por Stephanie
Pappas
del Sitio Web
LiveScience
...pueden ser lo suficientemente cálidas como para albergar océanos líquidos.
En Titania y Oberón, estos océanos podrían incluso ser lo suficientemente cálidos como para albergar potencialmente vida, según un estudio reciente publicado en la revista Journal of Geophysical Research.
El nuevo estudio integró los datos del Voyager 2 de los años 80 con información sobre otras lunas heladas como Caronte de Plutón y Encélado de Saturno extraída de misiones más recientes de la NASA como,
Urano tiene 27 lunas, pero los investigadores se centraron en las cinco más grandes, que son Ariel, Umbriel, Titania, Oberón y Miranda.
De ellas, Ariel es la más pequeña, con 1.160 km de diámetro, mientras que Titania es la mayor, con 1.580 km de diámetro.
Crédito de la imagen: NASA, ESA, CSA, STScI. Procesamiento de imágenes: J. DePasquale (STScI)
Sin embargo, la modelización de la porosidad de las otras lunas sugirió que todas menos Miranda están lo suficientemente aisladas como para retener el calor interno creado por la desintegración radiactiva.
Los investigadores también descubrieron que los posibles océanos bajo la corteza helada de estas lunas serían ricos en cloruros, amoníaco y sales, que reducirían el punto de congelación del agua.
La combinación de un punto de congelación bajo y suficiente calor interno podría significar que Ariel, Umbriel, Titania y Oberon tienen océanos a decenas de kilómetros de profundidad en su interior, informaron los investigadores.
Miranda también tiene rasgos superficiales que parecen relativamente frescos, según los investigadores, pero su modelado sugiere que si la luna tuvo un océano líquido en algún momento, es probable que ahora esté congelado.
Los espectrómetros capaces de detectar las longitudes de onda de la luz reflejada por el amoníaco y los cloruros podrían ayudar a demostrar la presencia de estas sustancias químicas bajo las costras.
Los científicos también podrían utilizar instrumentos capaces de detectar corrientes eléctricas transportadas por el agua líquida para sondear bajo la superficie de estas lunas.
Los nuevos estudios de modelización sobre cómo se formaron estas lunas también podrían ayudar a los investigadores a planificar qué tipo de observaciones deberán realizar en el futuro, señaló Castillo-Rogez.
Los hallazgos de la
investigación han sido
publicados en la revista Journal
of Geophysical Research.
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