Más allá de ser simplemente un enlace geográfico, Doggerland
era un
ecosistema floreciente...
El enigma de las civilizaciones antiguas y sus vestigios es una fascinación constante que intriga y maravilla a muchos.
A medida que el tiempo avanza, estas civilizaciones, que una vez dominaron vastas regiones de nuestro planeta, se desvanecen gradualmente en el velo de la historia, haciéndolas aún más misteriosas y codiciadas.
Sin embargo, el
implacable paso del tiempo, junto con la constante erosión de la
naturaleza, a menudo ha barrido muchos de sus vestigios, dejando a
los arqueólogos con la ardua tarea de desenterrar y descifrar lo que
queda de estas gloriosas eras pasadas.
En el vasto y misterioso mundo subacuático, el descubrimiento de ruinas antiguas es un testimonio de la majestuosidad de estas culturas y de la poderosa influencia de las fuerzas naturales que las han sumergido.
Aunque la existencia de
la Atlántida sigue siendo objeto de debate, lo cierto es que
las profundidades marinas han revelado numerosas ciudades y
estructuras antiguas, demostrando que las civilizaciones pasadas no
son simples fantasías.
Aunque estos hallazgos no
rivalizan con la magnitud de la Atlántida, ciertamente nos ofrecen
una perspectiva reveladora sobre las dinámicas del mundo antiguo.
El mundo de
Doggerland descubierto por la ciencia
"Doggerland"
De acuerdo con National Geographic, lo que ahora conocemos como las Islas Británicas no siempre estuvo separado del continente europeo.
Durante miles de años, estuvo conectado a través de una extensión de tierra llamada Doggerland, que servía como un puente terrestre.
Con sus colinas verdes, densos bosques y una serie de humedales, la región proporcionó un hábitat ideal para sociedades de cazadores-recolectores.
Estas tierras fértiles no
solo dieron sustento a las primeras formas de humanos, sino también
a antiguos ancestros como los neandertales y el
Homo antecessor.
descubierto con tecnología magnética
El nombre se deriva del
Dogger Bank, una parte del
lecho marino que una vez formó parte de esta región. Esta área, a su
vez, recibió su nombre de los barcos pesqueros del siglo XVII
conocidos como "dogger".
Las civilizaciones, a pesar de sus gloriosos apogeos, no son inmunes a las fuerzas del tiempo y la naturaleza.
Y, mientras continúa la
búsqueda de más respuestas, cada hallazgo arroja luz sobre el
incesante ciclo de vida, evolución y eventual desaparición que
caracteriza la historia de nuestro mundo.
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