Éste es el gran objetivo
que se plantean las principales agencias espaciales a nivel mundial. NASA está en ello, aunque todavía sin un plan ni unas fechas definitivas definidas (lo que les ha traído bastantes críticas) e incluso el objetivo de conseguirlo en la década de 2030 ya parece demasiado difícil.
La ESA europea barajaba fechas similares para su misión Aurora, pero han acabado apuntando más lejos. Mientras, China y Rusia tampoco quieren quedarse fuera y siguen siendo de los más optimistas.
A esto hay que sumar otros planes de algunas compañías.
Elon Musk ha anunciado que la primera misión tripulada a Marte de SpaceX podría ser en 2024 "si hay suerte" o "seguramente" en 2026, y otras empresas también buscan la forma de explotar los recursos del planeta.
Todo el mundo (que se lo puede permitir, claro) ha puesto los ojos en el planeta rojo, pero,
¿A quién pertenece Marte?
Seguro que en tu mente tienes la imagen de los astronautas del Apolo 11 fijando, con bastantes dificultades eso sí, una bandera de Estados Unidos sobre la superficie de la Luna.
Este patriótico gesto no deja de ser eso, un gesto, que no tiene validez legal. El ser los primeros en llegar y plantar una bandera de su país no significa que la Luna pase a ser territorio estadounidense.
¿Por qué...?
En 1967, en plena carrera espacial entre Estados Unidos y la Unión Soviética, los principales países del mundo (incluyéndoles a ellos, a lo que es ahora Europa, a Japón y a China, entre otros) firmaban en la ONU el Tratado sobre el Espacio Ultraterrestre (Outer Space Treaty), una primera aproximación a una legislación internacional pensada para estar vigente en el espacio.
En la actualidad, 110 países forman parte de él y no es simple papeleo:
En verde, países que han ratificado el Tratado sobre el espacio ultraterrestre (Imagen: Happenstance)
El Artículo II de dicho tratado es tajante en lo que respecta a la soberanía de los planetas:
Sin embargo, el hecho de que este punto haga referencia a que sean las naciones las que no se puedan "apropiar" de cuerpos celestes, ha dado vía libre a otras interpretaciones que aseguran que otros colectivos, como individuos o empresas, sí pueden hacerlo.
En España hemos tenido un caso:
A nivel internacional, también ha habido gente que ha reclamado la propiedad de la Luna y de otros planetas.
Imagen de la firma del Tratado. Fuente: UN
Aunque el tratado, con la ambigua redacción del Artículo II, da pie a que exista este pequeño resquicio legal, esto no significa que las reclamaciones sean válidas.
Es más, en él se establece que cualquier actividad que realice una empresa o particular de un país tiene que tener el visto bueno de éste.
Según dice el Artículo VI:
La revista Discover habló en 2010 con Joanne Gabrynowicz (directora del International Institute of Space Law (IISL) y experta en derecho espacial) y decía lo siguiente:
El hecho de que el tratado se refiera en el Artículo II únicamente a países se debe a que es un documento de derecho internacional, y en el derecho internacional se hace referencia a las naciones, no a personas individuales.
Gérardine Goh Escolar, del departamento legal de las Naciones Unidas, insistía sobre esto último:
El Tratado sobre el espacio ultraterrestre dice que los países no se pueden apropiar de cuerpos celestes.
No se refiere específicamente a individuos o empresas porque forma parte del derecho internacional y por tanto, regula el comportamiento entre Estados.
Virgiliu Pop, también experto en derecho espacial y autor del libro 'Who owns the moon?', explicaba así lo ridículo que es que alguien se autoproclame dueño de un planeta:
En otra entrevista, Pop aseguraba además que la reclamación de la española "propietaria del sol" no tenía sentido porque:
De la misma opinión es Tanja Masson-Zwaan, presidenta del International Institute of Space Law.
En declaraciones a Science Focus:
En rojo, países que no han firmado el Tratado de la Luna (Imagen: Happenstance)
Intentando cerrar ese agujero legal del Tratado sobre el espacio ultraterrestre introduciendo nuevos artículos, la ONU aprobó en 1979 el Tratado de la Luna.
Sin embargo, las principales potencias espaciales (como Estados Unidos, Rusia y China) no ratificaron el acuerdo, por lo que actualmente no se le otorga validez.
En resumen: ni países ni individuos pueden reclamar en propiedad un planeta o un fragmento de él, según opinan los principales expertos en derecho espacial.
Aunque parece que el Tratado sobre el espacio ultraterrestre deja a libre interpretación las reclamaciones de ciudadanos particulares y empresas, sí que hace responsables a los Estados de las actividades de sus ciudadanos y compañías, y no es probable que una reclamación de propiedad se sostenga y sea tomada en serio.
A modo de curiosidad, un ciudadano estadounidense se declaró dueño del asteroide 433 Eros.
Cuando la NASA aterrizó sobre él, el supuesto "propietario" envió una multa de 20 dólares a la organización por aparcar allí ilegalmente.
La NASA se negó y el asunto fue a juicio, con el juez desestimando el caso al considerar que el demandante no tenía forma de demostrar que era el propietario.
FAQ de Starlink España en relación a Marte.
En la misma dirección va Starlink, el servicio de internet espacial.
En su FAQ de España, apunta que los servicios prestados se "regirán e interpretarán de acuerdo con las leyes de España", dejando patente que deben cumplir con la legislación del país donde se ubica la empresa.
De manera añadida, expresan que,
En los Estados Unidos, en 2015 se presentó el 'Commercial Space Launch Competitiveness Act', más conocida como SPACE Act.
La ley permite explícitamente a los ciudadanos y las industrias estadounidenses,
...incluidos el agua y los minerales, aunque este derecho no se extiende a la vida extraterrestre.
