CAPÍTULO 11 -
SUBPERSONALIDADES
Una subpersonalidad es cualquier aspecto de ti mismo que tiene una
función, actitud o identidad específicas que operan de manera
individual y reconocible. Por ejemplo, tienes un Niño Interior que
siente y reacciona frente a la vida emocionalmente y necesita
sentirse querido y seguro. Esta parte de ti existe ya seas un recién
nacido, tengas 100 años o estés en edad intermedia.
Existen numerosos libros y modalidades
de sanación que se centran exclusivamente o en gran parte en
ayudarte a familiarizarte y crear subpersonalidades saludables.
Algunos de los ejemplos contemporáneos de estas modalidades son: la
Psicosíntesis, la Hipnoterapia Alquímica, la Potenciación de la
Regresión (modalidad que yo he creado y que imparto), Diálogo de Voz
y trabajo con el Niño Interior.
° Desde épocas remotas, la comunicación y el equilibrio de
subpersonalidades ha tenido un papel vital en las diferentes
culturas. Mucho antes de que Freud o Jung «crearan» el concepto de
subpersonalidades, algunas tribus americanas y africanas, druidas,
tradiciones espirituales de la Diosa y otras culturas, habían
reconocido la necesidad de honrar la existencia de la diversidad en
la individualidad.
Esto se ha llevado a cabo a través de
rituales ceremoniales, épocas de concentración interior personal,
sesiones de sanación y ruedas medicinales. La rueda medicinal es un
área circular al aire libre delimitada por pequeñas piedras que
contienen el círculo, o marcada con rocas más grandes en cuatro o
más direcciones. De vez en cuando en el interior de la rueda
medicinal se realizan ceremonias, reuniones y actividades
espirituales personales.
A través de las épocas los humanos han
diseñado máscaras, han creado trajes, se han pintado la cara, han
mimetizado a otros seres y han interpretado ritos de transición para
facilitar la incorporación y la salud de los diferentes aspectos de
sí mismos.
Existen dos categorías de subpersonalidades. La primera categoría
consiste en aspectos de ti mismo que se desarrollan en relación con
las necesidades o la expresión de la personalidad individual. Por
ejemplo, si tienes demasiada negación sexual, puedes tener un
Mojigato Interior y una Puta Interior. Se han desarrollado debido al
abandono y a los juicios que han sufrido partes de ti mismo que, aun
siendo en sí mismas naturales y completas, se les ha negado su
libertad de expresión. Otro ejemplo es la subpersonalidad que se
podría llamar el Crítico Interior.
Este aspecto puede haber ido creciendo
en ti si de niño se te riñó o se te menospreció en exceso. Una parte
de tu personalidad adoptó el comportamiento de tus padres y
profesores y tomaron el relevo. Este tipo de subpersonalidad
disfuncional tiene que sanar, educarse y reasimilarse como parte de
todo tu ser y de tu autoestima.
La segunda categoría está compuesta por aspectos de ti mismo que
siempre formarán parte de ti. Esta es la categoría en la que se
centra este capítulo. Las cuatro subpersonalidades de esta categoría
son: el Criador Interior, el Niño Interior, el/la Guerrero/Guerrera
interior y el Espíritu Interior. Su estado de salud es un reflejo de
tu vida interior y exterior. Tu libertad para ser emocionalmente
espontáneo y sincero, tu capacidad de comprometerte y de asumir
responsabilidades, así como la conexión espiritual están entre las
muchas cosas que crean salud o desequilibrio en estos aspectos de ti
mismo.
Se han escrito libros enteros sobre las subpersonalidades, así que
este manual no cubre bajo ningún concepto el tema en su totalidad.
Es un amplísimo tema que puedes explorar mucho más exhaustivamente.
Sin embargo, es importante que entiendas
la estructura básica del trabajo con subpersonalidades, ya que los
ejercicios Ka, las sesiones de Cámara de Luz e incluso los procesos
básicos del cuidado psíquico de uno mismo pueden y de hecho sacan a
la superficie cuestiones que se resuelven más fácilmente a través de
la comunicación y la sanación de tus subpersonalidades.
