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© Imagen: Chen et al. Matter and Radiation at Extremes
El hallazgo, realizado por un equipo de
instituciones chinas y publicado (Jinlin
Crater, Guangdong Province, China - Impact Origin Confirmed)
en la revista Matter and Radiation at Extremes, aporta nuevas
evidencias sobre la magnitud de los cuerpos que golpearon el planeta
en tiempos relativamente recientes y revela detalles geológicos que
hasta ahora permanecían ocultos.
Esta región se caracteriza por afloramientos de granito del Cretácico que han sido sometidos a un clima húmedo y cálido, capaz de erosionar con rapidez estructuras geológicas.
A pesar de estas condiciones, la forma del cráter se conserva sorprendentemente bien, lo que llevó a los investigadores a sospechar que la estructura era mucho más joven que otros cráteres erosionados en contextos similares.
Las mediciones de campo muestran que el cráter tiene aproximadamente 900 metros de largo y 820 metros de ancho, con una profundidad cercana a los 90 metros desde el borde superior hasta el fondo visible.
Su forma es similar a un cuenco elíptico inclinado hacia el suroeste, y el interior está compuesto por sedimentos derivados del granito alterado, mezclados con fragmentos de roca arrancados por el impacto.
La conservación de estos materiales fue una de
las primeras pistas que señaló un origen reciente.
Dentro de estos cristales, el equipo encontró estructuras conocidas como deformaciones planas o PDFs, alineaciones extremadamente finas que solo se forman bajo presiones inmensas generadas por impactos cósmicos.
Las láminas halladas presentaban orientaciones y
espaciados consistentes con este proceso, descartando por completo
causas volcánicas o tectónicas.
Este nivel de destrucción explicaría la remoción
violenta de materiales graníticos y la formación de la cuenca
actual.
Aun así, los fragmentos de granito presentes en el cráter no muestran la degradación total que correspondería a miles de años adicionales de erosión.
Por ello, los autores concluyen que el impacto ocurrió durante el Holoceno, posiblemente en los últimos diez o doce mil años...
El descubrimiento sugiere que eventos de gran
magnitud pudieron haber sido más frecuentes de lo que indicaban los
registros geológicos.
Crédito de imagen: Ming Chen
También ofrece información valiosa sobre cómo se conservan los cráteres en zonas donde la erosión suele borrar estas huellas con rapidez, lo que permitirá refinar modelos de preservación geológica.
Sin embargo, destacan que el descubrimiento refuerza la idea de que muchos impactos del Holoceno pudieron pasar inadvertidos debido a la vegetación, la meteorización y el relieve cambiante.
El Jinlin Crater, oculto durante milenios
en las montañas de
Guangdong, representa ahora una
clave fundamental para reconstruir los impactos recientes y para
dimensionar los riesgos naturales asociados a objetos cercanos a la
Tierra.
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