Penthouse: Antes de presentar su
demanda y empezar a hablar abiertamente sobre la Cienciología,
habían muy pocas noticias sobre esta iglesia en los medios. ¿Por
qué piensa usted que ha habido tan poca investigación al
respecto?
Hubbard: Es muy simple. Cienciología ha aplicado siempre la
doctrina del "juego justo", una política de hacer hasta lo
imposible por detener una investigación o publicación sobre un
artículo crítico en un magazín o periódico.
Se han desplegado
increíbles operaciones sobre varias personas que han tratado de
escribir libros sobre Cienciología. Funciona casi como una
campaña de terror. En primer lugar, hacen hasta lo imposible
para echar la ley sobre el reportero o periódico. Teníamos un
pool de abogados para realizar esta operación. El objetivo era
destruir al enemigo.
Así, la solución era siempre la de atacar,
agresivamente, con todos los recursos posibles, desde todo
ángulo, casi instantáneamente.
Esto puede ser apabullante. Un
tipo atrapado con veintisiete demandas legales y nuestros
abogados empezarían a realizar testimonios extrajudiciales
absolutamente sobre cualquiera quien conociera al hombre,
sacando al tiempo todos sus trapos sucios y juntándolos
conjuntamente en una operación que lo hundiría en mayores
problemas.
Conozco de un caso, el de Paulette Cooper, quien
escribió un libro titulado: "El Escándalo de la Cienciología",
en el cual sus detractores invirtieron casi U.S.$500.000
tratando de destruirla.
Penthouse: ¿Así que tú piensas que la prensa estaba intimidada?
Hubbard: Sí, absolutamente, desde los años cincuenta. Encontré
esto muy lamentable. Se asemejaba más a la Alemania de los años
treinta. La libertad de prensa parecía estar enterrada, llena de
terror.
Su pensamiento era:
"¿Bien, quien quiere afrontar diez
años de litigios, solo porque imprimimos el nombre de L. Ron
Hubbard?".
Estoy encantado de ver que Penthouse tiene los
cojones para reproducir esta entrevista.
Penthouse: ¿Por qué piensas que era tan arriesgado?
Hubbard: Mi padre nos recalcaba a todos: No vas a la corte
pensando que vas a ganar el caso. Vas a la corte para acosar,
retrasar, reprimir al enemigo financiera, física y mentalmente.
Tú encárgate de registrar cada movimiento y solo apriétalos en
la corte. Las cortes, para mi padre, nunca fueron usadas para
buscar justicia o conciliación, eran para destruir a la gente
que pensaba eran sus enemigos, para prevenir que aparecieran
historias negativas sobre ellos.
El solo deseaba un control
completo de la prensa y lo logró.
Penthouse: ¿Qué es exactamente la Cienciología?
Hubbard: La Cienciología es un juego donde se reúnen el poder,
el dinero y la inteligencia.
En el inglés de uso común, el
cotidiano, la Cienciología afirma que hace cientos de trillones
de años, tú y yo y todos los demás deseábamos convertirnos en
seres y así se decidió.
Deseábamos nuestra propia existencia,
convertidos en seres. A través de salvajes juegos espaciales,
interacción, luchas y guerras en la gran tradición de la ciencia
ficción, creamos este universo: toda la materia, energía,
espacio y tiempo de este universo. Y así, durante estos
trillones de años, nos convertimos en el efecto de nuestra
propia causa y nos encontramos atrapados dentro de cuerpos
humanos.
Así que la idea de la "auditación", "consejería" o
"procesamiento" de la Cienciología es para liberarte de tu
cuerpo y retornar al estado divino original o, en la jerga
cientológica, un Thetan Operante, O.T.
De acuerdo con la
Cienciología: "Todos somos dioses caídos" y la meta es retornar
a dicho estado original.
Penthouse: ¿Y qué es la Iglesia de la Cienciología?
Hubbard: Es una de las muchas organizaciones fundadas por mi
padre. Esta fue constituida en 1953, básicamente para evitar el
acoso de mi padre por el personal de la profesión médica y el
IRS.
La idea de la Cienciología realmente no existía antes de
dicho punto como religión pero mi padre la convirtió en iglesia
después de que empezó a sentirse presionado.
Penthouse: ¿No demostró interés tu padre por ayudar a la gente?
Hubbard: No.
Penthouse: ¿Nunca?
Hubbard: Mi padre empezó como un escritor de ciencia ficción en
bancarrota.
Él siempre estuvo quebrado durante la década de los
años 40. El me decía a mí y a otras muchas personas que la forma
de hacerse millonario era creando una religión. Entonces
escribió el libro de "Dianética: La Ciencia Moderna de la Salud
Mental", mientras estuvo en Bayhead, New Jersey.
Cuando
visitamos Bayhead, alrededor de 1953, íbamos caminando y
recordando y me dijo que había escrito el libro en un mes.
Penthouse: ¿No existía la iglesia cuando él escribió el libro?
Hubbard: Oh, no, no. Ya ves, su objetivo era básicamente
escribir el libro, hacer dinero y volarse. Pero en la década de
los 50, éste se convirtió en el principal libro de auto-ayuda
psicoterapeuta y se convirtió en un best-seller.
Penthouse: ¿La gente le enviaba dinero?
Hubbard: Sí, ellos deseaban entrenamiento y posteriormente,
auditación o procesamiento dianético. Esto era una avalancha
increíble.