Asimilación y sanación de las
subpersonalidades
El proceso de subpersonalidades utilizado en este libro tiene sus
orígenes en una tradición particular india americana que según me
han dicho data de hace veinticinco mil años por lo menos. Recurro a
la «licencia poética» en esta presentación y en parte del material
pero lo fundamental viene directamente de la tradición que se me
enseñó.
El proceso está basado en enseñanzas
sobre la rueda medicinal y las cuatro direcciones que
independientemente de la ceremonia o el enfoque personal, siempre
están dirigidas a restablecer el equilibrio y la armonía. Honrar y
equilibrar las cuatro direcciones forma parte de la mayoría de las
ruedas medicinales. Si conoces el simbolismo tradicional de cada
dirección, comprenderás mejor su aplicación a las cuatro
subpersonalidades principales.
Aunque existen variables en el
simbolismo tradicional y la interpretación entre las diferentes
tribus, el simbolismo que utilizo en mi trabajo es el siguiente:
1) El sur representa el planeta
Tierra, el elemento tierra y el cuerpo físico. El Criador
Interior se relaciona con esta dirección.
2) El oeste representa el
elemento agua y el cuerpo emocional. Aquí se sitúa el Niño
Interior.
3) El norte es la dirección del
elemento aire y del cuerpo mental. El/La Guerrero/Guerrera
interior se relaciona con el norte.
4) El este representa el
elemento fuego, la luz y el cuerpo espiritual. Es la
dirección del Espíritu Interior.
Si ya utilizas interpretaciones de las
cuatro direcciones con fines espirituales, limítate a intercambiar
la posición de los elementos y subpersonalidades en la forma
apropiada. Por ejemplo, si has llamado tradicionalmente al sur la
dirección del agua, entonces lee la sección del Niño Interior para
interpretar el sur, ya que el Niño Interior está asociado con el
elemento agua. El Criador Interior estaría situado en el oeste y no
en el sur.
Cuando trabajes con las cuatro subpersonalidades o lugares en tu
«escudo personal» como se le llama al sistema de subpersonalidades
en algunas enseñanzas indias americanas, es importante saber que
cada subpersonalidad tiene una función importante y positiva en tu
vida a pesar de cualquier desequilibrio o disfunción expresada. Cada
subpersonalidad debe recibir el trato que se le da a los seres
sagrados.
El objetivo de encontrarte con las
subpersonalidades de tu escudo personal es equilibrarlas a través de
la conciencia, la comprensión, la comunicación y la acción.
Lo primero que surge al encontrarte con tus subpersonalidades y
saber cómo les va y cuáles son sus necesidades y deseos es la
conciencia. Después de conocer estos aspectos de tu escudo personal
preguntarás a las subpersonalidades cómo se llaman. Con los ojos
interiores verás una imagen de cada subpersonalidad, dirigiéndote a
ellas como si hablaras con una persona física. Después escucharás. A
fin de comprender cómo piensa y siente esa parte de ti y cuáles son
sus necesidades formularás tus preguntas.
Las preguntas están enumeradas en las
secciones individuales del proceso guiado para encontrarte con tus
subpersonalidades. La subpersonalidad puede decirte de qué manera se
siente insatisfecha y ahogada o alegre y satisfecha. Tu cometido es
el de escuchar con comprensión y afecto a la parte de ti que
comparte contigo sus sentimientos, esperanzas, sueños y pequeños
deseos. Cuando hayas oído las respuestas a todas tus preguntas habrá
terminado el primer encuentro. Te despedirás por el momento y
quedaréis para encontraros en otra ocasión.
La decisión sobre la frecuencia de encuentro con tus
subpersonalidades o el «equilibrio del escudo personal» es tuya. Los
indios americanos que en concreto me enseñaron esta práctica,
recomiendan realizar diariamente el equilibrio del escudo personal.
