Mayo 24, 2001 Hace veinticinco años algo curioso sucedió en las cercanías del planeta Marte. La nave Vikingo 1 de la NASA se encontraba volando alrededor del planeta, tomando fotografías de posibles lugares para el aterrizaje de la nave hermana Vikingo 2, cuando descubrió, sobre la superficie, una figura en sombras muy semejante a una cara humana.
Una cabeza enorme de unos tres kilómetros de extremo a extremo parecía estar devolviendo la mirada a la cámara desde una región del Planeta Rojo conocida como Cidonia. Imagínense la sorpresa de los controladores de la misión en el Laboratorio de Propulsión a Chorro, cuando la cara apareció en sus consolas.
Sin embargo, la sorpresa duró poco tiempo. Los científicos fácilmente concluyeron que ésta era solo otra meseta Marciana, muy común en los alrededores de Cidonia, solo que esta tenía sombras extrañas que la hacían aparecer como un Faraón Egipcio.
Muchas personas creen que la Cara es evidencia bona fide de que existe vida en Marte, evidencia que NASA prefiere ocultar, dicen los creyentes en conspiraciones. Mientras tanto, los defensores del presupuesto de NASA, desearían que sí existiera una civilización antigua en Marte.
Aunque solo unos pocos científicos creyeron que la Cara era producto de extraterrestres, la toma de fotografías detalladas de Cidonia se convirtió en una prioridad para NASA cuando el Observador Global de Marte, Mars Global Surveyor (MGS) llegó al Planeta Rojo en septiembre de 1997, dieciocho largos años después que terminaran las misiones de los Vikingos.
Creímos que esto era importante para los
contribuyentes, explica Jim Garvin, Científico Jefe del
Programa de Exploración de Marte de la NASA. Tomamos
fotografías de la Cara tan pronto como encontramos las condiciones
apropiadas para ello. De esta manera, en abril 5 de 1998, cuando el Observador voló sobre Cidonia por primera vez, Michael Malin y su grupo de la Cámara Orbital de Marte (Mars Orbiter Camera, MOC en Inglés) tomaron una fotografía diez veces más clara que las tomadas por Vikingo. Miles de ansiosos exploradores de la Red Internet esperaban noticias cuando la primera imagen apareció en la Página del Laboratorio de Propulsión a Chorro, JPL, revelando que la Cara solo era una formación natural.
Después de todo, no existía ningún monumento extraterrestre...
Al contrario, es trabajo duro. El Observador Global de Marte es una nave para cartografía que normalmente se enfoca en línea recta hacia el objeto y examina el planeta como una máquina de facsímile, en tiras delgadas de 2.5 km de anchas. No sobrevolamos la Cara muy a menudo, hace notar.
Sin embargo el día 8 de abril del año 2001, un día despejado de verano en Cidonia, el Observador Global de Marte se acercó lo suficiente para echar una segunda mirada.
Por consiguiente, si hubiera objetos en la fotografía tales como aviones sobre el terreno o pirámides semejante a las Egipcias, o aun casas pequeñas, ¡Podríamos reconocerlas fácilmente!
Lo que en realidad la fotografía muestra es el equivalente marciano de una colina o meseta, formaciones comunes en el Oeste Americano. Esto me recuerda una gran parte de Middle Butte en la cuenca del Rio Serpiente en Idaho, dice Garvin. Aquello es un cono de lava que tiene la forma de una meseta aislada y más o menos de la misma altura que la Cara en Marte.
Cidonia está llena de mesetas semejantes a la Cara, pero las otras no se asemejan a una cara humana y han despertado muy poco interés popular. Garvin y otros miembros del grupo científico del MGS han estudiado cuidadosamente estas mesetas utilizando un altímetro láser llamado MOLA a bordo del Observador Global de Marte.
MOLA puede medir la altura de objetos con una precisión vertical de 20 a 30 cm (su definición horizontal es de 150 m). Tomamos cientos de medidas de altura de las formaciones semejantes a mesetas alrededor de Cidonia, dice Garvin, incluyendo la Cara. La altura de la Cara, su volumen e índice de forma, en general todas sus dimensiones, son similares a las de otras mesetas.
No es diferente de las otras en ningún aspecto.
La información obtenida por el sistema de altimetría láser, es talvez más convincente que las fotografías tomadas desde el Observador para comprobar que la Cara es una formación natural. Mapas tridimensionales de elevación revelan los contornos de la formación desde cualquier ángulo, sin alteraciones a causa de luces y sombras.
¡En estos mapas no existen ojos, ni nariz, ni boca!
Las mesetas de Cidonia, son de gran interés para los geólogos planetarios porque estas mesetas están localizadas en una región muy curiosa de Marte, en una zona de transición entre alturas de cráteres hacia el sur y planicies suaves hacia el norte. Algunos científicos piensan que las planicies del norte son escombros de lo que un día fuese un océano Marciano.
Si fuera así, Cidonia habría sido en un tiempo valioso terreno sobre la playa. Los creyentes en la teoría del océano, afirman que las mesetas son exactamente lo que esperaríamos encontrar cerca de la orilla del agua, es decir, formaciones erosionadas que sobresalen del resto del terreno, dice Garvin. Pero hay muchas otras posibilidades. Las mesetas podrían haber sido excavadas por glaciares, labradas por vientos y agua, o impelidas hacia arriba por movimientos tectónicos verticales.
Simplemente, no sabemos.
Un cinturón de grandes rocas alrededor de la base puede hacer difícil el ascenso para un robot, pero un humano no tendría dificultad. Las últimas imágenes de MGS de la Cara son tan detalladas, que Garvin ya conoce la ruta que tomaría, hasta a preparado un Mapa del Recorrido. La parte inicial y hasta la mitad del recorrido sería fácil, con algunos laderas empinadas en el camino. Tomaría unas dos horas para llegar a la cumbre.
Por esto la Cara en Marte es tan popular: Pone de
relevancia nuestra conexión con el Planeta Marte. Pero aún sin un
monumento extraterrestre, existirá mucho que explorar por los
futuros visitantes. Escalar las mesetas de Cidonia, si es ahí
donde empezamos, sería solo el principio.
En este punto, existe un paso hacia el lado oriental
de la
Cara, y la caminata seguiría esta ruta, pasando entre dos
prominencias semejantes a estribaciones que demarcan las Almenas
orientales de la Cara, la caminata atravesaría luego un
parcela, más llana antes de iniciar las curvas y seguir por el borde
hacia la cima y antes, también, de encontrar un camino tortuoso
hacia la parte superior de la Cara (donde existe una parcela
rasa, iluminada y circular de unos 100 m de diámetro).
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