Penthouse: ¿Salió todo de su cabeza al escribir el libro? o
¿Realizó algún tipo de investigación?
Hubbard: No hubo investigación en absoluto.
Con el paso de los
años, cada que debía responder a esa pregunta, su respuesta
cambiaba de acuerdo con la biografía que estuviera escribiendo.
Algunas veces, acostumbraba escribir una nueva biografía cada
semana. Usualmente decía que había invertido treinta años de
investigación en el libro. Pero no, él no hizo ninguna
investigación.
Lo que él hizo realmente fue tomar trozos y
pedazos de escritos de otras personas y ponerlos todos juntos en
una licuadora y mezclarlos. Y así surgió la Dianética!
Todos los
ejemplos del libro, algunas 200 "experiencias de la vida real",
fueron solo el resultado de sus obsesiones con los abortos y
estados inconcientes…
De hecho, la gran mayoría de dichos
incidentes fueron inventados por él. El resto emergió de su
propia vida secreta la cual estaba fuertemente involucrada con
lo oculto y la magia negra.
Dicho involucramiento se remonta a la edad de dieciséis, cuando
vivía en Washington, D.C. El estaba inmerso en la lectura de "El
Libro de la Ley" de Aleister Crowley. Además se interesó por
varias cosas que apuntaban a lo que algunos llamaban la Hija de
la Luna.
Se trataba básicamente de tratar de crear una especie
de inmaculada concepción, excepto que ésta se derivaba de Satán,
no de Dios… Otra idea importante fue la creación de lo que ellos
denominan implantes embrionarios -lograr que un espíritu
satánico o demoníaco habite el cuerpo de un feto.
Esto se
produciría como consecuencia de la realización de varios
rituales de magia negra, los cuales incluían el uso de hipnosis,
drogas y otras peligrosas y destructivas prácticas. Además había
que destruir todas las evidencias en caso de que esta inmaculada
concepción fallase.
De esta forma, mi padre llegó a obsesionarse
con los abortos.
Tengo recuerdos de ello desde que tenía seis años. Ciertamente
fue un problema tanto para mi padre como para la Cienciología,
el hecho de que yo lo recuerde. Fue alrededor de 1939 o 1940,
que,
"Vi a mi padre haciendo algo a mi madre. Ella estaba tumbada
en la cama y él, sentado sobre ella, con la cara en dirección a
sus pies, sostenía un gancho de ropa o *perchero en la mano.
Había sangre derramada por todo el lugar".
Recuerdo a mi padre
gritarme. "Vete a dormir"!
Un poco después, llegó un doctor y
trasladaron a mi madre al hospital. Ella no habló del incidente
durante años. Tampoco mi padre.
Penthouse: ¿Estaba él tratando de realizar un aborto?
Hubbard: De acuerdo con él y mi madre, él también trató de
hacerlo conmigo.
Yo nací de seis meses y medio y pesé dos libras
y dos onzas. Quiero decir, no llegué a nacer: lo mío se produjo
como el resultado de su intento por abortarme. Sucedió durante
una noche de juerga.
Mi padre estaba tan absorto tratando de
representar el número de la magia negra que concluiría afirmando
que él pensaba que era la Bestia 666 encarnada.
Penthouse: ¿El diablo?
Hubbard: Sí, el Anticristo… Aleister Crowley pensaba igual de sí
mismo. Y cuando Crowley murió en 1947, mi padre decidió entonces
que él debía llevar el sello de la bestia y convertirse así en
el ser más poderoso del universo.
Penthouse: Tenías entonces seis años en ese entonces. ¿En qué
creías?
Hubbard: Creía en el Satanismo. No había otra religión en casa!
- ¡Cienciología y Magia Negra!
Lo que muchas personas no perciben
es que la Cienciología es Magia Negra que se extiende a lo largo
del tiempo. El acto de realizar Magia Negra generalmente toma
unas cuantas horas o, en la mayoría de los casos, solo unas
semanas. Pero en Cienciología, ésta se extiende durante el lapso
de una vida y tú no lo ves.
La Magia Negra es el eje central de
la Cienciología y es probablemente la única parte de la
Cienciología que realmente funciona. Además, no es que mi padre
adorase a Satán, es que él se creía Satán mismo. Él era uno con
Satán. Él tenía una línea de comunicación y de poder directo con
él.
Mi padre nunca adoraba nada. Quiero decir, cuando piensas
que eres el ser más poderoso del universo, no respetas nada y,
por lo tanto, no adoras nada.
Penthouse: Volvamos a la forma cómo ves que la Cienciología
trabaja sobre una base individual. ¿Hubo alguien que escribiese
a tu padre preguntando si él podía curar el cáncer?
Hubbard: Sí hubo quien. Sí, él decía poder hacerlo.
Penthouse: ¿Y cuál era el costo por curar el cáncer?
Hubbard: En ese entonces, era algo así como entre US$10 y $25 la
hora. Ahora, cuesta unos $300 o más la hora.
Penthouse: ¿Cuánto se pagaba exactamente?
Hubbard: Para ser auditado en ese tiempo, el paciente se
recostaría en un sofá y el auditor se sentaría sobre una silla y
empezaría la asesoría. Las palabras auditación, consejería y
procesamiento significan realmente lo mismo en Cienciología.
Penthouse: ¿Qué se diagnosticaría?
Hubbard: Ellos dirían que el cáncer y su cura son solo
incidentales al problema principal del "desarrollo espiritual"
individual y de acuerdo con la Dianética y la Cienciología, la
explicación sobre el cáncer es básicamente que tú tienes un
problema de tipo sexual.
