RECONOCIMIENTOS
A través de muchas épocas, culturas, dimensiones y experiencias, mis
queridos amigos los Emisarios Pleyadianos de Luz, han cumplido
siempre sus promesas. Aparecen en el momento oportuno, me ayudan a
recordar y permanecen dedicados a este sistema solar, a todas sus
dimensiones y personas hasta que el plan divino se haya completado.
También honran mi libre albedrío y nunca me llevan más allá de donde
yo haya decidido ir. Los pleyadianos han mostrado siempre su
paciencia y amor hacia mí, incluso en aquellas contadas ocasiones en
las que no he reaccionado a sus peticiones con rapidez o presteza.
Agradezco la oportunidad que tengo de compartir con ellos la
presentación de este libro y su amistad en la Luz.
También agradezco profundamente a los Maestros Ascendidos,
Jesucristo, Quan Yin, la Madre María, Saint Germain y muchos otros
que me han dirigido y guiado tanto a mí personalmente como en lo
referente a mi tarea espiritual. También agradezco de todo corazón
la ayuda y la inspiración que los ángeles y seres dévicos me han
brindado a lo largo del camino. Siempre apreciaré su amor y su
omnipresencia.
También me gustaría agradecer a Shahan Jon su previ sión, su
disposición a seguir cualquier orientación, su dedicación
desinteresada en este proyecto, sus múltiples y maravillosas
habilidades, así como su amistad. Agradezco y respeto enormemente su
frescura de puntos de vista durante la fase preliminar de edición,
su capacidad de reacción y disposición en el último minuto para
ayudar con las ilustraciones y su abnegada entrega espiritual en
todos los sentidos.
Después de todas las historias de terror que me habían contado sobre
las fechas de entrega de las editoriales, de la presión, de su falta
de sensibilidad y de los contratos poco razonables, debo decir que
mi experiencia con Bárbara y Gerry Clow de Bear & Company ha sido
justo la contraria. Bárbara y Gerry son personas cariñosas,
entusiastas, generosas, accesibles, humanitarias, espiritualmente
sinceras y con las que resulta un encanto trabajar. Siempre se
ocupan al máximo de su empresa y de que se respeten los pactos de
entrega. Pero siempre he sentido que antes que nada se me apreciaba
como persona -y cuando la situación es agobiante eso importa de
verdad-. Gracias a los dos por la oportunidad de compartir con
vosotros vuestra sagrada actitud hacia la gente, la empresa y la
vida en general.
Steven Chase me ha guiado intensamente, haciéndome posible la
experiencia de regresión a vidas pasadas a la que hago referencia en
el libro. Te estoy verdaderamente agradecida, Steve, por el
privilegio de trabajar contigo y por recibir la bendición de
disfrutar de la calidad de presencia y del espacio sagrado y seguro
que generas.
Agradezco a Gail Vivino el haberme proporcionado otro cristal por el
que mirar mi borrador más objetivamente de lo que lo hubiera hecho
yo sola. Agradezco profundamente tu habilidad y tu lealtad
sempiterna en las exigencias cambiantes de tiempo de edición y
corrección de versiones.
La pintura utilizada en la cubierta de este libro fue concebida y
alumbrada por Preston Emery hace unos años. Cuando se la compré,
ninguno de los dos sabíamos cuál iba a ser su destino. Así que te
agradezco, Preston, por segunda vez, haber creado una obra de arte
de gran inspiración y belleza que ha enriquecido mi vida y la de
aquellos que compren este libro. También te doy las gracias por los
bocetos que sirvieron de base a las ilustraciones.
Mi agradecimiento a todos los amigos que han soportado mi falta de
disponibilidad, mis abrazos apresurados y mi absorta concentración
en este proceso creativo. Por favor. volvedme a llamar para que
hagamos cosas juntos. Os echo de menos y os prometo que no hablaré
de otra cosa que no sea del libro. Quiero agradecer especialmente a
Andrea, Harvey, Pat, Carlye y a John su entusiasmo, apoyo y creencia
genuinos en mí y en mi trabajo -y por no tomar como algo personal mi
interés monotemático.
