por Pablo Criado Boado
18 Abril
2021
del Sitio Web
Tendencias21
Fatima Ebrahimi,
frente
a una representación artística de un cohete de fusión.
Foto de Elle Starkman, Oficina de Comunicaciones de PPPL e ITER)
Una nueva
tecnología
de propulsión
espacial,
que usa las
interacciones magnéticas de plasma,
consigue
impulsos 10 veces mayores
que los sistemas
actuales y podría reducir
a pocos meses la
duración
del viaje a
Marte.
La física del plasma es útil porque esconde la posibilidad de la
fusión nuclear, la fuente de energía limpia y virtualmente
inagotable.
Pero ahora también es
útil porque una física iraní-estadounidense ha descubierto en ella
la base de una nueva tecnología de propulsión espacial. Una
tecnología que nos pone Marte mucho más cerca.
Como en cierta ocasión dijo el
comandante Joseph Cooper,
"la única forma que
conocen los humanos de llegar a alguna parte es dejando algo
atrás".
(Interstellar,
gracias, hermanos Nolan).
Una forma bella y poética
de expresar la tercera ley de Newton, ¿verdad?
El principio de acción y
reacción o, equivalentemente, el principio de conservación de la
cantidad de movimiento (momento lineal). Este segundo, al contrario
que el primero, aún vigente en la física contemporánea.
El concepto de fuerza ya
no existe ni en la física relativista ni en la física cuántica. En
fin, ya no es un pilar conceptual de ninguna de ellas, aunque a
veces sigua siendo útil como andamio de pensamiento (ese discreto y
persistente encanto de Newton).
En efecto, comandante Cooper, hasta la fecha esa es la base de
cuanta tecnología de propulsión tenemos. Lanzar cosas hacia atrás,
para conseguir ir hacia delante.
O bien... ¡démosle la vuelta!:
allí donde veamos que
algo sale disparado, cabe preguntarnos si no intervendrá un
principio de propulsión ya existente o, quizás, nuevo...
Y eso fue lo que ocurrió.
Fatima Ebrahimi, la física iraní-estadounidense del
Laboratorio de Física del Plasma de Princeton (PPPL)
perteneciente al Departamento de Energía de EE.UU. y autora única
del estudio, así lo cuenta
en un comunicado:
"Estuve cocinando
este concepto por un tiempo. (…)
Tuve la idea en 2017
mientras estaba sentada en una terraza y pensaba en las
similitudes entre el escape de un automóvil y las partículas de
escape de alta velocidad creadas por el Experimento Nacional de
Toro Esférico (NSTX) de PPPL. (…)
Durante su
funcionamiento, este tokamak produce burbujas magnéticas
llamadas plasmoides que se mueven a unos 20 kilómetros por
segundo, lo que se me asemejó mucho a un medio de propulsión".
(Véase el apartado
final, "Referencias").
Y este fenómeno es el
resultado de un proceso físico llamado reconexión magnética.
Tokamak, reconexión
magnética, plasmoides... ¿¡pero qué demonios!?
En efecto, lo que en un
tokamak es un efecto parásito, fue
visto por Fatima como el fundamento de una nueva tecnología de
propulsión. (¿A que hay algo en esto de aquellos cultivos de
bacterias estropeados con los que accidentalmente se topó Alexander
Fleming?).
Los tokamaks son máquinas en las que, mediante la aplicación de
campos magnéticos, se consigue controlar plasma confinándolo en
chorros con forma de toro o dónut.
Se utilizan para
experimentos varios y, muy especialmente, para intentar conseguir
que en ese plasma, suficientemente caliente y suficientemente
comprimido, se produzca de forma estable la tan buscada fusión
nuclear.
La reacción que da
vida al Sol y, por tanto, a todo cuanto vive a nuestros ojos,
nosotros incluidos...
Es el origen de la
práctica totalidad de energía disponible en la Tierra y, muy
particularmente, de toda la energía que entra en la cadena trófica
vía los organismos fotosintéticos (bueno, bueno, no seamos tan
tajantes, puede que haya alguna excepción…).
Ahí el gran interés de estudiar la
física del plasma.
Al que ahora se le
suma, que esa física ha permitido formular la que podría ser una
excelente y netamente nueva tecnología de propulsión.
Para... ir a Marte,
por ejemplo...
En mucho menos tiempo
y, por tanto, sometiendo a los astronautas a una mucho menor
dosis de radiación (uno de los grandes problemas de los viajes
espaciales de largo recorrido).
Reconexión
magnética
Decir que su fundamento físico es el proceso de "reconexión
magnética" y ya está, es un poco como decir que está se basa en el
abracadabra y quedarnos tan contentos.
Abramos el abracadabra...
La reconexión magnética no es un proceso sencillo.
Nada en la física del
plasma lo es.
Constituye el cuarto
estado de la materia (sólido, líquido, gaseoso y... plasma).