Hubbard: Correcto.
Penthouse: ¿De qué forma lo explicaba?
Hubbard: Muy simple, de acuerdo con mi padre, el cáncer es
básicamente que las células se dividen de manera incontrolable y
de esta forma, de acuerdo con mi padre, el problema es un asunto
de tipo sexual.
Por lo tanto, la raíz del cáncer deriva de un
problema sexual. Si tú contraes el cáncer, realmente estás
enganchado con el sexo. Así que en esta auditación, no tengo
conocimiento sobre el manejo que se le da actualmente pero es
probablemente el mismo que antes, es que ellos se enfocarían por
completo en la vida sexual de un cliente.
Ciertamente, había una
preocupación increíble.
En la Dianética y la Cienciología, el
sexo era un gran medio de control. Tú ejerces control completo
sobre alguien si tienes todos los detalles sobre su vida y
fantasía sexual y además éstos se encuentran registrados en
expedientes.
Penthouse: ¿Y qué pasaba si alguien que había tomado el
entrenamiento, deseaba retirarse?
Hubbard: No había forma.
Había miles de personas, en la década
del cincuenta, que venían a tomar los diferentes niveles de
entrenamiento y a obtener títulos como el Certificado de
Auditor, Licenciado en Cienciología o con Doctorado en
Cienciología, aprobados por Hubbard, y si ellos no lograban el
puntaje que mi padre deseaba de ellos, entonces, procedería a
cancelar sus certificados y luego notificaría a los Cienciólogos
en la zona donde el hombre vivía para que éstos no tuvieran nada
que ver con él, para desconectarlos de él.
Y si esta información
sobre él salía a la luz, entonces se procedería a difamarlo ante
su esposa, su familia, sus hijos, lugar de trabajo, en todo
lugar. Era una especie de chantaje directo.
Era "Permanecer en
uno o varios rediles similares". Posteriormente, ellos
desarrollaban lo que denominaban una junta de revisión ética. Y
si aún no te doblegabas, entonces irías a juicio frente a una
corte ilegal y luego serías sentenciado quizás a limpiar los
pisos. Supe que habías tenido que caminar dando vueltas con un
trapo sucio atado alrededor de tu brazo como un distintivo.
Tú
podrías hacer de mi lo que quisieras. Tú podías estar encerrado
dentro de un cajón o esposado a una cama. Esto, en los últimos
años. En la década de los años cincuenta era más simple, más
directo. Yo solo salía y los golpeaba.
(Para mi padre, las cortes eran usadas para destruir a la gente
que él pensaba eran sus enemigos… Estoy encantado de ver que
Penthouse tiene los cojones para imprimir esta entrevista).
Penthouse: ¿Golpes físicos?
Hubbard: Sí. Nosotros éramos fuertes de brazos… Yo mismo lo era.
Ten en cuenta que yo pesaba para ese entonces unas 240 libras.
Cuando yo enseñaba Cienciología, ningún estudiante se volaba de
mis cursos! Yo iba a cazarlo y recuperaría físicamente a mis
alumnos. Tú sabes. Los cienciólogos ahora tratan de hacer creer
que soy peor que Atila, el Huno.
Ellos olvidan que cuando fui
director de entrenamiento para la organización, entrené
literalmente a miles de personas.
Creé muchos procesos y
procedimientos de Cienciología durante toda la década de los
cincuenta. Realmente ayudé a crear y operar la organización.
Durante siete años, estuve profundamente involucrado, muy
directamente, durante su formulación y edificación. Así que todo
su empeño por desacreditarme me resulta divertido.
Yo
acostumbraba decir que nadie se volaba nunca de mis cursos. Tú
puedes pensar que esto es rudo, para ello, debías haber tomado
los cursos a mi cargo en la década de los años cincuenta.
Penthouse: ¿Que sucedería si alguien que iba a tus clases,
decidía que era una porquería y nunca regresaba?
Hubbard: Si tú firmabas un curso y asistías a mi clases, yo te
mantendría allí o te recuperaba físicamente si los dejabas.
Penthouse: Ya tenías tu dinero, ¿entonces por qué molestarte con
ello?
Hubbard: Porque yo pensaba que todo lo sabía, me sentía todo
poderoso, totalmente arrogante y egoísta, por una cosa. Yo era
bastante insoportable.
Penthouse: ¿Tenía conocimiento tu padre de dichos sucesos?
Hubbard: Sí, claro. Nadie hacía nada en Cienciología sin su
conocimiento o consentimiento o sin sus órdenes directas.
Penthouse: ¿Alguna vez fue mas allá de golpear
físicamente?
Hubbard: Yo recuerdo encerrar a una niña en una choza en medio
del desierto al menos por un par de semanas.
Penthouse: ¿Por qué, cosas como éstas nunca se hacían de
conocimiento público?
Hubbard: Porque el mismo reinado de terror que ocurría bajo
Robespierre y Hitler en la década del cincuenta, sigue
ocurriendo ahora. Debes saber que hay muy poco coraje real en
este mundo. Es muy fácil doblegar a la gente. No se requiere
mucho esfuerzo para silenciar a la gente.
En la década del
cincuenta, todo lo que yo tenía que hacer era llamar a un
cliente y decirle:
"Bien. Pienso que a tu esposa le gustaría
saber sobre tu amante".
La respuesta lo trastornaría:
"Oh, Dios
mío!"
