por Pablo Javier Piacente
15
Noviembre, 2021
del Sitio Web
Tendencias 21
Foto:
el rover chino Yutu-2 en la superficie de la Luna,
fotografiado
por el módulo de aterrizaje Chang'e 4.
Crédito: CSNA/Siyu Zhang/Kevin M. Gill
El
rover chino Yutu-2, que arribó al
lado oscuro de la Luna en 2019, está brindando los primeros datos de
importancia para desvelar los misterios de la faceta oculta de
nuestro satélite natural, empleando un georradar.
La información es crucial
para el desarrollo de futuras bases lunares y para saber más sobre
la evolución geológica de la Luna.
Una misión china que llegó al lado oscuro de la Luna en 2019 ha
obtenido datos de trascendencia sobre este enigmático costado de
nuestro satélite.
Algunos de los avances
obtenidos se incluyen en un nuevo estudio publicado recientemente en
Geophysical Research Letters: podrían ser muy importantes para
profundizar en la geología lunar y para el desarrollo de futuras
misiones que incluyan asentamientos humanos.
En 2019, el
módulo chino de aterrizaje Chang'E-4
y su rover Yutu-2 fueron los primeros objetos humanos que
aterrizaron en el lado oscuro de la Luna, el lado que mira hacia
afuera de la Tierra:
ahora empezamos a
conocer algunos de sus descubrimientos.
El lado oscuro de la Luna
es de gran importancia debido a sus interesantes formaciones
geológicas, pero este costado oculto también bloquea todo el ruido
electromagnético de la actividad humana, por lo que es un lugar
ideal para construir radiotelescopios.
La importancia
de los georradares
Utilizando un radar de penetración terrestre (GPR)
o
Georradar, la misión china logró
hacer estimaciones más precisas con respecto a la profundidad de la
superficie superior del suelo lunar, que es una forma importante de
determinar la estabilidad y la resistencia de la base del suelo para
desarrollar futuras bases lunares y estaciones de investigación.
Los radares GPR se han empleado desde principios del siglo XXI, pero
las recientes misiones de China y Estados Unidos los han utilizado
como una tecnología primordial en
Marte y la
Luna, siendo las primeras ocasiones
en las que se aprovecharon sus ventajas directamente in situ.
Todo indica que a partir de ahora los radares de penetración
terrestre se convertirán en una parte vital del instrumental y las
herramientas científicas de futuras misiones planetarias, donde se
emplearán para mapear el subsuelo de las áreas de aterrizaje y así
descubrir lo que está sucediendo debajo de la superficie.
Los georradares también permiten recuperar información significativa
sobre el tipo de suelos presentes en satélites y planetas, como así
también revelar datos sobre sus capas subsuperficiales.
La información obtenida mediante estas herramientas tiene múltiples
aplicaciones:
por ejemplo, se puede
utilizar para caracterizar rápidamente la evolución geológica de
un área.
En función de estos datos
es posible determinar qué zonas son las más indicadas para montar
bases o asentamientos.
La formación de la
Tierra y la Luna
De acuerdo a
un artículo publicado en The
Conversation,
los resultados
permiten obtener una comprensión más coherente de la compleja
historia geológica de nuestro satélite y nos permitirán predecir
con mayor precisión qué hay debajo de la superficie de la Luna.
En el nuevo estudio, con
el propósito de analizar los datos capturados por el rover Yutu-2
mediante el georradar, un grupo internacional de científicos
desarrolló una herramienta destinada a "leer" con máximo nivel de
detalle las capas existentes debajo de la superficie de la Luna,
alcanzado resultados inéditos.
Las conclusiones brindarán información sobre cómo evolucionó el
satélite y también la Tierra: para "completar" el conocimiento sobre
la Luna es imprescindible saber más sobre la diversidad de
estructuras geológicas y las características del suelo en su lado
oscuro.
Como la formación de la Tierra y la Luna son procesos estrechamente
relacionados, los investigadores creen que estos datos también
arrojarán luz sobre los momentos iniciales de nuestro planeta.
Referencias
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