Me he dado cuenta de que suelo hacerlo una vez a la semana a no ser
que sienta una necesidad específica urgente. Mis otras prácticas
espirituales llevan bastante tiempo y tienen prioridad en mi
práctica diaria. Sin embargo, puede ser diferente en tu caso.
El proceso puede ser tan profundo y
vital que se convierta en el momento de concentración más importante
del día. Hubo un tiempo en que era una práctica diaria vital para
mí. Cuando abandono la rueda medicinal después de la sesión de
equilibrar mi escudo personal, les digo a los aspectos de las cuatro
direcciones aproximadamente cuándo les volveré a ver. Este tipo de
comunicación es importante para que el proceso sea real y
significativo para ti y tus personalidades interiores.
El siguiente paso es la acción.
Si tu Criador interior te dice que ves
demasiada televisión y que necesitas pasar más tiempo en la
naturaleza o tomando largos baños, tienes que escuchar y seguir
estas sugerencias lo mejor que puedas. Si por alguna razón no puedes
obedecer, sé sincero con tu Criador Interior y dile por qué no
puedes hacerle caso. Aquello que te pidan tus subpersonalidades
sirve para devolverte el equilibrio contigo mismo y con tu vida. Es
importante que tengas el propósito de actuar como sea posible según
la respuesta; sin esta intención el proceso no sólo resulta inútil
sino que te irás fiando menos de ti mismo. Al final del capítulo
encontrarás las instrucciones para saber qué hacer cuando vuelvas a
la rueda medicinal después del primer encuentro.
En la tradición particular india americana que aprendí, te
encuentras con cada parte de tu escudo personal mediante una
«búsqueda de visión». Encuentras un lugar en la naturaleza al que te
sientas atraído y realizas una ofrenda de tabaco, brasas, maíz o
cualquier otro regalo. Será un sitio en el que sientas una conexión
especial con el elemento que representa esa dirección: el sur, por
ejemplo, representa el elemento tierra.
A continuación te sientas sobre la
tierra y cantas canciones sagradas o entras en estado de meditación
silenciosa, pidiendo la presencia del aspecto con el que quieras
contactar. Entonces esperas a que este aspecto se presente. Puede
que oigas una voz que te habla o una representación de la apariencia
de tu subpersonalidad. Tendrás que definir la representación y
establecerla antes de acabar este primer paso. Luego tiene lugar. el
diálogo.
Cuando la comunicación termine puedes
recoger un objeto y llevarlo a tu altar o rueda medicinal al aire
libre como símbolo físico de la relación. Puede ser una roca, una
hoja, un pedazo de corteza de árbol o cualquier otra cosa que te
parezca bien. Escogerás un lugar de búsqueda distinto para cada una
de las cuatro partes de tu escudo personal.
Si no deseas realizar el proceso al aire libre, también puedes
hacerlo a través de la meditación. Después de entrar en un estado de
relajación ofrecerás oraciones al Gran Espíritu, Dios/Diosa/Todo Lo
Que Es o como llames al Uno Divino. Da las gracias y pide claridad y
ayuda en tu búsqueda meditativa para encontrarte con las cuatro
subpersonalidades.
En las siguientes secciones encontrarás
instrucciones para encontrarte con tus cuatro subpersonalidades.
Cámara Lumínica de Armonización de
Subpersonalidades
Es ideal realizar esta sesión de Cámara después del primer encuentro
con cada aspecto individual de tu escudo personal y posteriormente
cada vez que equilibres tu escudo. La Cámara de Armonización de
Subpersonalidades se centra en redistribuir energías y abrir y
agilizar la comunicación interior, así como en devolverte tu
equilibrio. Siempre me siento con mayor afinidad conmigo misma, o
más yo misma, después de una de estas sesiones de cámara.
También es ideal esta cámara después de cualquier actuación sobre
las subpersonalidades, como la hipnosis.