También me gustaría honrar y expresar mi gratitud a los
participantes de los cursos intensivos de Ejercicios Pleyadianos de
Luz que siguieron su propia guía y se atrevieron a comprometerse en
programas de veinte días basados en prácticas espirituales y de
sanación de las que todavía no se había oído hablar. Sois para mí
una fuente de inspiración, habiéndome demostrado repetidas veces la
validez de estos ejercicios a través de vuestra confianza, vuestro
deseo de hacer lo mejor posible para ir más allá de vuestros límites
iniciales y permitir que ello marcara una diferencia real en vuestra
vida espiritual y bienestar general. Es un privilegio el conoceros y
crecer con vosotros en el espíritu del compromiso con la
impecabilidad.
Y a vosotros, mis lectores, os deseo que alcancéis vuestros
objetivos, que lleguéis a ser espiritualmente impecables y que
aprovechéis tanto como yo el contenido que ofrezco en este libro.
Gracias por vuestro apoyo y dedicación espiritual.
Regresar al Contenido
PREFACIO
Este libro ha nacido fruto de una visión clara. Te puede servir como
una ventana por la cual divisar una nueva perspectiva del pasado y
un paisaje ampliado de tus oportunidades actuales. A través de estas
páginas conocerás a los Emisarios Pleyadianos de Luz, seres
extraordinarios que te ayudarán a expresar tu Presencia Crística -la
persona sabia, sana, dichosa, espontánea, tierna e inmortal que
eres-y te guiarán a través de la experiencia de los Ejercicios
Pleyadianos de Luz. Es una oportunidad para despertar.
Mi experiencia del Manual de Ejercicios Pleyadianos: El Despertar de
tu Ka Divino, empezó una tarde dorada de primavera en la falda oeste
del monte Shasta. Había ido «al lugar donde las mariquitas van a
bailar», como yo llamo a la pequeña rueda medicinal que ayudé a
construir cerca de mi casa. Durante los días secos, cientos de
mariquitas emergen del lecho de hojas de pino del bosque cuando toco
el tambor; su vuelo llena el aire de duros cuerpos de color naranja.
Me saludan paseándose por mis brazos y piernas y cubren un pequeño
cedro. Voy a menudo a este lugar a fumar la pipa con un amigo, a
orar por la consecución del Plan Divino sobre la Tierra. También
rezo para saber tomar en cada momento el paso más acertado en favor
del plan en curso. Aquí, acompañada por el baile de las mariquitas,
el delicioso aroma a cálido pino y la música del agua del arroyo que
juega con los estoicos cantos rodados, «vi» que mi amiga Amorah iba
a escribir su primer libro y que yo colaboraría en el alumbramiento
revisando su primer borrador y ayudando a preparar el material a
enviar al editor.
Unos días más tarde le mencioné el tema a Amorah. Silencio. Más
silencio. Vi que su cara empezaba a adquirir un leve tono rosado, el
azoramiento ante la contemplación de algo «muy trascendente». Una
risa nerviosa. «Bueno, ya veremos», dijo en el tono de voz que se
usa para cambiar de tema. La confirmación me llegó al final de unas
semanas de fuentes inesperadas. El proyecto estaba en marcha.
Para cuando Amorah empezó a escribir y yo empecé a revisar, yo tenía
un contacto diario con los Emisarios Pleyadianos de Luz, sobre todo
durante el sueño, con la intención de transmutar cualquier cosa
-creencias, formas de pensamiento, códigos genéticos, improntas
kármicas, pautas de conducta-que pudiese entorpecer la expresión y
encarnación plenas de mi Presencia Crística. Con la ayuda de estos
pleyadianos estudié cuidadosamente mi propia vida y mi cuerpo para
determinar qué pautas llevaba; luego apliqué las técnicas de los
Ejercicios Pleyadianos de Luz para llevar a cabo las
transformaciones precisas.
Me di cuenta que de alguna manera empezaba a «leer entre líneas».
Parecía tener acceso a nuevas informaciones y saberes que no
figuraban en el libro «en letra impresa» y que tenían aplicación
inmediata en mi vida. Gran parte de estos nuevos saberes encerraban
información básica y muy práctica para mi bienestar desde el punto
de vista físico. Un ejemplo era la intuición que recibí sobre
plantas silvestres. Fui comprendiendo que, para que mi Presencia
Crística se expresara plenamente en la Tierra, necesitaba realizar
ciertos ajustes en el código genético de mi cuerpo. Fui
comprendiendo que ciertas plantas silvestres de mi entorno poseían
la capacidad de producir esos ajustes.
