Aquel que se dedica a buscar la verdad (hablo de su propia verdad...
se sobreentiende que no hay verdades absolutas) encontrará
fácilmente que el mundo vive en una gran mentira, que la forma de
vida del sistema es una falacia.
Esto indudablemente entra en
conflicto con aquel que abre su mente, porque ya no hay religiones,
partidos políticos, sesgos sociales de cosas como la familia, el
ambiente laboral, etc.
El mundo vive inmerso es un gigantesco sistema de mentiras, lo que
muchos denominan "la matrix".
Esta matrix ha perdurado
tanto tiempo, que los mismos humanos (la masa en general que la
conforma) hacen todo lo posible por mantenerla y aquel que se
intenta salir - pensando diferente, no haciendo lo que el común hace,
etc. - es considerado como 'loco' o 'extraño'.
Entonces el buscador de la
verdad se suele confundir, porque son pocos los que abren su mente y
entran en esa duda de
su despertar porque la gran mayoría le sugiere
que está mal las cosas que piensa, dice y hace...
Salirse del rebaño no es tan fácil, la matrix tiene miles de
tentáculos.
Esto no es de que,
"yo soy despierto y los demás están
dormidos; por consiguiente, soy mejor que los demás"...
¡No...!, no se
trata de eso, ya que, esto no es más que otro engaño
del ego.
Por
eso el sabio a menudo hace cosas simples que visto con los lentes de
la masa, suelen parecer absurdas o triviales.
Esto es porque el
sabio aprende a convivir con la mentira del sistema para subsistir
en el día a día, pero a su vez, anida en su interior su verdad, que
ha sabido maniobrar en ese juego entre la mentira del mundo y la
verdad que subyace en el mismo mundo.
Y sí, parece toda una paradoja...