Psicosíntesis, Diálogo de Voz o trabajo de sombra. También puedes
realizar la sesión de Cámara de Armonización de Subpersonalidades
después de actuar sobre tus subpersonalidades y voces internas.
Debes realizar la primera sesión con esta cámara si te acabas de
encontrar con una de tus cuatro subpersonalidades. Utiliza los
mismos pasos de apertura que para cualquier sesión de cámara;
encontrarás los pasos al principio del capítulo 9. En el momento
adecuado limítate a pedir que la Cámara Lumínica de Armonización de
Subpersonalidades te rodee el cuerpo y el aura. Luego relájate y
mantente abierto y receptivo de veinte minutos a una hora. Si andas
escaso de tiempo, especifica que la sesión dure sólo veinte minutos.
Si no, deja el tiempo máximo y disfruta
lo que dure la sesión.
El encuentro con el Criador Interior
La primera dirección con la que trabajar es el sur, lo que en esta
práctica representa el elemento tierra. La tierra es el punto de
origen de tu nacimiento físico, la conexión con tu madre física y la
Diosa, el cuerpo físico, la conexión a la tierra, la seguridad y los
cuidados. Del sur recibes alimentos, refugio, ropas y todas las
cosas físicas. En las enseñanzas de la rueda medicinal, honras y le
das gracias al sur, o a la tierra, por estos dones de sustento,
incluyendo tu cuerpo, que sostiene tu espíritu aquí en el planeta
Tierra.
La subpersonalidad que vive en la parte sur de la rueda medicinal es
tu Criador Interior. Tu Criador Interior es la parte tuya que conoce
y cuida de tus necesidades, al mismo tiempo que mantiene en
equilibrio otras partes de tu personalidad. Si no estás en contacto
con tu Criador Interior, tiendes a estar descompensado. Uno de los
síntomas puede ser la necesidad excesiva de atención y cuidados
porque tú mismo te privas de ellos. Quizás has centrado tu vida en
el trabajo y nunca te tomas tiempo para jugar o tener un tiempo de
intimidad contigo mismo o con tus seres queridos.
Cuando estás descompensado y entras en contacto con tu Criador
Interior, éste sabe lo que necesitas para recuperar el equilibrio.
Ya sean tus necesidades de naturaleza emocional o espiritual, el
Criador Interior está al tanto de tu equilibrio y bienestar general.
Si tus necesidades se refieren a ti mismo, puede que necesites más
masajes, o un tiempo de soledad y silencio no planificado.
Quizá la dieta que sigues no alimenta tu
cuerpo ni te da lo que necesitas. Quizá precises un buen baño, hacer
yoga, o cantar o tocar música. No importa lo que necesites, tu
Criador Interior sabe lo que es. Si la subpersonalidad funciona muy
mal y está muy dañada, la comunicación puede ser confusa al
principio. Puede ser que se sienta herido y frustrado y no quiera
hablar contigo. Es un reflejo simbólico de traición y enfado con uno
mismo por no prestar atención a las propias necesidades.
Si puedes asumir la responsabilidad de
haber creado el problema sin sentimiento de culpa, la
subpersonalidad normalmente atenderá a razones y te dirá lo que
necesita y por qué se siente descompensada. Recuerda, tu cometido es
escuchar comprendiendo sinceramente sin juzgar, para luego decidir
con la subpersonalidad qué tipo de acciones hay que llevar a cabo en
la vida para corregir problemas.
Ya estés meditando bajo techo o «buscando una visión» al aire libre
para conocer a tu Criador Interior y a las demás subpersonalidades,
escribe las preguntas en un papel. Deja espacio entre las preguntas
para escribir las respuestas que te den para poder consultarlas
luego.
A continuación se describen los pasos para encontrarte con tu
Criador Interior:
-
Después de haber encontrado un
lugar en la naturaleza donde te sientas conectado al
elemento tierra o estés cómodamente sentado bajo techo para
empezar tu búsqueda, céntrate y entra en un estado de
meditación.
