Rudolf Steiner, cuyas enseñanzas condujeron a la
medicina antroposófica, la agricultura biodinámica y la
escuela Waldorf, afirmó que el corazón es una forma
regular de siete lados que se encuentra en una caja
imaginaria en el pecho.
Significa que los siete lados son idénticos.
Platón describió cinco sólidos platónicos y Steiner
mencionó que existía un sexto.
Además afirmó que el corazón no es una bomba.
Esta
fantástica afirmación fue respaldada por Frank
Chester quien descubrió cómo diseñar una forma
regular de siete lados.
Este
sexto sólido platónico ahora se llama cofre aedro
y encaja perfectamente dentro de un cubo en un ángulo de
36°, descentrado hacia la izquierda exactamente el mismo
ángulo en que se encuentra el corazón en el pecho.
Cuando se sumerge en agua y se hace girar se forman dos
vórtices contrarrotantes.
Estudios científicos recientes han demostrado que estos
dos vórtices facilitan el cierre de las válvulas y
cuando los vórtices no se forman correctamente
aparecerán coágulos de sangre.
El
hombre que desplegó mil corazones, Paco Torrent, descubrió que el corazón es una única banda
muscular, doblada sobre sí misma en un patrón espiral.
El
corazón mismo es un vórtice de tejido. No es una bomba.
Es una máquina de vórtices.
Durante siglos se creía que la materia solo podía
existir en tres estados como el agua, que puede ser
líquida, hielo y vapor.
Las
células humanas están compuestas en un 70% por agua,
pero la mayor parte de esta agua no se encuentra en
ninguno de estos tres estados.
Hemos aprendido que el agua tiene un cuarto estado.
Este
cuarto estado se llama 'estado de plasma', 'fase de
gel', 'zona de exclusión' o 'agua estructurada' y es lo
que impulsa la sangre a través de todo el sistema
cardiovascular.
Impulsada por la energía infrarroja de su entorno el
agua de nuestro cuerpo se convierte en un sistema de
propulsión eléctrica.
Un
cierto porcentaje del agua de nuestro cuerpo se
convierte en agua estructurada y el resto permanece en
agua líquida normal o agua a granel.
El
agua estructurada se carga negativamente y forma las
paredes exteriores gelatinosas de nuestros capilares
venas y arterias.
Estas paredes exteriores cargadas negativamente impulsan
continuamente la masa de agua cargada positivamente del
interior llevando consigo la sangre.
Este
sistema de propulsión funcionará indefinidamente siempre
y cuando permanezca cargado y la forma en que lo cargas
es con el campo electromagnético de la tierra, energía
infrarroja y pensamiento positivo.
El
trabajo del doctor
Masaru Emoto ha demostrado
científicamente que el agua expuesta a palabras y
pensamientos humanos amorosos se transforma en su forma
hexagonal natural...