por Andrew Curry
01 Marzo
2023 01 Marzo 2023 del Sitio Web SOTT
En toda Europa se fabricaban figuras similares a la
Venus de Brassempouy.
Los genes revelan una sorprendente diversidad dentro de culturas similares de la Edad de Hielo...
Tallaron esculturas del tamaño de la palma de la mano en colmillos de mamut, representando mamuts, leones de las cavernas y estilizadas figuras femeninas con elaborados tocados y exagerados pechos y nalgas, y dejaron su arte y artefactos distintivos desde España hasta Rusia occidental.
Pero, a pesar de las apariencias, los gravetenses no eran un solo pueblo.
Nuevas pruebas de ADN, publicadas hoy en Nature (Palaeogenomics of Upper Palaeolithic to Neolithic European hunter-gatherers), demuestran que los gravetenses de Francia y España eran genéticamente distintos de los grupos que vivían en lo que hoy es la República Checa e Italia.
Los datos del Gravetiense (Gravettian) forman parte de un conjunto más amplio de ADN de la antigua Europa que revela una sorprendente diversidad genética dentro de culturas prehistóricas aparentemente unificadas.
El amplio estudio ha analizado 116 genomas recién secuenciados y cientos de otros publicados anteriormente, que abarcan desde hace unos 45.000 años, cuando los primeros humanos modernos llegaron al continente, hasta aproximadamente el 6000 a.C., y desde la Península Ibérica hasta las estepas occidentales de la actual Rusia.
El estudio,
Periodo tras periodo, la evidencia genética sugiere la necesidad de reevaluar las conclusiones extraídas de pruebas arqueológicas como herramientas, estilos de caza y rituales funerarios.
Muchas de las muestras estaban en mal estado y algunas procedían de contextos inusuales, como el paisaje ahora sumergido entre las Islas Británicas y los Países Bajos conocido como Doggerland.
Los nuevos métodos
analíticos y las cada vez más potentes herramientas de secuenciación
del ADN permitieron a los investigadores exprimir información de
huesos y dientes extremadamente degradados, incluidos algunos que
contenían apenas un 1% de su material genético original.
Los arqueólogos habían observado,
Por ejemplo, sólo los habitantes de Europa central y oriental construían refugios de huesos de mamut.
El arqueólogo de la Universidad de Leiden Alexander Verpoorte, que no participó en el nuevo estudio, añade:
Ahora, parece que fueron
obra de poblaciones distintas.
Los gravetenses, como se muestra en esta reconstrucción, tenían una cultura común con arte y artefactos sofisticados. Pero eran dos poblaciones distintas. TOM BJOERKLUND
Los arqueólogos suponían que, hace unos 26.000 años, la población, incluidos los gravetenses, se retiró a las zonas sin hielo del sur de Europa y regresó al norte varios miles de años después, cuando los glaciares se derritieron.
Esta hipótesis parece confirmarse en la Península Ibérica y el sur de Francia:
Pero la Península Itálica, que durante mucho tiempo se consideró un refugio relativamente seguro, mostró algo diferente.
A pesar de lo que a los arqueólogos les parecían pruebas de una ocupación continua durante y después del máximo glacial, el ADN revela que el refugio era en realidad un callejón sin salida.
En cambio, tras el máximo
glaciar, los habitantes de Italia muestran vínculos genéticos con
Oriente Próximo, lo que sugiere la llegada de una nueva población
desde los Balcanes.
Pero pensaron que los cambios reflejaban una población existente que se adaptaba a cazar en paisajes más cálidos y boscosos.
En cambio, el ADN muestra una sustitución casi completa de la población:
El estudio también analizó la última era de los cazadores-recolectores en Europa, que comenzó hace 10.000 años, cuando el calentamiento continuó transformando la estepa abierta en densos bosques y ricos humedales.
También en este caso, los genes revelaron un aspecto sorprendente:
Incluso tenían un aspecto diferente:
Lo más sorprendente es que, a pesar de la ausencia de barreras geográficas entre las actuales Alemania y Rusia, los dos grupos pasaron milenios sin mezclarse.
Pero reconoce que las muestras del equipo no cubren todo el continente, y que las zonas de contacto más probables - en Polonia y Bielorrusia, por ejemplo - carecen de muestras.
Si se obtuvieran más
datos genéticos de esas zonas, se podría demostrar que las dos
poblaciones se mezclaron localmente.
|