Mayo 24, 2001
 

Hace veinticinco años algo curioso sucedió en las cercanías del planeta Marte. La nave Vikingo 1 de la NASA se encontraba volando alrededor del planeta, tomando fotografías de posibles lugares para el aterrizaje de la nave hermana Vikingo 2, cuando descubrió, sobre la superficie, una figura en sombras muy semejante a una cara humana.

 

Una cabeza enorme de unos tres kilómetros de extremo a extremo parecía estar devolviendo la mirada a la cámara desde una región del Planeta Rojo conocida como Cidonia. Imagínense la sorpresa de los controladores de la misión en el Laboratorio de Propulsión a Chorro, cuando la cara apareció en sus consolas.

 

Sin embargo, la sorpresa duró poco tiempo. Los científicos fácilmente concluyeron que ésta era solo otra meseta Marciana, muy común en los alrededores de Cidonia, solo que esta tenía sombras extrañas que la hacían aparecer como un Faraón Egipcio.

 

(Fotografía tomada por Vikingo 1 en 1976 de la Cara en Marte y
fotografía del año 2001 tomada por el Observador Global de Marte, que revela la verdadera apariencia de la Cara.

Pocos días después NASA publicó la imagen, para que todos pudieran observarla)


La descripción incluía una enorme formación rocosa, que se asemeja a una cabeza humana, formada por sombras que crean en el observador la ilusión de estar viendo ojos, nariz y boca.

 

Los autores pensaron que esta descripción sería una buena manera de despertar la curiosidad del público y atraer el interés sobre el Planeta Marte. ¡Definitivamente así fue!

 

 

Muchas personas creen que la Cara es evidencia bona fide de que existe vida en Marte, evidencia que NASA prefiere ocultar, dicen los creyentes en conspiraciones. Mientras tanto, los defensores del presupuesto de NASA, desearían que sí existiera una civilización antigua en Marte.

 

Aunque solo unos pocos científicos creyeron que la Cara era producto de extraterrestres, la toma de fotografías detalladas de Cidonia se convirtió en una prioridad para NASA cuando el Observador Global de Marte, Mars Global Surveyor (MGS) llegó al Planeta Rojo en septiembre de 1997, dieciocho largos años después que terminaran las misiones de los Vikingos.

 

Creímos que esto era importante para los contribuyentes, explica Jim Garvin, Científico Jefe del Programa de Exploración de Marte de la NASA. Tomamos fotografías de la Cara tan pronto como encontramos las condiciones apropiadas para ello.
 

De esta manera, en abril 5 de 1998, cuando el Observador voló sobre Cidonia por primera vez, Michael Malin y su grupo de la Cámara Orbital de Marte (Mars Orbiter Camera, MOC en Inglés) tomaron una fotografía diez veces más clara que las tomadas por Vikingo. Miles de ansiosos exploradores de la Red Internet esperaban noticias cuando la primera imagen apareció en la Página del Laboratorio de Propulsión a Chorro, JPL, revelando que la Cara solo era una formación natural.

 

Después de todo, no existía ningún monumento extraterrestre...

 

(En secuencia: Fotografía de Vikingo 1 de 1976, una imagen del Observador Global de Marte (MGS) de 1998, y la última imagen del Observador de 2001)

 

Como era de esperarse, no todos quedaron satisfechos. La Cara en Marte está localizada a los 41 grados de latitud norte Marciana, donde era invierno en abril de 1998, una época nublada del año en el Planeta Rojo.

 

La cámara a bordo del MGS tenía que observar a través de tenues nubes para ver la Cara. Quizás, dijeron los escépticos, las señales de extraterrestres estaban ocultas por la neblina. Los controladores de la misión se prepararon para echar otra mirada. Cidonia no es un blanco fácil, dice Garvin.

 

Al contrario, es trabajo duro. El Observador Global de Marte es una nave para cartografía que normalmente se enfoca en línea recta hacia el objeto y examina el planeta como una máquina de facsímile, en tiras delgadas de 2.5 km de anchas. No sobrevolamos la Cara muy a menudo, hace notar.

 

Sin embargo el día 8 de abril del año 2001, un día despejado de verano en Cidonia, el Observador Global de Marte se acercó lo suficiente para echar una segunda mirada.


Debimos girar la nave 25 grados, para centrar el área en el campo de visión de la cámara, dice Garvin. El grupo de Malin capturó una fotografía extraordinaria, utilizando la máxima resolución de la cámara. Cada píxel en la imagen del año 2001 cubría 1.56 metros, en comparación con 43 metros por píxel en la mejor de las fotos tomadas por Vikingo.

"Por regla general, los objetos se pueden distinguir cuando la imagen digital es 3 veces el tamaño del píxel", agregó.

Por consiguiente, si hubiera objetos en la fotografía tales como aviones sobre el terreno o pirámides semejante a las Egipcias, o aun casas pequeñas, ¡Podríamos reconocerlas fácilmente!

 

Lo que en realidad la fotografía muestra es el equivalente marciano de una colina o meseta, formaciones comunes en el Oeste Americano. Esto me recuerda una gran parte de Middle Butte en la cuenca del Rio Serpiente en Idaho, dice Garvin. Aquello es un cono de lava que tiene la forma de una meseta aislada y más o menos de la misma altura que la Cara en Marte.

