por Débora Goldstern
07 Marzo 2022

del Sitio Web CodigoOculto

 

 

 

 

 

 

 

Sucedió en la década del sesenta cuando en la provincia de Loja, Ecuador, se empezó a esparcir un rumor acerca de un extraordinario hallazgo involucrando restos de Gigantes.

 

De algún modo, aquella noticia se hacía eco de antiguas narrativas legendarias recogidas por los primeros cronistas.

 

Sin embargo, tras el anuncio revolucionario el asunto quedó convertido en mera anécdota, y que de tanto en tanto era recuperado por algunos estudiosos como recuerdo insólito.

 

En lo personal, la existencia de antiguos gigantes en el pasado de Sudamérica era un tema que siempre atravesaba la arqueología más salvaje, en una controversia de nunca acabar.


Cuando hace más de una década iniciara mi investigación sobre la Cueva de los Tayos, informes sobre gigantes poblaban mucho de su historia, haciendo imposible no reparar en los mismos.

 

Incluso durante mi búsqueda de evidencias me topé con testimonios por cierto sorprendentes por su valor documental, que hicieron me interrogara si era posible aseverar una realidad tan controversial.

 

Pero la tarea veremos a continuación no se presenta tan fácil.


 

 

 

Los Condorazos - Antiguo Imperio de los Atis

"Porque antes de que el hombre conozca la palabra, hubo una civilización muy poderosa, única y sorprendente, de aquellos gigantes que habitaron sobre la faz de la tierra y vivieron en el edén adánico, Condorazos era su nombre, y de ellos apenas quedan pistas en la memoria del hombre, rocas dispersas como migajas de pan por el mundo.

 

Sin embargo, hay algunos que hablan de ángeles, de gigantes como mitos o leyendas.

 

No fue así cuando todos veneraban al primer imperio de estos gigantes alados que viajaron por todo el orbe, dejando su conocimiento en el raciocinio popular, por ejemplo, aún se pueden apreciar las pirámides de Egipto, las cuales emulan a las tres montañas que vieron nacer al hombre.

 

El Chimborazo, el Altar y Tungurahua, quienes conformaban el paraíso".

Luis Alberto Borja Moncayo

Los Condorazos

1947

Al examinar antiguos archivos ecuatorianos encontramos algunas menciones curiosas, legadas por los primeros cronistas coloniales haciendo referencia a los gigantes.

 

Así una de las más divulgadas involucra la península de Santa Elena, que en un pasado prehistórico fuera conocida como Sumpa (término que alude a Punta).

 

Estudiosos como Garcilaso de la Vega, Pedro Cieza de León, Giovanni Anello Oliva, y Antonio de Alcedo, narran, como los gigantes habrían llegado por mar en balsas de juncos, siendo descritos estos seres, como de doble estatura, grandes ojos, y largas trenzas.

 

En su mayoría lampiños, de piel desnuda, aunque otros, vestidos con pieles. Se dice estos primeros hombres llegaron solos, sin mujeres, y estaban muy sedientos.

 

Por lo tanto, empezaron a cavar pozos en roca viva, como lo presenciara Agnello Oliva quién escribe este pueblo marítimo,

"construyó grandes pozos artesianos para proveerse de agua potable".

Otros datos acerca de estos misteriosos gigantes señalan su habilidad como grandes pescadores.
 

 


Mítico Chimborazo,

cuna de los primeros gigantes,

legendarios Condorazos alados.

Cortesía: anfrix.com

 


Al parecer los gigantes tenían mal comportamiento, y eran presas de arrebatos constantes.

 

Sus "pecados" (mal llamados) llegaron al punto de la sodomía, y hasta la práctica del canibalismo. Un espantoso cataclismo habría provocado su extinción.

Y aquí un primer interrogante, ya que aquel evento determinó los gigantes quedaran petrificados.

Desde ese entonces datan rumores sobre hallazgos insólitos en el corazón del Ecuador.


Así lo cuenta en El Camino del Sol, el estudioso ecuatoriano Jorge Carrera Andrade que en 1959 escribiera:

"Juan de Olmos, primer Gobernador español de la provincia de Atacames, hacia 1540, ordenó hacer algunas excavaciones y obtuvo pruebas sorprendentes de la presencia de unos hombres de talla desmesurada, en la costa equinoccial, hace muchos siglos".