Un gas a tan altas
temperaturas que los átomos neutros que lo constituyen se han
roto en partes que ya no son eléctricamente neutras.
Una sopa de
electrones e iones positivos que, como tales, interactúan unos
con otros (todos con todos) por medio de fuerzas
electromagnéticas de largo alcance.
Por tanto, la física del
plasma es la física de una muy compleja coreografía.
En los plasmas tenemos partículas con carga positiva y con carga
negativa moviéndose a alta velocidad, así como un campo
electromagnético (que es uno, pero doble, eléctrico y magnético). Y
unas y otro conforman una misma realidad.
Las partículas en
movimiento crean el campo y, a su vez, el campo modela el movimiento
de las partículas.
Lo que se ha observado es que, en determinadas circunstancias,
líneas opuestas del campo magnético se pueden fundir ("cambiando la
topología del campo", en la jerga de los físicos del plasma), con el
resultado de una disminución en la cantidad de energía almacenada en
el campo que, por tanto, es cedida a las partículas en forma de
energía cinética.
Ahí la propulsión...
Pero esto es todavía una forma muy abstracta de verlo.
Pensémoslo ahora desde el
punto de vista de las partículas:
Estas se mueven
formando corros autónomos, autoalimentados en su movimiento por
el campo que ellas mismas producen, y que interactúan con otros
corros similares.
Y la cuestión es que,
bajo ciertas circunstancias, puede suceder que dos o más de esos
corros se fundan entre sí, o que uno se desgaje en varios.
De nuevo, como
resultado, tenemos una disminución de la energía potencial
almacenada por todos los corros en virtud de su interacción
electromagnética que, por tanto, pasa a estar disponible como
energía cinética.
Y hete ahí que uno de
los corros sale disparado de la pista de baile.
Hemos reformulado la
seria física del plasma por la no tan seria física de la coreografía
conjunta de corros de baile (dominios magnéticos) autosustentados e
interactuantes entre sí.
Ahora veámoslo con nuestros ojos.
Las Eyecciones
de Masa Coronal del Sol
(Sí, sí... no me olvido que aún no hemos hablado de los
plasmoides.)
La generación de burbujas magnéticas (plasmoides)
no es algo que solo suceda en los tokamaks. También se produce en el
Sol, dando lugar a las temibles eyecciones de masa coronal (CMEs,
por sus siglas en inglés).
En su producción opera el mismo proceso de reconexión magnética del
que ya hemos hablado. Y si lo desea, puede verlo usted en este vídeo
de dos minutos escasos.
En él la NASA nos explica la diferencia entre llamaradas solares y
eyecciones de masa solar. O bien, si lo prefiere, vaya usted al
minuto 1:37 en donde encontrará, seguidas, dos buenas secuencias
filmadas de CMEs.
Y tenga presente que el
Sol es más de un millón de veces más grande que la Tierra y, así las
cosas, en cualquiera de esas dos eyecciones caben varias decenas de
Tierras.
Es mejor que no nos
crucemos en su camino.
Eso que expele el Sol, eso son los plasmoides.
Grumos de plasma en
movimiento cerrado, confinado por su propio campo magnético (también
cerrado).
O bien... uno de los
corros de baile de la coreografía del plasma (fluido
magneto-hidrodinámico) de los que antes hablamos.
Conclusión
Fatima Ebrahimi ha concebido una nueva forma de propulsión que usa
las interacciones magnéticas del plasma.
Ya existen en actualidad
motores de propulsión de plasma, pero se basan en campos eléctricos
y ofrecen muy poca propulsión.
En las simulaciones por ordenador
hechas por Fatima se consiguen impulsos 10 veces mayores
(velocidades de plasmoide de entre 20 y 500 km/s).
Y, además, su diseño
permite controlar esa potencia modulando el campo magnético.
La
caña...
Gracias a esto, podría ser que el viaje a Marte de más de un año se
redujese en tan solo unos pocos meses.
Como Fatima dice:
"¡El siguiente paso
es construir un prototipo!".
Los fluidos son cosa
compleja...
Ahora bien, comandante Cooper, espero que no crea que su
principio de que,
"la única forma que
conocen los humanos de llegar a alguna parte es dejando algo
atrás" aplica también al universo de lo social...
Nos podría llevar a dar
por inexorable el principio que mueve a los arribistas
organizacionales (subir a base de hacer descender a algunos de los
que les rodean), a la geopolítica de la desigualdad (subir en
progreso unas naciones a costa de hacer descender en progreso a
otras) o a la confrontación progreso vs. medioambiente (ascender en
progreso a costa de destruir nuestro entorno).
Ello significaría que eso
que llamamos "desarrollo sostenible" no existe.
Pero no creo que suceda tal cosa, Sr. Cooper.
El universo humano es
mucho más complejo que el universo físico...
Y si los iones de un
plasma son capaces de configurar su propio campo magnético, cuánto
más no podremos hacer los humanos, infinitamente más complejos que
el más complejo de los plasmas.
Referencia
|