Un día, mientras preparaba la tierra del jardín para plantar en
primavera, vino con fuerza a mi conciencia la imagen de plantas
silvestres. Quedé paralizada. Esa mañana habían caído copos de nieve
grandes y esponjosos que desaparecieron entre la tierra oscura.
Luego cayeron gotas de lluvia brillantes encima de las plantas que
rodeaban la valla del jardín. El aire era ahora frío, húmedo y
estaba lleno de vida; cada una de las plantas resaltaba por su color
verde brillante contrastando con el cielo denso y gris. «Plantas
silvestres», pensé, «seguro que hay aquí y ahora alguna que me
sirva.» Empecé a darme cuenta de la variedad de plantas salvajes.
Noté cómo algunas especies además de ser muy abundantes emanaban una
vitalidad muy poderosa. Estiré el brazo para coger un puñado de
álsine y metérmelo en la boca, su sabor era suave y dulzón; tras
sacudir las gotas de lluvia de una hojita de diente de león me
dispuse amorderla con cuidado; tenía un sabor acre que me gustó. Me
llamó la atención una planta de verbasco tierna y blanda que me hizo
pensar en el té.
Esa mañana en el jardín comprendí algo sobre la relación entre el
cuerpo y las plantas silvestres; sabía lo que me proporcionaban
ahora y por qué; percibí los ciclos de las plantas y comprendí que
otras plantas iban a tener también en su momento un propósito
similar para mí. Un gozo indescriptible me inundó; sólo rompía el
silencio el canto ocasional de un petirrojo, pero creo que cada una
de las células de mi cuerpo cantaba sumándose al coro de las plantas
de la pradera. Ese mismo día consulté un libro de botánica que me
confirmó que el álsine es un purificador de la sangre como la parte
superior del trébol rojo que florece en verano y las raíces de la
uva de Oregón que se da en invierno. Luego comprobé que las hojas
verdes del diente de león constituyen un poderoso purificador del
hígado y que en verano los humanos producen una secreción que limpia
el hígado. Me quedé con la leve sensación intuitiva de que estas
propiedades de las plantas no son más que la consecuencia secundaria
evidente de un efecto más profundo que la ciencia no ha medido. Mi
conocimiento sobre las plantas silvestres sigue creciendo.
Gran parte del genio de El Manual de Ejercicios Pleyadianos es el
equilibrio elegante entre ideas y aplicaciones. En última instancia,
no basta leer sobre algo, pensar sobre algunas ideas. La manera de
saber algo es experimentarlo. El material de este libro se encuentra
cuidadosamente ordenado. Si lo lees de principio a fin, a la vez que
realizas los procesos que se te van presentando, obtendrás unos
resultados que te sorprenderán y te deleitarán.
He tenido algunas experiencias profundas y extraordinarias con las
técnicas de este manual. Algunos de los métodos más simples han
demostrado ser poderosos y de gran alcance cuando los he aplicado en
momentos específicos de mi vida. Uno de los ejemplos fue «soplar
rosas». Aprendí la técnica un día, de paseo con Amorah pasando por
Far Meadow hasta una zona donde florecía la espuela de caballero.
Fuimos buscando las flores azul zafiro que se esconden entre la
salvia. Era esa hora mágica de una tarde cálida cuando los árboles
parecen despedir luz y te sientes «flotar» a través de un aire suave
y dorado. A pesar del esplendoroso escenario, a medida que andaba,
empecé a sentirme débil y mareada. «Intenta soplar rosas», me dijo
Amorah. «Crea ante ti la imagen de una rosa grande y bonita. Ahora
coloca dentro de la rosa el rostro angustiado del cliente con el que
has estado antes de nuestro paseo. Limítate a dejar que la rosa
absorba la energía que tienes de esta persona; cuando hayas
terminado disuelve la rosa.» Hice lo que me sugería sin dejar de
caminar. Sentía que se iban el dolor y el mareo. Al cabo de pocos
minutos habían desaparecido por completo. Quedé agradecida y
sorprendida.