En su Crónica de Gigantes el desaparecido escritor ecuatoriano Raymond Román Maugé, señala un importante descubrimiento en el cantón de Guano, provincia de Chimborazo llevado a cabo en 1735, relatando:

"Mientras construían una casa, albañiles descubren un cementerio con 4.000 osamentas y donde resaltaba un gran esqueleto gigante, cuya cabeza tenía las cavidades oculares del tamaño de un palmo y los dientes del grueso de tres dedos.

 

Miles de personas lo vieron entre ellos el corregidor y el padre Juan de Velasco siendo muy joven".



Luis Alberto Borja Moncayo,

eminencia cultural del Ecuador cuyo libro

el imprescindible "Los Condorazos" publicado en 1947,

 no volvió a ser impreso, y donde descubre

secretos de importancia acerca del

pasado prehistóricos de su país.

Cortesía: wilmerpgblog / wordpress

 


Se piensa estos gigantes son originarios de una ancestral tierra desaparecida en el Pacífico.

 

¿Se trata de la mítica Lemuria...?

 

Examinemos otro punto, y no menos importante. Es el legado por Luis Alberto Borja Moncayo, 1887-1960, quién en 1947 va a dar a luz un texto fundamental para nuestro informe, Los Condorazos.

 

Nativo de Riobamba, Borja Moncayo fue un destacado novelista, polemista, y periodista de su país, siendo además fundador del Círculo de Prensa de Chimborazo (1952), y posteriormente presidente de la Casa de Cultura Ecuatoriana (1953).

 

Me topé con este autor mientras llevaba a cabo mi estudio sobre Tayos.

 

Luego de algunas indagaciones pude encontrar su obra en Buenos Aires, reconociendo su contenido como ciertamente clave en mi ardua investigación.

 

Borja Moncayo presenta la historia de los Condorazos, híbridos alados que gobernaron el Edén andino, y de la cual emergerían los gigantes, Atis.

 


Foto captada en el Museo Mutter de Filadelfia, USA,

dedicado a las rarezas científicas.

Cortesía: thehorrorzine.com

 


Escribe:

"Fueron ellos junto a los híbridos quiénes edificaron el primer imperio sobre el planeta, caminaron por el mundo hasta que se encontraron con un lugar extraordinario:

un paraíso de temperatura ideal, de abundancia y de prosperidad, estaba junto a una cordillera donde existía una gran laguna y por el campo corrían cuatro ríos.

Lo llamaron Edén...

 

Gigantes e híbridos alados, tomaron el nombre de un ave gigante que admiraron porque dominaba las alturas, se llamaron en su honor Condorazos (cóndor de nieve)".



Carlos Miguel Vaca Alvarado

y el misterio de su hallazgo gigante.

Cortesía: piramidesdebosnia.com

 


Este primer Edén dorado habría sido edificado en el interior del Chimborazo (término que expresa Cabellera Cana, vinculado al monte Sinaí hebreo) antiguo volcán, y portador de una de las cumbres más altas de los Andes.


Sobre este punto Borja Moncayo reseña:

"El filón, la veta, el depósito, la mina portentosa se hallaba en los dominios de los Condorazos en la cumbre del monte Curiaí - oro hasta el cielo - y a su entrada se levantaba un adoratorio, una ciudad refulgente consagrada a Dios, de oro macizo, llamada el Dorado.

 

Esta se hundió en los abismos de la tierra, a la vista de los atónitos y espantados Condorazos, durante el Primer Imperio, como castigo de sus prácticas sanguinarias y despóticas, antes, mucho antes, milenios de años atrás, de la venida de los conquistadores europeos".

La raza de los Condorazos originaria de Sudamérica, se habría esparcido por todo el mundo, bajo la misión de civilizar el planeta.

 

El primer Adán o también Andes, nació en estas tierras.
 

 


Esta fotografía circula en varios sitios

como restos de un gigante, sin embargo,

se trata de un extinto megaterio,

actualmente exhibido en el Museo Paleontológico

de Santa Elena, Ecuador.