 

Cidonia está llena de mesetas semejantes a la Cara, pero las otras no se asemejan a una cara humana y han despertado muy poco interés popular. Garvin y otros miembros del grupo científico del MGS han estudiado cuidadosamente estas mesetas utilizando un altímetro láser llamado MOLA a bordo del Observador Global de Marte.

 

MOLA puede medir la altura de objetos con una precisión vertical de 20 a 30 cm (su definición horizontal es de 150 m). Tomamos cientos de medidas de altura de las formaciones semejantes a mesetas alrededor de Cidonia, dice Garvin, incluyendo la Cara. La altura de la Cara, su volumen e índice de forma, en general todas sus dimensiones, son similares a las de otras mesetas.

 

No es diferente de las otras en ningún aspecto.

 

La información obtenida por el sistema de altimetría láser, es talvez más convincente que las fotografías tomadas desde el Observador para comprobar que la Cara es una formación natural. Mapas tridimensionales de elevación revelan los contornos de la formación desde cualquier ángulo, sin alteraciones a causa de luces y sombras.

 

¡En estos mapas no existen ojos, ni nariz, ni boca!

 

Una vista tridimensional en perspectiva de la formación de la Cara en Marte ejecutada por Jim Garvin (NASA) y Jim Frawley (Herring Bay Geophysics), a partir de la última imagen tomada por el MOC (Abril 8, 2001) y de todas las medidas de elevación por altímetro láser tomadas por MOLA. No se incluyó distorsión vertical en esta imagen.


Tomar nota también de estas vistas 3D de color artificial de la Cara con una distorsión vertical de aproximadamente 10:1.

 

 

Las mesetas de Cidonia, son de gran interés para los geólogos planetarios porque estas mesetas están localizadas en una región muy curiosa de Marte, en una zona de transición entre alturas de cráteres hacia el sur y planicies suaves hacia el norte. Algunos científicos piensan que las planicies del norte son escombros de lo que un día fuese un océano Marciano.

 

Si fuera así, Cidonia habría sido en un tiempo valioso terreno sobre la playa. Los creyentes en la teoría del océano, afirman que las mesetas son exactamente lo que esperaríamos encontrar cerca de la orilla del agua, es decir, formaciones erosionadas que sobresalen del resto del terreno, dice Garvin. Pero hay muchas otras posibilidades. Las mesetas podrían haber sido excavadas por glaciares, labradas por vientos y agua, o impelidas hacia arriba por movimientos tectónicos verticales.

 

Simplemente, no sabemos.

Tal vez la mejor manera de resolver el misterio sería la de enviar a un geólogo a investigar. Y a Garvin, un entusiasta montañista, le encantaría emprender él mismo la exploración. "Puedo imaginarme mirando hacia arriba de esta masa de rocas de 300 metros de altura y empinadas laderas", dice, igual que Middle Butte en Idaho.

 

Un cinturón de grandes rocas alrededor de la base puede hacer difícil el ascenso para un robot, pero un humano no tendría dificultad. Las últimas imágenes de MGS de la Cara son tan detalladas, que Garvin ya conoce la ruta que tomaría, hasta a preparado un Mapa del Recorrido. La parte inicial y hasta la mitad del recorrido sería fácil, con algunos laderas empinadas en el camino. Tomaría unas dos horas para llegar a la cumbre.


La vista desde allí, sería espectacular, continuó. Hacia el sur, el terreno ascendería hacia las montañas. Hacia el norte, el terreno descendería hacia las explanadas. Mirando alrededor se podría ver un paisaje árido regado de colinas, mesetas y cráteres abiertos por impacto de meteoros, una mezcla curiosa de lo normal y lo estrafalario.

"Marte es un lugar especial, nos recuerda de nuestro hogar en la Tierra", un día iremos a visitarlo dice Garvin.

Por esto la Cara en Marte es tan popular: Pone de relevancia nuestra conexión con el Planeta Marte. Pero aún sin un monumento extraterrestre, existirá mucho que explorar por los futuros visitantes. Escalar las mesetas de Cidonia, si es ahí donde empezamos, sería solo el principio.

El científico Jefe del Programa de Exploración a Marte de la NASA, nos dice que la longitud del recorrido es aproximadamente de 5.5 km o 3.6 millas en una dirección, con una ganancia total en elevación de cerca de 350 metros. Evaluación: fácil al inicio y a medio camino, con algunas secciones muy inclinadas.

NOTA:
Empezando en el SUR, en dirección opuesta a la Cara (de aquí en adelante CEM), el ascenso se iniciaría con una caminata hacia las vertientes de los conos de desmoronamiento en la base sur de la formación, y luego se dirigiría hacia la derecha (Oriente) alrededor de la base de la CEM, luego hacia el NNW, hasta una brecha en la formación a medio camino de la parte oriental media.

 

En este punto, existe un paso hacia el lado oriental de la Cara, y la caminata seguiría esta ruta, pasando entre dos prominencias semejantes a estribaciones que demarcan las Almenas orientales de la Cara, la caminata atravesaría luego un parcela, más llana antes de iniciar las curvas y seguir por el borde hacia la cima y antes, también, de encontrar un camino tortuoso hacia la parte superior de la Cara (donde existe una parcela rasa, iluminada y circular de unos 100 m de diámetro).