20 Diciembre
2017
del Sitio Web
ElDiario
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La gran
revolución del antiguo Egipto, reescrita por arqueólogos españoles
El relato de la revolución político-religiosa más antigua de la
historia, la implantación del monoteísmo en el Egipto de los
faraones hace unos 3.300 años, está siendo reconstruido por un
equipo de arqueólogos españoles, liderado por Francisco Martín
Valentín y Teresa Bedman.
En una entrevista a Efe, los arqueólogos desvelan que a lo largo de
su última campaña de excavaciones en Luxor, en el sur de Egipto,
desarrollada entre octubre y diciembre, han logrado las pruebas que
corroboran de forma "casi matemática" la tesis de la corregencia
entre el faraón Amenhotep III y su hijo Akenatón, que
defienden desde hace años.
Bedman detalla que la misión española ha encontrado este año estelas
y tapones de jarras que "dejan mucho más claras" las fechas de los
acontecimientos de esa época, una de las más convulsas de la
historia del antiguo Egipto.
Hasta ahora, ese periodo también era uno de las más oscuros, porque
los faraones posteriores ordenaron borrar todo rastro de esos dos
reyes, que se levantaron contra el clero, instauraron el monoteísmo
y se proclamaron dioses vivientes.
Akenatón
Por ello, hasta ahora nunca estuvo claro si Akenatón había llevado a
cabo la revolución religiosa a solas tras la muerte de su padre, ni
si habían compartido o no el poder, un hecho que el equipo español
cree haber demostrado con el hallazgo de unos jeroglíficos en 2013 y
corroborado ahora.
"Si no tienes un
momento cronológico que sea como un mojón que todo el mundo diga
'esto es así', te lo pueden discutir. Lo teníamos, lo habíamos
probado y ahora lo confirmamos.
Sabemos qué pasó y
cuándo. (...)
El tema es grandioso,
una vez que lo desarrollemos será un hito desde el punto de
vista historiográfico", sentencia Martín.
Los arqueólogos han
logrado precisar que Akenatón subió al trono en el año 28 del
reinado de su padre y que ambos compartieron el poder durante una
década.
Sin embargo, Martín incide en que a partir del año 30 de esa era,
Amenhotep se transforma en el dios Atón y su hijo continúa a
su lado como rey y sumo sacerdote.
Estos detalles, apunta el egiptólogo, son "fundamentales" porque
explican una lucha por el poder con el clero que se remonta a los
inicios de la
dinastía XVIII.
"Se trata de quién
tiene el poder, quién lo ejerce.
Inventaron un sistema
grandioso, hacen un solo dios, que se puede ver y al que se
puede pedirle cosas, sin hacer falta la intermediación
sacerdotal.
Eso es una revolución
política, religiosa e intelectual de primer orden", explica
Martín.
Sin embargo, todavía hay
incógnitas por desvelar...
Por ejemplo, los
españoles todavía dudan de si en efecto el sistema fundado por
Amenhotep III se trataba de
monoteísmo o si, en cambio, admitía la existencia de otros dioses
subordinados a Atón.
Estos hallazgos obligan a recortar la cronología de la dinastía
XVIII en once años, lo que implica "reubicar" a los personajes más
famosos del antiguo Egipto, entre ellos
Akenatón, Nefertiti o Tutankamón.
El equipo de la misión 'Viisir Amen-Hotep Huy',
junto a la Tumba 'AT-28),
localizada
en Asasif (Luxor).
PROYECTO VISIR AMEN-HOTEP HUY / IEAE.
"Podemos proponer con
solidez que Amenhotep III, y no Akenatón, fuera el padre de
Tutankamón.
Eso cambia todo 180
grados, da la vuelta a todo el tema y es uno de los casos que es
consecuencia de esta documentación", prosigue Martín.
Los hallazgos de la
misión española son fruto de las
excavaciones que llevan a cabo desde 2009
en la tumba del visir
Amenhotep Huy, quien fue gobernador
del faraón homónimo y que se opuso férreamente a la revolución
religiosa, lo que le costó caer en desgracia y, tal vez, ser
"liquidado".
Siglos después, tras la restauración del politeísmo en Egipto, los
faraones restituyeron la figura del visir y convirtieron su tumba en
un lugar de culto, sagrado.
La tumba sirvió incluso a lo largo de los siglos como fábrica de
momias - la única que se conoce - y después ha continuado siendo
considerado como un lugar "mágico".
Los arqueólogos han encontrado documentos muy recientes, de los
siglos XVIII y XIX, que dan cuenta de que se seguían haciendo
"conjuros" y rituales mágicos en ese lugar, lo que muestra que la
tumba tiene,
"una vida constante
en el imaginario tebano" y que, de hecho, la "civilización
faraónica no se ha cortado hasta hoy".
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