Cortesía: larevista.ec

 


En otro párrafo nuestro narrador místico agrega una pista inusual cuando dice:

"Nos resta por revelar el sitio de las tumbas de los Condorazos, con los fabulosos tesoros que esconden, que no es otro que las extensas, profundas e intricadas cavernas andinas.

 

Día llegará en que se aclare estos misterios y se descubran otros secretos que sugestionan y abisman".

En concordancia con esta revelación, ciertos rumores señalan el interior del Chimborazo existiría una enorme cueva en un principio oscura, que luego de cierto derrotero desembocaría en un túnel.

 

Este comunicaba el mismo con una hermosa sala cubierta por bloques de oro y columna de plata, albergando como especial tesoro, doce estatuas de tres metros de alto representando a los alados condorazos (rebeldes bíblicos conocidos como los caídos).

 

Prosigamos su rastro...
 

 

 

 

Carlos Miguel Vaca Alvarado y los Gigantes de Loja

"Comentaba alguna vez este tema en la ciudad de Loja con don János Móricz, cuando él me contó, la existencia de esqueletos milenarios de gigantes yacentes en urnas de cristal por él descubiertos dentro del laberinto de las Cuevas de los Tayos.

 

Me habló, incluso, de un esqueleto fosilizado recubierto íntegramente de oro para ayudar a su preservación.

 

Probablemente mi cara de incredulidad y escepticismo lo llevó a decirme:

'Pero no es necesario repetir la expedición que hicimos juntos en 1969 para contemplar los huesos de un gigante.

 

Basta trasladarse a la ciudad de Loja, casa del sacerdote Carlos Vaca Alvarado, capellán del hospital zonal, para que usted vea con sus propios ojos ¡el esqueleto completo de una mujer gigante!'."

Gerardo Peña Matheus

Historia Documentada de la Cueva de los Tayos.



Representación del

"Gigante de Loja".

Cortesía: Facebook

 


Carlos Miguel Vaca Alvarado vino al mundo en Loja un 25 de agosto de 1912.

 

Desde niño sintió el llamado de Dios, y ya adulto inició sus estudios para convertirse en sacerdote. El futuro párroco de Changaimina, cantón de Gonzanamá fue además un músico nato, responsable de más de trescientas composiciones, integrante, además, de varias orquestas.


Pero existía otra afición:

Vaca Alvarado se interesaba por la arqueología del Ecuador, pasión que pronto le depararía una sorpresa inesperada.

Todo arrancó, cuando algunos feligreses le fueron confiando ciertos hallazgos casuales de extraños restos óseos gigantes, encontrados en los alrededores de Loja, mientras practicaban sus cultivos.

 

Extrañado, Vaca Alvarado pensó le estaban jugando algún tipo de broma.

 

Pero las entregas siguieron llegando, y el asombró creció ¿Tal vez huesos de fauna prehistórica?

 

Las dudas proseguían...
 

Tanta era su curiosidad e intriga, que Vaca Alvarado tomó una decisión:

debía realizar una expedición...

Reunió 25 cercanos, y un 10 de diciembre de 1965 marchó al poblado de Changaimina (Traducido como Cementerio de los Dioses), localizado en el cantón de Gonzanamá.

 

Tras una breve pesquisa el 11 de diciembre, Vaca Alvarado y su equipo dieron con un hallazgo increíble.


Así lo rememora Gabriel Gutiérrez, quién fuera cercano al párroco de Loja:

"Se encontró una tumba que contenía el esqueleto de un gigante que medía siete metros de altura, y muchos objetos increíbles por su tamaño.

 

Vasijas, platos, herramientas, armas, puntas de flechas, y otras piezas muy curiosas".

Una vez que Vaca Alvarado obtuvo su botín, lo hizo trasladar a su parroquia donde más tarde en una pequeña habitación erigiría un museo de exhibición.

 

Según declararía luego, aquel extraordinario esqueleto fue rescatado de un probable aluvión que lo desenterró, esparcido en un lodazal.

 

Tan solo un 75 por ciento sobrevivió intacto del supuesto gigante. Cuando el tiempo se lo permitía Vaca Alvarado trataba de unir esas enormes piezas, para mostrarlas en su esplendor.