Entonces le respondería:
"Bien. Nadie desea realmente
divulgar este tipo de información. Pienso que sería
absolutamente terrible si tu esposa lo descubriese, de modo que
voy a asegurarme absolutamente que ella no lo sepa.
Ahora, si
decides venir a otra corta auditación… Ahora tú sabes en tu
corazón que las críticas que has estado formulando sobre
Cienciología solo son de carácter vengativo. Realmente no son
ciertas en tu corazón. Tú sabes eso, ¿no es así?".
Y el hombre
dice:
"Sí, seguro, seguro que voy!" y luego, si los cienciólogos
no podían chantajearte, entonces crearían algunas "operaciones
sucias y especiales".
Había pocas operaciones como éstas.
Esta
es una, por ejemplo, sucedió recientemente. Yo estuve
involucrado en ella…
Los cienciólogos trataron de buscar un
asistente del Fiscal General del Estado de California untado en
una falsa operación donde una ciencióloga fingía ser una monja y
fingía quedar embarazada de él y luego entablaría una demanda en
su contra. Luego, siguiendo otro esquema ellos trataron de
involucrar al alcalde de Clearwater, Florida, con un falso
accidente de golpe y fuga.
Yo podría describirte operación tras
operación complotada por ellos de formas más o menos similares.
Penthouse: ¿Ha venido sucediendo esto desde la década de los
cincuenta?
Hubbard: Ciertamente. Las operaciones eran bastante mansas en
ese entonces en comparación con los sofisticados procedimientos
que ellos tienen hoy en día.
Cuando nosotros ocultábamos dinero,
por ejemplo, recuerdo estar en Filadelfia cuando el FBI y la Marshall’s Office, EE.UU., iban contra mi padre por un cargo de
desacato contra la ley.
Entonces nos mudábamos del pueblo con la
lista completa de correos y un maletín lleno de dinero directo a
las colinas!
Penthouse: ¿Cuál era el destino final del dinero?
Hubbard: Había mucho que salía al exterior pero mi padre siempre
mantenía una gran cantidad en su cuarto de modo que pudiera huir
en cualquier momento, en cajas de zapatos. El desconfiaba de los
bancos.
Penthouse: ¿De cuánto dinero estamos hablando?
Hubbard: ¿En aquel momento? Cientos de miles, como mínimo. La
última vez que vi a mi padre, en 1959, se mencionó que tenía al
menos US$20 millones en ahorros.
Penthouse: ¿Invertía él su dinero?
Hubbard: No. El quería permanecer muy líquido, muy fluido, de
modo que pudiera cortar y correr en cualquier momento.
Penthouse: ¿De dónde provenía todo ese dinero? ¿Cuánto costaba
ser auditado, en la jerga de Cienciología?
Hubbard: Costaba tanto como pudiera tener una persona. Dicho
cliente tenía que permanecer en la organización, logrando
auditarse cada vez, con mayor frecuencia, hasta que pagara tanto
como todo lo que tuviera. La gente vendería su casa, su carro,
convertiría sus acciones y valores en efectivo y entregaría todo
a la Cienciología.
Penthouse: ¿Qué les prometían ustedes por dicho precio?
Hubbard: Nosotros les prometíamos el sol y la luna y luego les
mostrábamos la forma de llegar hasta allí. Ellos venderían hasta
su alma para lograrlo. Les decíamos que ellos tenían el poder de
un dios. Eso era todo lo que les decíamos.
Penthouse: ¿Qué tipo de personas eran tentadas por esa promesa?
Hubbard: Una gran variedad de personas.
La gente que deseaba
elevar su Coeficiente Intelectual (IQ), sentirse mejor, resolver
sus problemas. También había gente que deseaba enseñorearse ante
otras personas con el uso del poder.
¡Recuerda! Se trata de un
juego de poder, una cuestión de escalar una jerarquía piramidal
hasta llegar a la cima, y es que tú puedes pisar a otros para
conseguir más poder del que cuentas. Se apela mucho a los
neuróticos y a la gente codiciosa.
Se apela mucho a los
estadounidenses, creo, porque tienden a creer todo al instante,
desde un café instantáneo hasta el nirvana. Con sólo decir unas
pocas palabras mágicas o cumpliendo unos cuantos encargos, uno
puede convertirse en un dios. La gente cree esto. ¡Ves!
La Cienciología no aborda realmente el alma; aborda el ego. Lo
que ocurre en Cienciología es que el ego de una persona se infla
por esta fantástica ciencia-ficción en proporción del tamaño del
universo. Y esto resulta muy atractivo.
Es especialmente
atractivo para los intelectuales de este país que están hechos
para sentir que son las personas más altamente inteligentes,
cuando en realidad, desde un punto de vista emocional, son
completamente estúpidos.
Refinados profesores, médicos,
científicos, personas que participan en las artes y las
ciencias, caerían en la Cienciología de forma inimaginable
porque la Cienciología apela a su nivel intelectual y refuerza
sus debilidades emocionales.
Tú me muestras a un profesor y yo
me devuelvo a los años cincuenta: le golpeo en la cabeza y me lo
comería para el desayuno
(Mi madre permanecía tumbada sobre la cama y mi padre sentado
encima de ella, de cara en dirección a sus pies. El tenía un
perchero en su mano. Había sangre derramada por todo el lugar).
Penthouse: ¿Se sentía atraída la gente joven por tantos cultos
como hoy en día?
