19 Septiembre
2018
del
Sitio Web
UCF
traducción de
Guillermo Caso de los Cobos
20
Septiembre 2018
del
Sitio Web
TerraeAntiqvae
Versión original en ingles
Nathaniel Kitchel (izquierda), un ex estudiante de doctorado
de la
Universidad de Washington en Antropología,
y
Maureen Boyle, arqueóloga de la Universidad Estatal de Utah,
excavan
en las cuevas de las montañas Bighorn en 2017.
Los
elementos recopilados en este enclave se utilizaron
como
parte de la base de datos de radiocarbono empleada en
el
documento de investigación publicado en PNAS
el pasado 17 de
septiembre.
Crédito: Robert Kelly
Mediante la utilización del consumo de energía como medida, un
equipo de científicos internacionales ha descubierto que las
civilizaciones antiguas estaban involucradas en una globalización
más acentuada de lo que se creía anteriormente, lo que sugiere que
una economía global integrada no es nada nuevo y pudo haber
beneficiado a las sociedades humanas durante siglos.
Esta investigación arqueológica es la primera de su tipo, porque en
lugar de centrarse en regiones o culturas específicas, ha utilizado
la datación mediante radiocarbono para examinar las sociedades
humanas en una escala más amplia y a más largo plazo.
Los resultados del estudio (Synchronization
of Energy Consumption by Human Societies throughout the Holocene) fueron publicados en la revista PNAS por
los autores,
-
Jacopo A. Baggio,
profesor asistente en el departamento de Ciencias Políticas
de la Universidad de Florida Central
-
Jacob Freeman,
profesor asistente en departamento de Arqueología de la
Universidad Estatal de Utah
-
Erick Robinson,
asistente de investigación post-doctoral en el Departamento
de Antropología de la Universidad de Wyoming
El equipo investigador
constató que las sociedades a menudo experimentaban auges y quiebras
simultáneamente, un proceso conocido como sincronía.
Para su estudio utilizaron la datación de radiocarbono y los
registros históricos para medir el consumo de energía a lo largo de
un período histórico que abarca desde hace unos 10.000 años a 400
años d.C., un marco temporal que abarca una gran parte de la actual
era del Holoceno.
En este sentido, cuanto
mayor es el consumo de energía, más probable es que una sociedad
tenga una población y una actividad política y económica en auge.
Algunas de las áreas
examinadas incluyeron,
Respecto a las dataciones
mediante radiocarbono, éstas provinieron de artículos orgánicos,
tales como semillas, huesos de animales y madera quemada,
conservados en antiguos depósitos de basura.
La datación mediante
radiocarbono mide la desintegración radiactiva del átomo carbono-14
para hallar la antigüedad de la materia orgánica analizada.
Los resultados y el análisis de los investigadores sugieren que la
existencia de una globalización temprana fue posible como una
estrategia que las sociedades llevaron a cabo para crecer a través
de la migración, el comercio y el conflicto con otras sociedades
distantes, cuando la 'capacidad de carga' de tales sociedades
comenzaba a sobredimensionarse.
El profesor Jacopo A. Baggio,
coautor del estudio, utilizó el
consumo de energía
como una forma de ver las civilizaciones.
Jacopo A.
Baggio, quien también es miembro del Centro Nacional de
Investigación Costera Integral y del grupo de investigación del
Sistema Costero Sustentable de la UCF, dijo que es especialmente
importante estudiar la capacidad de recuperación (resiliencia) de
las sociedades, es decir, la capacidad de reponerse de un desastre a
largo plazo, y en tal sentido la datación mediante radiocarbono es
una herramienta útil para esta evaluación.
"La resiliencia es
intrínsecamente dinámica", dice Baggio.
"En consecuencia, se
vuelve muy difícil comprender la resiliencia de una sociedad en
un corto espacio de tiempo.
En el estudio
publicado tenemos la oportunidad de observar estas tendencias
más largas y ver realmente cómo las sociedades reaccionaron y se
adaptaron, y cuáles fueron los auges y desplomes de las mismas.
Ojala este estudio
pueda enseñar algunas lecciones que aprender en la sociedad
moderna de hoy en día".
Baggio subraya que el
ascenso y caída de las sociedades parece ser una parte inherente de
la civilización.
"La información
obtenida en el estudio se detiene en hace 400 años, y ha habido
un gran cambio en el tránsito de las economías orgánicas a las
economías de combustibles fósiles.
Sin embargo, las
tendencias similares de sincronización continúan aún más hoy en
día, dadas las interdependencias de nuestras sociedades", añade
Baggio.
Jacob Freeman dijo que el nuevo
estudio sugiere que la existencia de un proceso de sociedades que
crean conexiones y se vuelven interdependientes, conocido como
globalización, también se desarrolló entre las sociedades humanas de
hace milenios.
"Si cada cultura
fuera única, no esperaría ver ninguna sincronía, o armonía, en
los registros humanos del consumo de energía", dijo Freeman.
Erick Robinson,
investigador post-doctoral de la Universidad de Washington,
recoge
una muestra de radiocarbono de 1.000 años de antigüedad
en el
Monumento Nacional de los Dinosaurios en Utah.
Erick
Robinson, por su parte, insiste en que es importante mirar no solo
las culturas en momentos específicos, sino también a largo plazo.
"Debemos movernos
hacia adelante y hacia atrás entre las diferentes escalas
espaciales y temporales para poder entender la imagen completa",
afirma.
"Cuando tomamos una
perspectiva más amplia, seguimos siendo interdependientes con
los demás, sin importar nuestras diferencias culturales".
Sin embargo, aunque la
interconexión tiene ventajas para las sociedades, también puede
haber caídas, sostiene Robinson.
"Cuanto más
estrechamente conectados e interdependientes nos volvemos, más
vulnerables somos a una gran crisis social o ecológica en otro
país", dijo.
"Mientras más
sincronizados estamos, cuanto más ponemos todos nuestros huevos
en una sola canasta, menos nos adaptamos a los cambios
imprevistos que se vienen encima.
La
crisis
financiera de 2007 a 2008 es un buen ejemplo reciente", concluye
Robinson.
Fuentes
|