 

Caso contrario, una simple caja de madera se utilizaba como almacenamiento de esos valiosos restos totalmente fosilizados.


Casi veinte años después de este hallazgo, en unas entrevistas concedidas a mediados de los ochenta, Vaca Alvarado realizó algunas declaraciones sorprendentes.

 

Interrogado sobre el supuesto gigante, reveló que,

pensaba sus orígenes se encontraban en la Atlántida, señalando se trataría de seres muy avanzados en lo tecnológico, citó también pasajes bíblicos como fuentes para sus ideas, y hasta mostró en público un supuesto líquido para ablandar la piedra, que dijo, fuera rescatado durante uno de esos enterramientos.

Vaca Alvarado mencionó otros sitios donde dijo encontrar más restos de gigantes, lo cuál no deja de ser curioso.

 

Valga decir Carlos Miguel Vaca Alvarado y sus propuestas, me recuerdan mucho al legendario sacerdote cuencano Carlos Crespi Croci, quién fuera dueño de una de las colecciones de ooparts más intrigantes del Ecuador, especialmente porque el nombre de János Móricz aparece implicado en ambos casos.


 

Interior de Cueva de los Tayos,

y una enigmática puerta que se cree obra de gigantes.

Cortesía: Biblioteca Orión

 

 

 


János Móricz y la Giganta de Siete Metros

"Después de cuatro siglos de la llegada de los invasores europeos y del fin del Cuarto Imperio, o sea el de los Incas, día vendrá que una persona blanca difunda, penetrando en el fondo de los enigmas, los secretos, escrupulosamente escondidos, de los orígenes de la tierra y del hombre, guardados en el Edén del Chimborazo, cuna de la humanidad, reza la predicción heredada por un talentoso descendiente de los 'mayabs', sabios del tiempo de los Condorazos".

Luis Alberto Borja Moncayo

Los Condorazos

1947

No deja de ser sincrónico que el mismo año que el padre Carlos Miguel Vaca Alvarado realizara su hallazgo de gigantes, János Móricz también hiciera un descubrimiento no menos asombroso en una caverna de Tayos, aunque recién revelara sus intenciones en 1969.

 

Cuando la noticia de los gigantes se esparció por el Ecuador, Móricz fue uno de los primeros en acercarse a sus misterios.
 

 


El legendario János Móricz.

Composición: Fernando T. / codigooculto.com

 


En una misiva de 1970 deja claro este interés:

"Desde hace cierto tiempo, han circulado noticias inverosímiles sobre ciertos hallazgos de gigantes, que se hubieran originado en las cercanías de la ciudad de Loja, población cercana al Perú.

 

Estas noticias, acá se han tomado con una amplia y benévola sonrisa, que no deja lugar a dudas, del pensamiento íntimo, acerca de esto descubrimientos.

 

Yo por mi natural instinto de investigador de inmediato me dediqué a solucionar, los problemas inherentes a mi urgente traslado a la zona indicada, lo cual logré de vencer ciertas dificultades, que como siempre se reducían a lo económico.

 

Logré obtener un yeep prestado, y con muy pocos sucres, y acompañado de un argentino, Pedro Maidana, chapista de profesión salimos rumbo a Loja, distante unos 350 Km. desde Guayaquil.

 

Por la época lluviosa hemos tenido muchas dificultades en el trayecto, debido a los derrumbes, pues casi todo el camino es de herradura, y el recorrido se hace a dos mil y tres mil metros de altura, y después de Loja, el camino "culebrero" se eleva sobre las nubes, muy angosto y sobre precipicios que infunden respeto.

 

Primero, me dediqué a verificar la realidad del descubrimiento.

 

Efectivamente en la ciudad de Loja, un humilde cura, el R.P. Carlos Vaca, tiene un esqueleto casi completo de un gigante encontrado casualmente por unos hombres mientras trabajaban.

 

El esqueleto, totalmente fosilizado, se encuentra en perfecto estado, y aproximadamente en un 75%. Así, el mismo se lo puede reconstruir con suma facilidad.