-
Envía a tu manera oraciones de
gratitud al planeta Tierra, al elemento tierra y a la
dirección sur. Ahora es también el momento de rezar o hacer
las invocaciones.
-
Pide la presencia del Criador
Interior para que le s y puedas comunicarte con él o ella.
-
Cuando venga una imagen o una
voz, mira en el papel y haz las siguientes preguntas,
anotando las respuestas que recibas.
-
¿Cómo te llamas?
-
¿Cómo estas?
-
¿Qué necesitas?
-
¿Qué quieres?
-
¿Hay algo más que me quieras
decir en este momento?
-
Concluye la búsqueda de la
manera que. te parezca más apropiada. Di a tu Criador
Interior cuándo piensas volver.
-
opcional: Ahora puedes elegir
invocar a los Emisarios Pleyadianos de Luz, tu Yo Superior y
al Maestro ascendido Jesucristo y pedirles que te
introduzcan en la Cámara Lumínica de Armonización de
Subpersonalidades.
El encuentro con el Niño Interior
El Niño Interior vive en el oeste de la rueda medicinal. El oeste es
en mis enseñanzas el hogar del agua y las emociones. Los sueños, los
sentimientos, el lado sombrío de tu personalidad, tu subconsciente y
el viaje interno son funciones del oeste.
En tu escudo personal, el niño interior guarda las cualidades de
espontaneidad y sinceridad en las emociones, la curiosidad y la
libertad para ser lúdico y feliz. Se acerca al mundo con reverencia
y asombro. Tu Niño Interior no tiene ideas preconcebidas en cuanto a
nada ni a nadie y le gusta explorar y aprender de la vida y de otras
personas experimentando.
Le encanta examinar los detalles de la
más pequeña flor silvestre, o admirar la monumental estatura de los
árboles, sobrecogido por la perfección y la complejidad de la
naturaleza. Puede pasar toda una tarde deleitándose con la visión de
un abejorro o una colonia de hormigas. Tu Niño Interior se dedica
plenamente a lo que está haciendo en cada momento, a no ser que se
sienta aburrido y ahogado por falta de libertad.
Esta subpersonalidad muestra entusiasmo
y expresa placer con facilidad y valora sus sueños y sus fantasías.
Cuando tu Niño Interior está descompensado, puedes sentirte
inquieto, agitado, frustrado, aburrido o apático. Todo ello son
signos de que tu Niño Interior necesita más libertad de expresión.
-
¿Te has vuelto demasiado
sofisticado para compartir tus sueños, para sentir
reverencia y asombro ante la actividad de una ardilla o un
insecto de vivos colores?
-
¿Escondes tus verdaderos
sentimientos porque crees que sería zafio o inmaduro
expresarlo?
-
¿Miras a tu pareja y a tus
amigos íntimos con la curiosidad y la emoción de querer
saber más sobre los seres extremadamente conscientes que se
encuentran ante ti?
-
¿Están vivas tus relaciones, son
cariñosas y siempre cambiantes, o son aburridas y
predecibles?
-
¿Te permites llorar y reír en
voz alta en momentos especiales de tu vida o viendo una
buena película?
-
¿O acaso bebes, fumas, comes
dulces, ves películas o te excedes de alguna manera cuando
sientes que afloran emociones incómodas?
Casi todas las adicciones se deben a un
Niño Interior reprimido y controlado.
Cuando entres en la «búsqueda de visión» para conocer a tu Niño
Interior, es importante que estés dispuesto a expresar y verbalizar
todas tus emociones. Si tu Niño Interior está triste y sin vi da o
receloso y
malhumorado, puedes tardar un poco en ganarte su confianza. Sé muy
sincero con esa parte de ti mismo porque hasta el mínimo engaño se
interpretará como una razón para la desconfianza, el dolor y la
traición. Tu Niño Interior necesita que respaldes su libertad, su
alegría y el enorme despliegue de estados emocionales. La recompensa
por darte a ti mismo este apoyo necesario es una vida más feliz, más
equilibrada y con más respeto y amor hacia ti mismo.