Desde que aprendí esta sencilla técnica la he utilizado innumerables
veces con magníficos resultados. Esto puede parecer poca cosa pero,
considerando mis experiencias pasadas, tiene consecuencias
importantes en mi vida. Desde siempre he sido muy clariperceptiva.
De pequeña, cuando alguien se hacía daño yo gritaba «ay» porque
sentía ese dolor. Siempre he sido capaz de sentir en mi cuerpo las
emociones y sensaciones de todo el mundo. En muchas ocasiones las he
absorbido inconscientemente. Ello ha supuesto una experiencia que
literalmente me enfermaba. Cuando vivía en San Francisco me
encontraba a veces en medio de los atascos de la hora punta;
entonces me acomodaba pacientemente, bebiendo a grandes tragos
directamente del envase ahorro de antiácido sabor limón que siempre
llevaba en el coche, mientras practicaba ejercicios de respiración
profunda para liberar el dolor. Cuando aún iba a la guardería me di
cuenta de que no me iría a la cama sin vomitar primero; pero cuando
lo hacía me sentía fuerte y bien otra vez. Ya de mayor busqué el
consejo de médicos y sanadores alternativos, pero casi a diario
pasaba algunas horas con grandes molestias y vomitando. Es decir,
hasta que a los 44 años me puse a buscar espuela de caballero y
aprendí a «soplar rosas».
Este libro tiene el potencial de ayudar en el despertar espiritual
de mucha, muchísima gente en este momento crucial. El mérito es de
Amorah por proporcionar tan libremente este material. No tienes que
asistir a talleres caros para despertar espiritualmente. No tienes
que recluirte y aislarte en un retiro para alcanzar la apertura
espiritual. No necesitas esforzarte durante años para poder expresar
tu dominio espiritual. Porque «ahora es el momento» y existe una
gran ayuda disponible a tu alcance. Las sencillas herramientas que
aquí y en otros trabajos se proporcionan, junto con los que se están
produciendo, te ayudarán a catapultarte hacia la nueva expresión y
conciencia de tu Presencia Crística.
Recibirás apoyo. Los Emisarios Pleyadianos de Luz y el Maestro
Ascendido Jesucristo te proporcionan una bonita oportunidad. Es un
regalo. Si así lo deseas, te ayudarán en tu crecimiento al trabajar
concientemente el material de este libro. Si lo deseas y estás
preparado, trabajarán contigo cuando duermas para abrir los canales
Ka, y puedas así personificar plenamente tu Presencia Crística.
Los Emisarios Pleyadianos de Luz han trabajado conmigo especialmente
durante el sueño y me han proporcionado gracia, alivio y una
sensación de apoyo y progreso que no conocía. Cuando empecé
activamente mi apertura espiritual después de los 20 años tomé parte
en largos retiros de meditación. En el más extenso, que duró nueve
meses, el tiempo estaba extremadamente organizado para la práctica
de técnicas muy avanzadas de meditación en régimen de internado. Los
fenómenos no se mencionaban y me sentí muy sola con las nuevas
experiencias. Después de cumplir los 30, cuando era una licenciada
que estudiaba psicología oriental/occidental, mi proceso de
despertar me resultó abrumador. Creía estar muy enferma o que me
volvía psicótica. A veces sufría en el cuerpo sacudidas violentas
como si intentase retener las energías crecientes que fluían en mí;
solía tumbarme en el centro del salón y relajaba los músculos
mientras sufría sacudidas involuntarias que me zarandeaban por la
habitación como si fuera una muñeca de trapo, a veces durante más de
una hora. Otras veces se me «encendía» el cuerpo e irradiaba calor;
tenía el cuerpo rígido, paralizado, como si tuviera la piel de una
talla más pequeña y estuviese demasiado estirada sobre mi esqueleto
mientras mis células eran como volcanes en miniatura que entraban
simultáneamente en erupción. A veces tenía la sensación de tener
miles de abejas zumbando sobre mi piel y luego levantando el vuelo,
o de sentir la fuerza plena de todas las emociones conocidas
hirviendo en mi interior.
Éste ha sido mi camino y no lo voy a despreciar. Sin embargo, un
proceso de apertura no tiene que ser tan dramático y doloroso. Los
Emisarios Pleyadianos de Luz te ayudarán a despejar cualquier
obstáculo que impida la expresión plena de tu Presencia Crística. Te
ayudarán a regular tu despertar para que la transformación sea fácil
y elegante. En algunas de las Sesiones de Cámaras de Luz, me sentí
como si estuviera flotando en un océano de paz y serenidad;
ocasionalmente sentía una oleada y simplemente observaba mis
pensamientos en ese momento para ver lo que se liberaba. A menudo,
cuando iba a dormir, hacía los preparativos con los Emisarios
Pleyadianos de Luz para que actuaran en mi cuerpo mientras dormía.
Al despertar sentía los cambios en mí y, lo que es más, poseía una
nueva comprensión y sabiduría. Me siento sumamente agradecida por
haber recibido esta gracia.
Esta es la increíble oportunidad que se te ofrece en este momento,
no por aquello de lo que careces, sino por lo que eres y por lo que
aportas a este momento de transformación planetaria, galáctica y
universal. Me acuerdo de una frase de un famoso poeta sufí, Rumi:
«Hágase lo bello; su luz es mejor que la del Sol». Ra, portavoz de
los Emisarios Pleyadianos de Luz, dice: «Ahora es el momento». Y lo
es. Deja que tu Presencia Crística venga y camine por esta Tierra.
Puedes usar este libro como herramienta en este nacimiento. Ahora es
el momento de bailar en el resplandor de lo que eres.
SHAHAN JON, Mt. Shasta, California, Mayo de 1995
Regresar al Contenido
PRÓLOGO
¿Has vuelto alguna vez la vista atrás en tu vida y te has dado
cuenta de que todo lo que has experimentado te llevaba hacia algo?
¿Que este proceso llamado vida no es sólo una serie de hechos al
azar sino que sigue un orden inteligente y divino? Para mí los
Ejercicios Pleyadianos de Luz han supuesto esta revelación.
Cuando era pequeña veía en las flores y en los arbustos hadas y
naves espaciales en miniatura hechas de luz azul. Cuando cerraba los
ojos en una habitación a oscuras veía mandalas arremolinados con
múltiples y vivos colores, escenas e imágenes. Cuando me levantaba o
cuando me iba a dormir, escenas de vidas pasadas desfilaban ante mí.
Entonces no tenía nombre para estas experiencias, pero eran
importantes -una parte de mí que sabía que no podía compartir con
nadie.
A través de los años, fenómenos psíquicos ocasionales que prefiero
llamar de Percepción Sensorial Plena, poblaban lo que, aparte de
esto, eran días y noches «corrientes». Sencillamente, aprendí a
vivir con ellos. Sin embargo, a finales de los 70 y durante el
retorno de Saturno, las experiencias eran cada vez mas frecuentes y
emocionalmente desconcertantes. Me consideraba atea entonces,
desilusionada con la religión establecida; pero sabía que las vidas
pasadas eran reales a causa de mis experiencias lúcidas recurrentes.
En mi primera sesión de sanación de vidas pasadas con un
regresionista, muy a pesar mío me encontré en un prado al pie de una
montaña junto con otros miles, mientras Jesús pronunciaba un sermón.
Le había dicho al señor Brown, el terapeuta: «Estoy aquí para sanar
mis vidas pasadas y poder seguir con ésta. Pero no trate de
convencerme con ningún rollo religioso porque soy atea. Sólo quiero
que estas experiencias de vidas pasadas dejen ya de invadir mi
vida».
A menudo me he preguntado cómo respondería a un cliente que llegase
a la primera sesión con una actitud tan arrogante y poco espiritual.
Es de esperar que tuviese la paciencia y la tolerancia que el señor
Brown tuvo conmigo cuando sólo replicó: «Está bien», y empezó la
sesión.
En mi experiencia de regresión del «sermón de la montaña», cuando
hablaba Jesús, apareció de repente una nave espacial gigante hecha
de luz azul estelar, a la derecha y por encima del bosque. Luego
apareció otra nave espacial y otra -hasta que fueron seis las naves
que iban y venían-. A mi alrededor, todo el mundo se tiró al suelo
cubriéndose la cabeza y gimiendo. Pero yo permanecí de pie con las
manos sobre la cabeza en éxtasis, repitiendo en silencio: «Mi casa,
mi casa», derramando lágrimas de gozo.