 

A simple vista, se notan los distintos niveles o épocas de la petrificación, y sin aventurarme a conjeturar sobre el mismo, su edad se fijará seguramente entre los 20 y 30 millones de años.

 

Su tamaño, que es lo que le da su gran valor científico, es de siete metros, así como lo escribo siete metros, y pertenece al sexo femenino.

 

Junto al esqueleto de la Sra. se encontraron también dos menores pertenecientes a niños, pero que lamentablemente se perdieron, por la ineficacia de los obreros".

Al parecer Móricz logró hacerse con algunos restos de la giganta encontrada por Vaca Alvarado, interesado en realizar análisis personales.

 

La ruta de estos fósiles se pierde en Argentina según pude observar en los inicios de mi investigación, donde me fuera presentado un fémur de la supuesta giganta, aunque nunca se pudo determinar su verdadero origen.

 

Todo esto se relata en mi libro, Cueva de los Tayos - Secretos Subterráneos de los Mundos Olvidados.
 

 

 

 

Rodrigo Hidalgo y su denuncia sobre el Padre Vaca

"Los días 10 y 11 de Diciembre de 1965 son días de duelo para la historia de los pueblos andinos, porque en estos dos días el sacerdote Carlos Miguel Vaca Alvarado párroco de Changaimina, cantón de Gonzanamá, provincia de Loja, no es quién difunde la noticia a nivel mundial sobre el descubrimiento de la osamenta en la comunidad de Guayurunuma.

 

Sino, que aprovechándose la ingenuidad de los moradores de la comunidad se procede sin autorización del estado ni con la presencia y asistencia técnica de algún arqueólogo a la excavación para extraer la osamenta de un ser de proporciones gigantes.

 

La misma es trasladada hasta la iglesia de Changaimina donde se declara propietario de este bien patrimonial del estado".

Párrafo de una entrevista que realizara en 2014

al estudioso ecuatoriano Rodrigo Hidalgo.

En 2014 tomé contacto con el Rodrigo Hidalgo, un estudioso ecuatoriano quién viene realizando una investigación profunda acerca de los hallazgos realizados en Guayurunuma.

 

En las declaraciones que me realizara Hidalgo, el párroco de Changaimina, Carlos Miguel Vaca Alvarado sale muy mal parado en la actualidad, considerado como un apropiador de restos estatales, amparado en su condición eclesiástica, situación que también roza la figura del salesiano Carlos Crespi Croci.

 

Rodrigo Hidalgo también realizó análisis de ciertas muestras óseas de supuestos gigantes, descubriendo algo ya sospechado:

los mismos pertenecen a fauna prehistórica...

 

 


Conclusión


Carlos Miguel Vaca Alvarado falleció en 1999 convencido de contar con un hallazgo revolucionario.

 

Desde entonces la controversia arrecia, en cuanto al destino de los restos encontrados, puestos con su muerte su pequeño museo fue desmantelado.

 

Durante mi propia investigación pude conocer de primera mano que además de Argentina, aquellos importantes restos salieron con destino a Suiza, exhibidos actualmente en uno de los pabellones de Jungfrau Park, complejo fundado por nada menos que Erich Von Däniken.

 

Allí la reconstrucción del enorme esqueleto de siete metros gana el asombro de los visitantes.

 

Y ya nadie discute su procedencia...

 

 

 

 

Bibliografía

Libros:

  • Aguirre, Guillermo. Lírico y Profundo. Buenos Aires, 2007.

  • Borja Moncayo, Luis Alberto. Los Condorazos. Universidad de Texas: Peuser, 1954.

  • Carrera Andrade, Jorge. El Camino del Sol. Ecuador: Casa de la Cultura Ecuatoriana, 1959.

  • Goldstern, Débora. Cueva de los Tayos. Secretos Subterráneos de los Mundos Olvidados. Málaga: Corona Borealis, 2016.

  • Román Maugé, Raymond. Enigmas del Ecuador. Ecuador, 2001.

  • Norman, Eric. Dioses, Demonios y Ovnis. Barcelona: Pomaire, 1970.

  • Peña Matheus, Gerardo. La Historia Documentada de la Cueva de los Tayos. Ecuador, 2011.

 

Sitios Web:


Videos: