por Eleonor Fritsman
Cuando el núcleo de un átomo es excitado por una fuente de energía exterior, tiene lugar el salto quántico, que consiste en el paso de un electrón a otra órbita con una carga energética mayor.
De la misma manera, hay momentos en el proceso de las sociedades, el planeta y el Universo en que la energía acumulada genera una tensión excepcional e impone la necesidad de una transformación.
Los procesos y transformaciones de la energía son la clave del funcionamiento de la vida y del Universo.
Todo cuanto acontece, desde los fenómenos
más elementales al interior del organismo hasta los procesos
cósmicos mas abarcativos y complejos, pueden ser entendidos como
diversos tipos de transmutaciones energéticas. De la misma manera,
nuestros pensamientos, intenciones y acciones son frecuencias
vibratorias que imprimen cambios en los patrones energéticos que dan
forma a nuestra realidad.
De la misma manera podemos pensar que hay momentos en la vida de las personas, las sociedades, el planeta y el Universo en que la energía acumulada genera una tensión excepcional e impone la necesidad de una transformación.
Se produce entonces una
crisis que los impulsa a dar un salto hacia un nuevo estadio. La
medida en que la entidad en cuestión se resista a abandonar el viejo
estado, determina el grado en que la transformación será vivida como
violenta y penosa.
Esto crea las condiciones para un salto cuántico en la conciencia de
la humanidad en la medida en que esta se halle en sintonía con el
proceso de ascensión. Es por esto que tanto se insiste en la
necesidad de una masa crítica de seres humanos trabajando
concientemente en este proceso.
Como seres humanos conscientes, dotados de libre albedrío, tenemos la opción de resistirnos a este proceso de cambio o trabajar activamente en él.
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