Mientras tiraba de mi vestido, mi marido gritaba: «Samantha,
agáchate». Permanecí paralizada, sin poder moverme, hasta que sentí
un empuje magnético en el tercer ojo y me encontré cara a cara
frente a Jesucristo. Por mi tercer ojo atravesaba el rayo de luz más
intenso que haya visto jamás, seguido de una riada de luz y energía
en mis células. Rompí a llorar con lágrimas de gozo y despertar
espiritual. Había experimentado un despertar celular, una
iluminación, y mi alma tuvo recuerdo de sí misma, todo a la vez.
La escena se repitió de principio a fin, completa con todas las
sensaciones y el conocimiento y luego terminó. Inmediatamente volví
a verme como pura conciencia en forma de bola azul de luz cayendo
através del espacio hacia la Tierra desde una gran estrella azul.
Éste fue el principio de mi despertar espiritual en esta vida. En
aquel momento no tenía puntos de referencia en cuanto al significado
de una iluminación. No había oído nunca nada sobre la conexión entre
las naves espaciales y los fenómenos espirituales o religiosos. Ni
siquiera había oído hablar de auras o supra-almas o shaktiput -todo
lo que había experimentado de forma tan real durante la regresión.
Tras la sesión abrí los ojos y vi una luz verde clara alrededor del
cuerpo del señor Brown. Se lo hice notar: «Señor Brown, qué verde es
su aura hoy. ¿Qué significa un aura verde? Es más, ¿qué es un aura?»
Mirándome con suspicacia me contestó: «Obviamente, sabes lo que es
el aura; te acabas de referir a la mía». Le aseguré que las palabras
habían salido de mi boca pero que no tenía un conocimiento
consciente de lo que decía. Estaba viendo las auras por primera vez
en mi vida, pero no entendía lo que eran. El señor Brown me dio una
definición muy básica del aura: me dijo que era el campo de energía
de una persona alrededor de su cuerpo.
Esto ocurrió muchos años antes de que yo entendiera la conexión
entre Cristo, Sirio, la iluminación y las naves espaciales de luz.
Me enteré de que los Seres de Luz extraterrestres que me enseñaban y
me sanaban mientras dormía eran de las Pléyades y que su misión era
colaborar en la segunda llegada colectiva de Cristo: cuando la
mayoría de los que estamos aquí en la Tierra seamos auténticos Seres
Crísticos. También me enteré de que las naves espaciales de Sirio
aparecían como naves de luz azul y que las enseñanzas de Cristo para
esta galaxia se originaron en Sirio donde se guardan y desde donde
se lanzan hacia la Tierra.
La unión de este rompecabezas me ha llevado hasta los Ejercicios
Pleyadianos de Luz que me han enseñado los Emisarios Pleyadianos de
Luz y el Maestro Ascendido que CM Jesucristo en su última
encarnación. Los Ejercicios Pleyadianos de Luz tienen diferentes
facetas, incluyendo la imposición energética de manos, la lectura
clarividente, la Remodelación Cerebral Delfínica, el Enlace Estelar
Delfínico y el alineamiento con el Yo Superior. El objetivo
principal de los Ejercicios Pleyadianos de Luz es abrir y activar
los canales Ka, que extraen energía y luz de alta frecuencia desde
tu yo multidimensional holográfico hacia tu cuerpo físico. Esta
activación abre las rutas necesarias de tu cuerpo para que venga tu
Presencia Maestra o Ser Crístico, así como para crear la posibilidad
de la ascensión frente a la muerte física. El alineamiento de tu yo
divino y tu cuerpo físico eleva el ritmo vibratorio, energiza los
meridianos de acupuntura para producir un equilibrio físico y un
rejuvenecimiento, acelera tu evolución espiritual, activa el cuerpo
de luz eléctrico, aumenta el flujo del fluido cerebroespinal a
través del sistema nervioso central, despeja rutas neuronales y
estimula la sanación emocional.
Gran parte de la sanación y transformación espiritual se puede
realizar sin contar con un especialista humano. Si conoces la manera
de llamar a los equipos de sanación de los Emisarios Pleyadianos de
Luz, sabes qué pedir y los métodos de autoayuda necesarios para
facilitar tu propio proceso, puedes organizar las sesiones en tu
propia casa. Esta es la razón por la que se me ha orientado a
escribir este libro, para que puedas recibir enseñanza, sanación y
ayuda espiritual de los Emisarios Pleyadianos de Luz de una manera
apropiada para ti.