Sigue las instrucciones de la sección sobre el Criador Interior para
comenzar la «búsqueda de la visión» para así encontrarte y
comunicarte con tu Niño Interior.
El encuentro con el Guerrero/Guerrera
Interior
El norte es la dirección en la que vive tu Guerrero/Guerrera
Interior. En esta práctica, el norte es la dirección del aire y de
la mente, o cuerpo mental. Es el hogar del aprendizaje, la
enseñanza, la claridad, la responsabilidad, la capacidad de
organización, el propósito en el mundo y los logros sucesivos.
Tu Guerrero/Guerrera Interior es responsable de cuidar los aspectos
prácticos y secuenciales de tu vida. Esta subpersonalidad es la que
paga las facturas, mantiene la casa limpia, cocina, compra, salda
los cheques, va a clase, tiene una profesión, realiza las funciones
generales en las áreas laborales y mentales. Sirve de protector y
guardián. Tu Guerrero/Guerrera Interior da la cara por ti cuando lo
necesitas, se ocupa de los enfrentamientos con los demás y mantiene
a tu Niño Interior sano y salvo.
Cuando tu Guerrero/Guerrera Interior está descompensado, eres, o
bien adicto al trabajo, cabezota y autoritario, o bien confuso,
inútil, pusilánime y vago o dado a perder el tiempo. Tal vez pasas
tanto tiempo dedicado al trabajo y a la supervivencia física que
desatiendes tu vida espiritual o tus necesidades emocionales. Puedes
estar tan preocupado por carecer de la energía necesaria y pones
tanto empeño en las cosas que al final haces muy poco.
Tu mente puede estar en tal estado de
confusión que quizá necesites meditar más, o unas vacaciones para
ayudarte a atender una cosa cada vez. Tu vida puede llenarse de
problemas, como números rojos, una casa sucia y desordenada, o un
letargo producido por desequilibrios emocionales que afectan a tu
equilibrio mental.
Quizá te dediques a controlar a todos a
tu alrededor en un intento de sobreprotección de tu Niño Interior
vulnerable, que necesita sanar. Sea cual sea el caso, tu
Guerrero/Guerrera Interior te puede ayudar a comprenderlo cuando
establezcas contacto y comunicación.
El procedimiento para entrar en contacto con tu Guerrero/Guerrera
Interior es idéntico al expuesto en la sección precedente sobre el
contacto con el Criador Interior (ver páginas 244-244).
Sigue los mismos pasos para organizar la
búsqueda al norte de tu escudo personal.
El encuentro con el Espíritu Interior
El este, que es el hogar de tu Espíritu Interior, es también la
dirección que representa el fuego y la luz. En el este - la
dirección del amanecer-, están la esperanza, las aspiraciones, la
inspiración, la creatividad, las creencias y prácticas espirituales,
tu espíritu mismo, la iluminación, la ascensión y la conexión con el
Gran Espíritu, Dios/Diosa/Todo Lo Que Es, o el Uno Divino.
Las funciones del Espíritu Interior incluyen cosas obvias como la
meditación, la oración y tu vida espiritual. Bien consistan tus
actividades espirituales en una tranquila meditación, en leer libros
espirituales, conectarse con el maestro espiritual o Maestro
Ascendido, rezar, pasar tiempo en la naturaleza o asistir a rituales
y ceremonias, tu Espíritu Interior es el que realiza estas cosas.
Otras áreas menos obvias de esta subpersonalidad son la sexualidad,
la creatividad, la magia, la danza, la música y la conexión contigo
mismo, con otros y con la divinidad.
