JANULIS
Para la datación del resto óseo se ha empleado el método del uranio, una técnica directa por la que se sustrae parte del tejido mediante una serie de orificios microscópicos y se calcula la desintegración de este elemento radiactivo en las muestras.
Los análisis de
identificación y datación han durado dos años y han permitido
concluir que la falange es de Homo sapiens y que tiene al menos
85.000 años de antigüedad.
La excavación ha sacado a la luz un total de 860 fósiles de animales de 90.000 años de antigüedad, entre los que se encuentran,
Esta fauna, ya extinguida en Arabia y muy similar a la africana, sólo pudo existir de haberse dado en la región un ambiente fangoso y ríos o lagos permanentes en el tiempo.
El estudio así lo constata, pues la geología de Al Wusta presenta depósitos de tierras lacustres en las que se ha visto la actividad de diatomeas y caracoles de agua dulce.
Excavando en Al Wusta, hoy un sitio en el corazón del desierto de al-Nefud, pero en aquel entonces era un lugar bastante más acogedor, aunque semiárido. Klint Janulis.
Dos rutas asiáticas
fuera de África
Allí sólo llueve una o dos veces al año y sus fuertes vientos provocan violentas tormentas.
Esto no fue así en el pasado y, como demuestra el grupo de Groucutt y Petraglia, hace 90.000 años un clima húmedo pudo permitir a los humanos colonizar sus exuberantes praderas y hacer posible el paso de nuestra especie hacia Asia, fuera de África y el Levante (Oriente Próximo), adentrándose en Arabia.
el yacimiento de Al Wusta, Arabia Saudita.
MICHAEL
PETRAGLIA
Un trabajo publicado por la revista Science a principios de 2018 ya corroboraba la presencia de Homo sapiens en Israel hace entre 177.000 y 194.000 años.
Sin embargo,
El hallazgo del sitio Al Wusta muestra ahora que las dispersiones fuera de África fueron múltiples y que se extendieron más de lo que se pensaba, favorecidas por las diversas ecologías de Eurasia en el Pleistoceno tardío.
Para el antropólogo Juan Luis Arsuaga, otro de los coautores de la investigación de Israel, la permanencia de nuestra especie en ese lugar pudo durar, no obstante, más de 80.000 años.
Los dos amplios corredores que salen de África.
Los restos de Al Wusta, en todo caso, dan cabida a la hipótesis de que nuestra especie pudo dispersarse desde África hacia Asia tomando dos rutas, una al norte a través del corredor del Levante (apoyada por los fósiles encontrados en Israel) y otra al sur hacia Arabia (sostenida por la falange hallada en An-Nafud).
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