Hubbard: Sí, algunos hippies, por ejemplo, lograban interesarse
pero tratábamos de alejarnos de ellos porque éstos no tenían
dinero.
Penthouse: ¿No podía ser cienciólogo un hombre pobre?
Hubbard: No, oh no.
Penthouse: ¿Qué piensas de la gran popularidad de cultos en este
país?
Hubbard: Creo que son muy peligrosos y destructivos. No creo que
nadie deba pensar por ti. Y eso es exactamente lo que hacen los
cultos. Todos los cultos, incluyendo la Cienciología.
Dicen,
"Soy tu mente, soy tu cerebro. He hecho todo el trabajo por ti,
te he allanado el camino. Todo lo que tienes que hacer es girar
tu mente y recorrer el camino que he creado para ti".
Bien… He
aprendido que hay una gran fortaleza en la diversidad, que una
discusión o debate clamoroso es muy saludable y debería
fomentarse.
Es por eso que me gusta la configuración política de
Estados Unidos: simplemente porque se puede luchar y argumentar
y saltar hacia arriba y hacia abajo y gritar y gritar y tener
todo tipo de puntos de vista, independientemente de lo
equivocados o ridículos que sean.
La gente aquí no tiene que
renunciar a su derecho de percibir las cosas de la manera que
ellos creen. Cienciología y todos los demás cultos son
unidimensionales y vivimos en un mundo tridimensional. Las
sectas son tan peligrosas como las drogas.
Y cometen el mayor
crimen: la violación del alma.
Penthouse: Tú mencionaste que la Cienciología atraía a muchas
reconocidas e importantes personas. ¿Puedes darnos algunos
ejemplos?
Hubbard: Dos de las personas que tuvieron que ver con los
finales de los cincuenta en Inglaterra fueron Errol Flynn y un
hombre que estaba en una escala muy alta del Partido Laborista
en el momento.
Mi padre y Errol Flynn eran muy parecidos. Sólo
les interesaba el dinero, el sexo, el alcohol y las drogas. En
ese momento, a finales de los años cincuenta, Flynn era más o
menos del porte de un gigantón desgastado. Sin embargo, se vio
involucrado con mi padre en el contrabando de ofertas: oro desde
el Mediterráneo y mercado de drogas, sobre todo de cocaína.
Ambos eran un poco más grandes que la vida.
Desde ese punto de
vista, tenía que admirar a mi padre. Como ya he dicho, era un
escritor de ciencia ficción en bancarrota, que sufría altibajos
y luego escribe un libro de ciencia-ficción y convence al mundo
que es verdad. Se vende a millones de personas y obtiene miles
de millones de dólares y todo el mundo piensa que es una especie
de deidad.
El era realmente más grande que la vida. Flynn era
así, también. Se podría decir muchas cosas negativas sobre
ambos, pero lo hicieron a su antojo y viveron a su antojo.
Siempre resultaba divertido sentarse a cenar y escuchar a estos
dos tipos de gente salvaje. Errol Flynn era también como mi
padre en el sentido que haría cualquier cosa por dinero. Él
llevaba a cualquiera a la cama: muchachos, chicas, mujeres
cincuentonas, niños de diez años de edad. Flynn y mi padre
tenían un apetito insaciable.
Toneladas de amantes. Vivían muy
por lo alto y a lo cerdo.
Penthouse: ¿Y qué hay acerca de su participación en el Partido
Laborista Oficial?
Hubbard: Él era un doble agente de la KGB y de la agencia de
inteligencia británica. También era un enfurecido homosexual.
Él
quería utilizar a mi padre con sus técnicas negro-mágicas y
quiebre del alma (soul-cracking) en chicos jóvenes. Él deseaba a
estos niños como sus propios esclavos sexuales.
Quería utilizar
las técnicas de mi padre para quebrar las cabezas de la gente
porque era muy influyente en, y alrededor del gobierno
británico, además de que vendía información a los rusos. Y así
mismo era mi padre.
Penthouse: ¿Vendía tu padre información a los soviéticos?
Hubbard: Sí. Es ahí es donde mi padre obtuvo el dinero para
comprar St. Hill Manor en East Grindstead, Sussex, el cual es la
sede británica actual de la Cienciología en Gran Bretaña.
Penthouse: ¿Qué información tenía tu padre para vender al
gobierno soviético?
Hubbard: El no realizó ninguna labor de espionaje por sí mismo.
Normalmente, solo permitía que unas pequeñas personas extrañas
penetraran las oficinas y entraran a su casa en altas horas de
la noche. El me dijo que estaba permitiendo a la KGB revisar
nuestros archivos y que estaba cobrando por ello £40,000.
Este
fue el dinero que usó para la compra de St. Hill Manor.
Penthouse: ¿Conoces de alguna información específica que la KGB
obtuviese de tu padre que pudiera haber sido perjudicial para la
seguridad?
Hubbard: Los planes para un misil guiado por calor infrarrojo a
principios de los años cincuenta.
Obtuvieron dicha información a
través de una amplia auditación de un tipo que era uno de los
ingenieros principales. Ha habido grandes y claras
infiltraciones hasta el día de hoy. Siempre ha habido un interés
desmesurado por parte de la Cienciología en el personal militar
y de gobierno.
No hay manera de que te lo demuestre sentado
aquí, pero creo que la KGB entrenó a agentes de Alemania del
Este que llegaron a través de Dinamarca hasta Londres y Estados
Unidos y que eran, supuestamente, cienciólogos.