Los pleyadianos me han dicho que el conocimiento y las prácticas de
sanación del Ka Divino, que son parte fundamental de los Ejercicios
Pleyadianos de Luz eran los elementos claves de las prácticas de
sanación en los templos de la antigua Lemuria, la Atlántida y
Egipto. En una ocasión me ocurrió que mientras estaba hablando por
teléfono con una mujer sobre el Intensivo de Ejercicios Pleyadianos
de Luz que imparto, tuve una visión de nosotras dos en compañía de
otras mujeres de pie, vestidas con túnicas blancas como si se
tratase de sacerdotisas, formando un círculo en un templo egipcio.
Algunas lloraban, pero todas estaban muy tristes. Acabábamos de
enterarnos de que los soldados venían de camino para destruir los
templos y llevarnos prisioneras. Las jerarquías espirituales y
políticas habían perdido la batalla, y los templos de Set, una
oscura orden religiosa basada en el miedo, iba a reemplazar a los
sagrados templos de luz.
En grupo decidimos quemar todas las pertenencias del templo y tomar
veneno -un dulce suicidio nos pareció mejor destino que la
violación, la violencia y la opresión que suponía la otra opción-.
Dije a las mujeres: «Cuando termine el ciclo de oscuridad,
retornaremos y volveremos a despertar el recuerdo de las enseñanzas
del templo». Una de las más jóvenes dijo entre sollozos: «Pero ¿cómo
es posible? Todo lo que amamos y por lo que hemos trabajado tanto se
perderá». Yo le contesté: «Querida, si lo soñé una vez y lo hice
llegar a nuestra gente, lo haré de nuevo cuando llegue el momento».
En varias vidas anteriores a ésta había sido una sacerdotisa con el
don de soñar. Había trabajado multidimensionalmente a través de
sueños lúcidos realizando sanaciones y enseñanzas espirituales a la
vez que difundía por los templos las enseñanzas de los Emisarios
Pleyadianos de Luz. En los templos egipcios que estaban a punto de
ser destruidos yo había empezado una nueva vía de sanación.
Básicamente eran los Ejercicios Pleyadianos de Luz que ahora han
vuelto a mi vida. He guardado mi promesa. Debido a la posición de la
Tierra en su ciclo evolutivo, los Emisarios Pleyadianos de Luz me
han dicho, «Ahora es el momento de recordar este trabajo».
El proceso mismo de escribir el libro ha sido toda una experiencia
vital. Después de que los pleyadianos me pidieran escribir el libro,
me propuse deliberadamente no leer ningún material relacionado, ni
siquiera remotamente, hasta terminar el borrador. Así que cualquier
similitud es una coincidencia, excepto algunas referencias al último
libro de Bárbara Hand Clow que se añadieron más tarde.
Antes de mandar la propuesta y una parte del borrador a la editorial
Bear & Company no sabía que Bárbara Hand Clow y su marido fueran los
dueños. He leído varios libros suyos -Heart of the Christos, Liquid
Light of Sex, y Chiron: Rainbow Bridge Between the Inner and Outer
Planets- y fui a oírla en Seattle hace unos años y desde entonces le
tengo un profundo respeto y la considero una persona clara de una
gran integridad. Tener la oportunidad de trabajar directamente con
ella era la guinda del pastel. Así que cuando llegué a casa una
noche y me encontré con el mensaje de Bárbara en el contestador en
el que aseguraba que Bear quería publicarme el libro, estaba
doblemente emocionada. La primera vez que los Emisarios Pleyadianos
de Luz me hablaron de escribir este libro me enseñaron el nombre de
Bear & Company en la contraportada.
