Desde la noche de los tiempos, hombres relataron diversos fenómenos
en el cielo, nubes luminosas,
vimanas, carros voladores,
naves voladoras, etc., pero también supernovas, cometas y
meteoritos, piedras que caían del cielo. Pero, haciendo poco caso de
numerosos testimonios, los hombres del saber sostuvieron durante
siglos que era absurdo, imposible, los testigos sufrían
alucinaciones.
A principios del
siglo XIX, un hombre tuvo el valor de interesarse en este
fenómeno natural, estas piedras que caen del cielo. Su
curiosidad audaz fue premiada después del estudio del ya
famoso meteorito del Águila caído en Francia en 26 de abril
de 1803.
Jean-Baptiste Biot publicó el resultado de sus
trabajos en 1806 y consiguió convencer la comunidad
científica de que no se trataba de alucinaciones ni de un
fenómeno sobrenatural, ni siquiera de sencillas piedras
alcanzadas por el rayo, sino que estas piedras tenían un
origen extraterrestre. |
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La historia se repite y hoy resulta divertido constatar que a pesar
de numerosos testimonios, los OVNI son negados
sistemáticamente por esta misma comunidad científica que se complace
en mentar el estudio del Sr Biot como demostración de la
grandeza de la ciencia. Sin embargo, los OVNI
constituyen sin duda alguna el fenómeno más importante para la
humanidad porque plantea el problema del contacto con una
civilización extraterrestre y no obstante sigue siendo el que menos
se estudia.
Desde hace más de 50
años, el dogma oficial es que esto no existe y que
todas las observaciones pueden clasificarse en una de las categorías
siguientes :
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Son cosa de
charlatanes, de falsificadores o de guasones malintencionados
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Están relacionadas
con un estado etílico o de deficiencia mental
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A lo mejor, no son
más que ilusión óptica, el resultado de una alucinación
colectiva o un error de interpretación del observador que, al
contrario del sabio, ¡ no sabe !
Entonces todo se puede
reducir a un fenómeno natural, terrestre o relacionado con las
ciencias humanas si no se encuentra explicación. Sólo que, en
ciertos casos, el observador sabe, y hablo con conocimiento de
causa, que lo que ha visto no es ilusión óptica sino un objeto
físico concreto que desafía todos sus conocimientos y algunas veces
sus creencias. Entonces pide una explicación y acude a la ciencia
que le dice : "¡ No se asuste no hay nada !", ("¡ duerman en paz
estamos vigilando !")
Tal observador honrado corre el peligro de acudir entonces al primer
charlatán que se encuentre capaz de darle una explicación "pseudoracional"
y, desgraciadamente, ser por última vez la víctima… de un homicidio
colectivo. Porque la confrontación con tal fenómeno, con lo
desconocido, es traumática y necesita una explicación.
Por otra parte, la dimisión global del cuerpo científico
frente al fenómeno OVNI hace que muchos observadores
confunden unos fenómenos naturales con naves extraterrestres. Una
vez más la serpiente se muerde la cola, puesto que unos charlatanes
hablan de OVNI, el tema se vuelve
indigno de la
atención
de los hombres de ciencia.
A pesar de todo, algunos de los casos que desafían nuestros
conocimientos actuales merecen ser estudiados, pero ¿ quién tendrá
bastante valor ?
Porque para un científico, hablar de OVNI parece ser tabú, es
una
herejía que cuesta la puesta en el índice, la excomunión.
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El mejor ejemplo es el de
Jean-Pierre Petit, astrofísico en el
CNRS,
que desafió la prohibición y lo pagó muy caro.
Por haberse atrevido a hablar públicamente de OVNI y
extraterrestres, fue castigado sin doctorados ni créditos, se dijo
de él que había perdido la brújula, se vio arrastrado por los
suelos, hasta tal punto que tuvo que decidir no expresarse más sobre
el tema para que su trabajo científico, en particular sus teorías en
cosmología, pudieran por fin llamar la atención de la comunidad
científica. |
Desde 1972, el físico belga, Auguste Meessen, profesor en la
Universidad Católica de Louvain, se dedicó a la investigación
racional sobre el fenómeno OVNI. Ahora pueden consultar algunas de sus publicaciones en
su sitio.
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Otro ejemplo es el caso del astrónomo francés
Jean Heidmann, uno de
los padres del proyecto
SETI (Search for Extra-Terrestrial
Intelligence, busca de una inteligencia extraterrestre por escucha
de señales radios).
Todos sus colegas no están de acuerdo y muchas veces sufre su sorna
que sólo cesará cuando sus investigaciones tengan éxito.
Aun si las posibilidades de recibir una señal radio artificial
viniendo del espacio son pocas, tal proyecto tiene por lo menos el
mérito de existir y encontraremos sólo si buscamos.
Este científico se las arregla mucho mejor que Petit, porque se
niega a oír hablar de OVNI. |
30 años atrás, todo el mundo se mondaba de los OVNI y de los famosos
"hombrecitos verdes", éramos LOS seres vivos e inteligentes del
Universo.
20 años atrás, bajo el impulso de
Carl Sagan, la comunidad
científica empezó a plantear la hipótesis que, acaso, posiblemente
pudieran existir otras formas de vida en el Universo. |
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Así, los extraterrestres existirán sólo cuando NOSOTROS los
descubramos, con NUESTRA tecnología, en SUS mundos.
Efectivamente parece impensable que algunos seres sean superiores a
nosotros, nos visiten, nos observen sin tener la delicadeza de
presentarse directamente delante de nuestros científicos para que
puedan decirnos, "ahora pueden creerlo", del mismo modo que algunos
siglos atrás, el clero decidía de todo lo que era
creíble, como por
ejemplo que la Tierra era plana y estaba en el centro del Universo.
Antes, éramos los únicos seres vivos del Universo, los hijos únicos
del Dios Creador.
Ahora, somos el fruto del azar, el nuevo Dios de los racionalistas,
¿ y mañana ?
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