Hicieron muy
buenos cienciólogos. Fueron muy bien entrenados.
Penthouse: ¿Hacía tu padre esto solo por dinero?
Hubbard: Sí. Entre más lo hacía, más quería. Se volvió
codicioso. Solo le interesaba el uso del dinero y el poder,
donde fuera o con quien fuera. La moral y la política no hacían
diferencia para él en absoluto.
Penthouse: ¿Captaba el Partido Laborista a sus jóvenes miembros
a través de la Cienciología?
Hubbard: Sí. Los británicos estaban maduros para la
Cienciología.
El sistema escolar británico fomenta el
lesbianismo y la homosexualidad, porque desde el momento en que
se nace hasta que se llega a los veinte años, todo lo que ves es
el mismo sexo. Las escuelas están tan segregadas. Y notarás en Scientology el enfoque en el sexo. -Sexo, sexo, sexo-. Lo
primero que queríamos saber acerca de alguien auditado, eran sus
desviaciones sexuales.
Ya sabes, en realidad, muy pocas personas
practican sexo exclusivamente al estilo misionero. Así que todo
lo que tienes que hacer es encontrar las manías de una persona,
sean las que sean -sus sueños y sus fantasías.
Y si encuentras
el eje central, sus impulsos, deseos y fantasías sexuales,
entonces puedes poner un aro entre sus fosas nasales y llevarlos
adonde sea. Tú te comprometes a cumplir sus fantasías o amenazas
con exponerlos… ¡Muy simple!
Y la gente tiene fantasías sexuales
extravagantes. No hay nada de malo con eso, yo soy el último
hombre en la tierra que debe hacer un juicio de valor acerca de
las prácticas sexuales de alguien. Pero una vez que encuentras
el núcleo sexual, ya los tienes agarrados.
Y tú puedes
descubrirlos ya sea a través de lavado de cerebro, mediante
auditoría, o a través de interrogatorios o investigaciones;
siguiéndolos, fotografiándolos, marcando sus teléfonos, lo que
sea.
Penthouse: ¿Tú hacías todo eso?
Hubbard: Así es.
Penthouse: ¿Había también gente de alto nivel del gobierno
británico en Cienciología?
Hubbard: Sí, había un miembro del personal médico de Winston
Churchill. Lo teníamos cogido por las bolas.
Penthouse: ¿Dio él cualquier tipo de información sobre
Churchill?
Hubbard: Sí, sin duda. Ya ves, estas personas no se daban cuenta
cuando se filtraba su información. Siempre pensaban que en la
auditación de Scientology gozaban de la confidencialidad del
sacerdote-confesor, pero nunca fue así. La gente simplemente lo
asume y todavía lo hace. Pero todo el mundo sabía lo que estaba
en los archivos de todos.
Penthouse: ¿Cuál fue el primer ejemplo que recuerdes sobre
actividad de espionaje con relación a tu padre?
Hubbard: Recuerdo un día en 1944 cuando llegó a casa desde la
base naval donde estaba estacionado en Oregon con una caja
grande de metal gris bajo el brazo.
La puso dentro de nuestro
pequeño garaje adjunto y puso una lona encima de ella. Ese fin
de semana, un par de tipos divertidos llegaron a la casa.
Recuerdo que era verano y que llevaban unos pesados abrigos de
lana, de color marrón oscuro. Dicho cuadro se quedó grabado en
mi mente: ¿por qué usaban abrigos cuando hacía más calor que el
infierno?
Yo sólo tenía unos diez años en aquel entonces. De
todos modos, esos tipos grandes y sudorosos toman la caja, la
ponen en su coche y se marchan. Pero antes de que llegaran, yo
había echado un vistazo a la caja.
Yo tenía en mente ese objeto
de apariencia extraña. No sabía qué demonios contenía.
Posteriormente, durante los años cincuenta, iba pasando por una
tienda de escombros de guerra y de repente vi un objeto que era
igual al que yo había visto en la caja. Era el corazón del
radar.
Durante la guerra, cuando los hombres lo extrajeron de
nuestro garaje, era un objeto súper secreto y súper valioso,
valorado en miles de dólares. Recuerdo que amenazaron con
suicidarse, haciéndose explotar, si es que alguna vez fuesen
capturados.
Luego, en 1955, fui a trabajar en la sede de Cienciología en
Londres y noté que una mujer hacía cosas extrañas con personas
extrañas en la oficina, así que decidí investigar.
Descubrí que
era un miembro con carnet del Partido Comunista.
Me puse
colérico con ella e irrumpí en su apartamento, donde me encontré
con docenas de pequeñas almohadillas codificadas. Parecían
pequeñas almohadillas lácteas con toda una mezcla de letras y
números sobre ellas. Entonces, destiné a algunas personas que la
siguieron hasta la embajada rusa.
Finalmente escribí un largo
informe sobre ella a mi padre. Estaba furioso. Me dijo que no
investigara más, que no escribiera más y que no dijera a nadie
lo que había descubierto, que destruyera todas mis pruebas.
Le
grité:
"Los malditos rusos invaden la oficina y hacen quién sabe
qué."
Él gritó.
"Yo los quería allí!"
Me dijo que ella había
sido puesta allí por la KGB con su conocimiento y
consentimiento. Esto realmente me molestó.
Mi abuelo, que había
sido un Comandante en Jefe de la Marina, me había impresionado
con su honor y la integridad rojo-blanco-y-azul. Era un oficial
de la vieja escuela: 180 grados de diferencia con mi padre.