Cuando el Espíritu Interior está descompensado estás probablemente
prestando demasiada atención a otros aspectos de la vida y muy poca
al espíritu, o viceversa. En cualquier caso, el desequilibrio
aparecerá en el este de tu escudo personal. Quizá lo experimentes
como desesperanza, derrotismo y futilidad. La falta de fe y conexión
espirituales te roban la inspiración, ocupándote de tus obligaciones
en la vida pero sin sentir la magia.
O puede que medites demasiado y que
nunca estés en contacto con tus emociones o tu naturaleza sexual.
Ser un ermitaño espiritual puede ser una excusa para sentirse
inadecuado o incómodo en sociedad.
-
¿Miras la vida con tanto
estoicismo que no bailas, aprecias y creas arte o música, o
haces el amor bajo la luna llena?
-
¿Cuándo fue la última vez que
estuviste en plena naturaleza y te sentiste conectado a
Dios/Diosa o el Uno en todas las cosas?
-
¿Practicas lo que predicas y
vives tu vida con integridad y verdad?
-
¿Celebras los logros de los
demás o sientes envidia y los ves como una amenaza?
-
¿Para ti hacer el amor es sólo
una liberación puntual y sensaciones lujuriosas, o te
importa realmente la otra persona y das al mismo tiempo que
recibes?
-
¿Mueves la energía sexual a
través de los chakras y usas el sexo para abrirte más
intensa y vulnerablemente a ti mismo, a tu pareja y a
Dios/Diosa/Todo Lo Que Es?
-
¿Permites a otros intimar
contigo?
-
¿Estás entusiasmado e inspirado
por las lecciones de la vida y las oportunidades de
crecimiento o intentas mantener lo establecido, o crees que
has evolucionado tanto que no te queda nada que aprender?
Todas ellas son preguntas a tu Espíritu
Interior y en sus respuestas se dejan ver su estado de salud, su
equilibrio o disfunción.
Con estos asuntos y cualquier otro que te venga a la mente,
prepárate para el encuentro con tu Espíritu Interior, mantente
abierto y receptivo y trata de tener el menor número posible de
ideas e ideales preconcebidos. Cuando estés listo, emprende la
búsqueda de tu Espíritu Interior utilizando los mismos pasos que los
dados para encontrarte con tu Criador Interior.
Equilibrio del escudo personal
Ahora que has conocido a cada una de tus subpersonalidades, estás
preparado para equilibrar tu escudo personal. Para ello, entra en
estado de meditación, imagínate entrando en el círculo de la rueda
medicinal hecho de piedras en el que viven tus cuatro
subpersonalidades y muévete alrededor del círculo, encontrándote y
comunicándote con cada una de ellas.
Realiza las siguientes preguntas a cada
una de tus subpersonalidades en las cuatro direcciones:
1 ¿Qué tal estás?
2 ¿Qué tal te van los cambios
que he introducido desde nuestro último encuentro?
3 ¿Qué necesitas?
4 ¿Qué quieres?
En la tradición que yo aprendí, entras
por el este e, inmediatamente, sigues en la dirección de las agujas
del reloj o del sol, primero hacia el sur. Después de conectar con
tu Criador Interior en el sur, sigue en dirección de las agujas del
reloj hacia el oeste, donde puedes dialogar con el Niño Interior. De
ahí sigue el movimiento en dirección de las agujas del reloj hacia
el norte donde te espera el Guerrero/Guerrera Interior.
Por último, sigues en la dirección de
las agujas del reloj hacia el este y terminas encontrándote con el
Espíritu Interior. Cuando termines, imagina que sales caminando del
círculo. Ya has equilibrado tu escudo personal.
Si lo deseas puedes continuar este proceso con la Cámara Lumínica de
Armonización de Subpersonalidades. Puede limar las asperezas y dar
el toque final cuando sea necesario.
La mayoría de las veces, cuando salgo del círculo, ya me siento muy
equilibrado, en paz y con calor interior sólo por haberme comunicado
y haber estado con las cuatro partes sagradas de mí misma.
Si te sientes así, no necesitas realizar
la sesión de cámara.
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