Cinco días después de recibir el mensaje de Bárbara, antes de hablar
con ella por teléfono, recibí una carta suya que empezaba: «¿Estás
tan emocionada con esto como yo?» No pude evitar reírme y sentirme
honrada al mismo tiempo que seguía leyendo que iba a publicar un
libro en otoño titulado, The Pleiadian Agenda: A New Cosmology for
the Age of Light, del que mi libro era el complemento perfecto. Su
libro incluía información sobre el Ka y sobre la imperiosa necesidad
de sanarlo y activarlo, pero que los pleyadianos le habían dicho que
otra persona canalizaría y escribiría el manual sobre cómo llevarlo
a cabo. Bárbara y yo nos complementábamos la visión e información de
cada una sin tener conciencia de una colaboración directa. Nos
pusimos de acuerdo en que no nos enseñaríamos los borradores para no
influenciarnos, y, sin embargo, por nuestras conversaciones
telefónicas resultaba obvio que trabajábamos con la misma fuente
pleyadiana. La complementariedad de las dos obras es producto del
ingenio pleyadiano. Después de terminar mi borrador y leer partes
del nuevo libro de Bárbara, añadí un par de referencias de “The
Pleiadian Agenda” en mi texto y en el glosario.
Justo antes de terminar este libro -después de mi meditación
matinal-fui guiada al salón a recoger otro libro de Bárbara, “Signet
of Atlantis”. Lo había comprado hacía poco con la intención de
leerlo después de haber terminado el mío, pero esa mañana me dijeron
que lo abriera y leyera el prefacio. Contenía la historia de la
trilogía de Bárbara, de la que Signet era el tercer libro; se
esbozaban los retrasos, las distracciones, las restricciones de
tiempo.
Su historia era tan parecida a la mía que pensé: «Quizá sea ésta la
forma que los pleyadianos tienen de hacer las cosas. Ojalá lo
hubiese sabido antes; quizás hubiese estado menos ansiosa por
hacerlo a tiempo». Durante los seis meses que estuve escribiendo el
libro, mi reciente matrimonio acabó en separación y luego en
divorcio, respeté mi horario de clases y prácticas privadas de
sanación, estuve enferma dos semanas y media, me mudé de casa e
impartí un intensivo de Ejercicios Pleyadianos de Luz durante
veintiún días. Anteriormente, pocas veces había trabajado más de
tres días seguidos sin un día o dos libres; durante esos seis meses
aquel horario parecía un sueño ancestral. Sin embargo, adquirí un
nuevo nivel de confianza en mi capacidad de seguir adelante de una
forma efectiva y consistente.
Ocho semanas antes de terminar este libro, cerca del final de mi
tiempo de meditación matinal, vinieron los pleyadianos y me llevaron
a experimentar nuevas energías y frecuencias. Después me pidieron
que fuese al ordenador a abrir un nuevo archivo. Cuando lo hice,
prosiguieron dándome un esbozo del siguiente libro de Ejercicios
Pleyadianos de Luz. Supongo que mi nueva lección es que el río sigue
corriendo sin pararse ni dudar.
En parte, esta corriente rápida y continua se ve acelerada porque la
Tierra se encuentra en la Banda de Fotones y continuará adentrándose
en ella sin volver atrás. A medida que se acerca el año 2013 no va a
haber grandes interrupciones ni en intensidad ni en aceleración; los
cambios físicos, emocionales, espirituales y mentales han empezado
ya y cada vez van a ser más grandes y evidentes a medida que la
humanidad avance a través del tiempo y el espacio durante los
próximos diecisiete años. Puede que te sientas llamado a aprender
nuevas modalidades de sanación, asistir a seminarios de formación
espiritual, buscar la ayuda de un sanador, o acudir a ceremonias
sagradas. Tienes tu propio papel que jugar en los tiempos que vienen
y debes examinar y seguir tus impulsos cuando sientas que tienen
inspiración divina y no simplemente miedos reaccionarios de ser
dejado atrás. Hay muchos que empezarán a despertar al concepto de
evolución espiritual durante los tiempos venideros, mientras que
otros decidirán abandonar el planeta o resistirse al cambio hasta el
último aliento. Si estás destinado a ser sanador, maestro, consejero
o amigo sabio, no dudes en prepararte para asumir tu papel.
La esperanza e intención de los pleyadianos y de mí misma es que
este libro contribuya a la gracia y la intensidad de la sanación, al
despejamiento y a la evolución espiritual, tanto tuyos como del
planeta. A través de la unidad de objetivos, conseguiremos
individual y colectivamente alumbrar una nueva manera de ser y de
vivir, y la meta de la ascensión planetaria se podrá conseguir.
Regresar al Contenido
|