Vale, pero ¿qué ley rige allí?
Si ningún país es propietario de Marte, entonces,
Depende de en qué "nave" o estancia nos encontremos.
Si se trata de una colonia establecida por la NASA, por ejemplo, la ley será la estadounidense ya que es Estados Unidos el que mantendrá la jurisdicción sobre todos los objetos que han lanzado (incluyendo los habitáculos, vehículos y otros recintos).
Así lo asegura el Artículo VIII del Tratado sobre el espacio ultraterrestre:
Es decir, dentro de naves, cápsulas y habitáculos que pertenecen a un país, la convivencia de los astronautas en su interior se regiría por la ley de dicho país.
¿Y si sales a dar un paseo a pie por la superficie de Marte?
En el libro 'The Martian', de Andy Weir, hacían referencia precisamente a esta situación.
El personaje protagonista lo narraba así:
Mark Watney, el astronauta de la novela, tiene razón en la primera parte, en la que se refiere al Tratado sobre el espacio ultraterrestre.
En la segunda... no tanto, según Michael J. Listner, abogado experto en derecho espacial.
Listner explica que no hay un segundo tratado que asegure tal cosa y que, en ausencia de legislación espacial, no tiene que aplicarse necesariamente el derecho del mar:
En el Tratado sobre el espacio ultraterrestre no incluyen pautas de utilización concretas.
Sí mencionan el uso del espacio ultraterreste,
En caso de que surjan "problemas prácticos", tendrían que solucionarse entre los Estados miembros, y cada Estado es responsable de las acciones de los objetos que ellos mismos o sus ciudadanos han lanzado.
¿Es necesaria una nueva legislación?
Si has llegado leyendo hasta aquí, probablemente estés de acuerdo conmigo en que el Tratado actual estaba bien para los años 60, pero en los años venideros, cuando se espera que de verdad despegue la carrera espacial con la colonización de otros planetas, se queda bastante corto.
Sin embargo, el llegar a un consenso ahora para un nuevo texto parece complicado.
Gabrynowicz explica el motivo a PBS: para el Tratado de 1967, fueron EE.UU. y la Unión Soviética las que tuvieron que llegar a un acuerdo, ya que eran las dos únicas potencias espaciales.
El resto de países se limitaron a firmar. Y, para muestra, está el fracaso del Tratado de la Luna, que prácticamente nadie ratificó en 1979.
Ahora mismo, no sólo hay muchos países interesados sino también diversas compañías, como algunas que se dedican al turismo espacial u otras que quieren establecer minas en asteroides y otros planetas.
Sobre esto, el Tratado sobre el espacio ultraterrestre dice que el espacio,
Ian Crawford, profesor especializado en ciencia de la Universidad de Londres, recalca la necesidad de actualizar el Tratado vigente actualmente.
UNOOSA se encuentra inmersa en la creación de la Agenda Space2030, una propuesta desarrollada a través de varios eventos anuales con la comunidad espacial, el sector privado y representantes gubernamentales de alto nivel.
El programa será un documento de alto nivel para,
¿Quién gobernará Marte?
A la vista de lo que hemos comentado, es difícil responder a esta pregunta.
Los objetos concretos pertenecen a los países que los mandan y, dentro de ellos, se mantiene su jurisdicción. Pero en Marte, entendiendo como tal todo el planeta e incluyendo zonas que se quedarían fuera de habitáculos y vehículos, tendrían que cumplir las leyes establecidas por el derecho internacional.
Existen otras propuestas, claro.
Jacob Haqq-Misra, investigador del Blue Marble Space Institute of Science, propone que, nada más los seres humanos se establezcan en Marte, estos consigan total independencia de la Tierra desde el principio.
Según su propuesta, los seres humanos de Marte tendrían nacionalidad marciana y las actividades que allí se desarrollan no podrían estar interferidas por los humanos de la Tierra.
¿Por qué...?
Lo explica así:
En la edición de 2012 de Red Colony, una conferencia anual en la que se reúnen expertos para hablar del futuro de Marte, se plantearon tres propuestas distintas:
Clement Walsh, participante de la conferencia, se decantaba por esto último al considerar, entre otras cosas, que los Gobiernos en la distancia nunca han funcionado.
Frans von der Dunk, profesor de derecho espacial de la Universidad de Nebraska, asegura que el Tratado,
Además, añade von der Dunk,
El profesor von der Dunk es de la opinión de que, si los estadounidenses son los primeros en llegar a Marte, se seguirán considerando a sí mismo como tales allí... al menos al principio:
No está muy claro cuál será el modelo de "colonia" que tendremos, aunque los académicos proponen distintas aproximaciones...
"Elon Musk - ¿Presidente de Marte?", se publicó hace tiempo en el Washington Post, haciendo referencia a que Musk podría ser de los primeros en llegar al planeta rojo con SpaceX.
El título no hace justicia al artículo, donde plantean lo mismo que von der Dunk:
Esto, claro, siempre que los Estados de la Tierra lo permitan...
El Tratado al que hemos hecho referencia en este artículo sienta unas bases en teoría justas para todos, pero en ese mismo texto se contempla la posibilidad de que un Estado pueda retirarse del mismo.
Cada país velará por sus propios intereses, y seguramente durante los próximos años puedan surgir nuevos movimientos y declaraciones de intenciones.
Sarah Burhns, física, y Jacob Haqq-Misra resumían muy bien la problemática actual en un artículo de The Guardian:
Además, recalcaban la necesidad de revisar el Tratado vigente:
Parece que todavía nos quedan, como mínimo, un par de décadas de margen, pero llegar a un acuerdo que contente a todos no va a ser nada sencillo...
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