De
hecho, yo le atribuyo mucho a él mi capacidad para liberarme de
la Cienciología y lograr enderezar mi vida porque su patriotismo
había logrado alcanzarme y en este sentido, también, dejarme
sentir el sabor amargo acerca de los tratos entre mi padre y los
rusos.
Penthouse: ¿Fue esto lo que te hizo desencantar de la
Cienciología?
Hubbard: Sí, eso fue el principio.
Yo empecé a sentir que mi
padre era un enfermo, un sádico y un hombre vicioso. Y cada vez
encontraba más paralelos entre su comportamiento y el de Hitler,
según podía deducir de mis lecturas. Supe que mi padre realmente
deseaba destruir a sus enemigos y tomarse el mundo.
Quienquiera
que fuese percibido como su enemigo, tenía que ser destruido,
incluyéndome. Esta política de "juego limpio" siempre ha
funcionado así desde el principio.
La organización no podía
existir sin ella. Esto mantiene a la gente muy quieta.
Penthouse: ¿Quieres decir asesinada?
Hubbard: Bueno, en realidad, él no quería personas muertas
porque ¿cómo podrías realmente destruirles si sólo los matas? Lo
que quería hacer era destruir sus vidas, sus familias, su
reputación, sus trabajos, su dinero, todo. Mi padre era el tipo
de persona que, cuando se trataba de destrucción, quería
mantenerte con vida durante tanto tiempo como fuere posible,
para torturarte, castigarte.
Si eligió destruirte, le encantaría
verte tirado en la alcantarilla, encadenado al alcohol y a las
drogas, rodando sobre tu propio vómito, con esposa e hijos, idos
para siempre: sin trabajo, sin dinero.
Disfrutaría de pasar por
tu lado y patearte y decir a otros, "¡Mira lo que hice a este
hombre!" Es el tipo de persona que despojaría a las moscas de
sus alas para verlas tropezar de pared en pared. ¿Ves? Esto
también encaja con sus creencias cienciológicas.
En su opinión,
si tan solo te mueres, tu espíritu saldría y conseguiría otro
cuerpo para continuar viviendo. Al destruir a un enemigo de esa
manera, le estarías haciendo un favor.
Le estarías liberando de
seguir bajo el control de L. Ron. Hubbard, ¿ves?
Penthouse: Se dice que muchos cienciólogos tienen filosofías
similares.
Hubbard: Sí, muchos son sádicos, así como él mismo: muy
teutónicos, muy a lo Gestapo.
Penthouse: ¿Piensas que ellos se detendrían con el asesinato?
Hubbard: Muchos no lo harían. La sentencia sobre la cual reposa
el súper-secreto de la Cienciología se construye sobre la base
del: "Haz lo que tú quieras, es toda la Ley. También proviene de
la magia negra, de Aleister Crowley.
Esto significa que tú mismo
eres la ley, que tú estás por encima de la ley, que tú creas tu
propia ley. Tú estás por encima de cualquier otra consideración
humana.
Desde que llegaste a la existencia por un acto de
voluntad, puedes hacer lo que quieras. Si decides salir a matar
a alguien, pum! pum!, eso es todo. Un acto de voluntad,
desligado de emociones o sentimientos, que no se rige por
cualquier ética, moral o ley.
Se trata de gente muy despiadada.
Totalmente al ataque. La mayoría de la gente piensa que estas
personas son demasiado locas y salvajes, frenéticas e
impredecibles.
No es así para mí. Los locos son muy predecibles,
porque están atrapados en la misma ronda mental y espiritual y
todo lo que pueden hacer es dar vueltas y más vueltas. Durante
años, he sido capaz de contrarrestarlos, para mantenerme con
vida, simplemente porque yo era uno de ellos.
En eso, tuve un
gran maestro, magnífico.
Penthouse: ¿Ejercía un comportamiento violento tu padre con la
familia?
Hubbard: No conmigo pero golpeaba mucho a las mujeres y de forma
muy violenta: sangre, ojos negros, dientes rotos. Era agotador.
Golpeaba a las mujeres, llevándolas hasta el infierno. Sus
arrebatos eran increíbles. He leído los informes de los tipos de
rabia que Hitler solía tener y suenan igual que las de mi padre.
Era especialmente quisquilloso con el tema de los alimentos.
Siempre habría alguien más en la mesa cateando todos los
alimentos antes de consumirlos.
Lo vi recoger toda una mesa de
la cena y lanzarla contra la pared si la comida no era de su
gusto o tenía algún tipo de sospecha. Se volvió muy extraño en
los años cincuenta. Tenía que tener su ropa lavada y lavada y
lavada. Se duchaba una media docena de veces al día.
A menudo me
he preguntado si todo esto pudo haber sido causado por las
grandes cantidades de drogas y medicamentos que tomaba.
Penthouse: ¿Ingería muchas drogas tu padre?
Hubbard: Sí. Desde los dieciséis años. Ya ves… Las drogas son
muy importantes en la aplicación de la magia negra pesada. El
uso personal de drogas expande la habilidad de la conciencia
individual para romper las puertas al reino de las
profundidades.
Penthouse: ¿Qué tipo de drogas usaba él generalmente?
Hubbard: Generalmente, casi de todo, porque él era muy
hipocondríaco: cocaína, peyote, anfetaminas, barbitúricos. Sería
más corto enumerar lo que no tomó.
Penthouse: ¿Te estimulaba él a usar drogas?
Hubbard: Bien. Él las usaba conmigo. Era una persona muy
nocturna.
Todas las noches, acostumbrábamos sentarnos todos
alrededor, ya sea en su oficina o en casa. Y cuando se
recargaba, comenzaba a hablar. Él era bastante fluido en la
conversación. Le encantaba hablar.
Y, por supuesto, en los años
cincuenta, decidió, aparentemente, que yo era su heredero, por
lo que quería enseñarme todo lo que sabía. Empezó a
suministrarme fenobarbital mezclado en mi goma de mascar, cuando
tenía diez años de edad.
Esto se hacía con el fin de inducir
trances más profundos con el fin de practicar la magia negra y
obtener una vía de poder.
Penthouse: ¿Cómo trabaja esto exactamente?
Hubbard: La explicación es algo larga y complicada. La razón
básica es que hay algunos poderes en este universo que son
bastante fuertes. A modo de ejemplo, Hitler estuvo involucrado
con la misma magia negra y las mismas técnicas ocultas
utilizadas por mi padre: ¡Idénticas!
Lo cual, como ya he dicho,
proceden desde antes de la época egipcia. Es algo muy secreto,
muy potente, muy viable y muy peligroso. El lavado de cerebro no
es nada en comparación con esto.
El término correcto sería
"quiebre del alma".
Es como abrir grietas del alma, que a su vez
abren varias puertas al poder negativo existente -poderes
satánicos y demoníacos-. En pocas palabras, son como túneles,
vías o puertas que pueden succionar el poder interno de
cualquier persona. El uso de las mujeres, sobre todo, es
increíblemente insidioso.
Con esto, el Dr. Fu Manchú, por
ejemplo, hace que se vea como un estudiante de kindergarten. Es
el último vampirismo, el último jode-mentes. En vez de ir en
busca de sangre, van por tu alma.
Y si tomas drogas con el fin
de alcanzar ese estado, literalmente, ese martillo psíquico,
puede romper tu alma y extraer ti poder interior.
Él diseñó sus
técnicas ‘Operating Thetan’ para hacer exactamente lo mismo.
Pero, por supuesto, eso toma un par de cientos de horas de
auditación y mega-miles de dólares por el privilegio de tener la
cabeza convertida en un espejo de Humpty Dumpty, rota en mil
pedazos.
Puede sonar como un increíble galimatías, pero con ello
hizo una gran fortuna mi padre.
Penthouse: ¿Cuándo fue la última vez que tu padre fue visto en
público?
Hubbard: En algún momento de los años sesenta le concedió una
entrevista a la televisión británica.
Después de eso, no volvió
a aparecer en público y poco a poco, terminó recluyéndose. Una
de las razones por las que terminó auto-exiliándose fue su
propia condición física y mental, la cual llegó a deteriorarse
de tal modo, que no podía permitir que el público o los miembros
de la Cienciología supieran exactamente el estado en el que se
encontraba.
Este fue un testimonio del hecho que la Cienciología
no funcionó.
Penthouse: Observando en perspectiva tus últimos veintitantos
años de vida, ¿qué hubieras hecho de diferente?
Hubbard: Esa es una pregunta compleja.
Supongo que si tuviera
que hacerlo todo de nuevo, me gustaría hacer lo mismo, con un
padre como el mío. No creo que pudiera vivir de otra manera. Han
sido veintitrés años de infierno, pero a veces hay que pasar por
el infierno para llegar al cielo.
Ha sido una vida muy
emocionante.
Puedo decirlo. Venimos de una larga línea de
pícaros y sinvergüenzas, que se remonta a 200 o 300 años, por lo
menos. Así que supongo que estamos diseñados para este tipo de
vida. He dicho que soy un predicador de la adversidad y la
controversia y así me conduzco.
Además puede que con nuestro
ejemplo, la gente trate de dejar ese estado de "semi-dios".
Penthouse: ¿Qué pasaría si tu padre aún viviese? ¿Te atreverías
a confrontarlo?
Hubbard: Sí, me encantaría.
Penthouse: ¿Le tienes miedo?
Hubbard: No, estando él enfermo. Me aseguraría que recibiese el
mejor tratamiento que pudiese encontrar en todo el mundo. Lo
considero una víctima tanto como me considero una víctima de su
propio involucramiento con la magia negra, las drogas y sus
propios engaños. Él fue víctima de su propio invento.
Penthouse: Muchas personas dirían que tu padre es culpable de
muchos grandes pecados y crímenes. ¿Piensas que deba ser
castigado?
Hubbard: Él no ha escapado al castigo. Creo que en este momento,
vivo o muerto, se hundió en su propia locura y ese es un castigo
más que suficiente.
Esa es la más terrible cárcel de todas,
estar atrapado dentro de tu propia cabeza. Con él debe ser como
estar encerrado dentro de una fábrica de fuegos artificiales
explotando sin que haya una salida.
Penthouse: ¿Alguna vez deseaste la muerte de tu padre?
Hubbard: No, no lo creo. Independientemente de las cosas que me
hizo, compartimos una vida extremadamente intensa.
Penthouse: ¿Estafando al
mundo?
Hubbard: ¡Sí, lo hicimos! En ese entonces, disfruté mi vida
tanto como la disfruto ahora. Y realmente, en la medida de los
delitos, creo que mi padre recibió la máxima condena, la de
vivir bloqueado y atrapado dentro de su propia locura.
No hay
forma de salir de ello.