1 Enoc explicó que nuestro universo local tiene un núcleo lumínico
triangular de diez millones de años luz con un velo circundante de
veinte millones de años luz. Este velo consiste en envolturas de
calor que forman una zona de prueba bioquímica necesaria para la
vida divina.
2 La zona de prueba bioquímica circunda al núcleo o Sol
Central conocido como el Kólob.
3 Tanto nuestro universo físico
local (un espectro de nuestro universo local) como la zona de prueba
bioquímica circundante son reemplazados por un mundo invisible de
masa negativa, que moldea al núcleo atómico y es usado en la
construcción del sistema energético físico de nuestra galaxia
visible.
Así que, el universo físico procede del mundo de masa negativa, que
es usado para la purificación de la “luz atrapada”.
4 El anteproyecto para este universo físico y el mundo de masa
negativa preexiste en los cielos superiores, en los códigos
estelares de las Pléyades.
5 Con estos códigos los Señores de Luz Elohim en Orión crean la
formación de la masa negativa que es modulada por las
formas-pensamiento de los Señores de Luz, hacia la creación del
universo físico de evolución-masa.
6 A través de la energía de Ze los Señores de Luz transforman el
mundo de masa negativa en túneles Magnéticos donde se ciclan y
reciclan las partículas permitiendo que algunas formas de evolución
de simiente estelar se desplieguen hacia determinadas formas de
continuidad lumínica. De este modo, la vida física procede de la
evolución-masa.
7 Aunque los códigos estelares de las Pléyades forman las
dimensiones para los ritmos bioquímicos de los núcleos atómicos, los
cuales son creados en Orión, Orión también modela las longitudes de
onda astroquímicas superiores del Kólob que no son creados por la
masa negativa.
8 Además, en estas funciones creativas superiores
existen miríadas de estructuras de patrones de destino astroquímico
en los cielos, en donde ambos, Kimah (Pléyades) y Kesil (Orión), se
usan cooperativamente en la programación de la síntesis de vida
desde los cuerpos de luz pura de Orión a las formas físicas
transfiguradas correspondientes de los programas PIeyádicos.
9 Las
Pléyades representan la clave a la protocreación física; representa
el principio galáctico de la familia Adámica física.
10 Si examinamos el Libro de Génesis que abarca los siete días de la
creación, vemos que los seis campos de luz se unen para que en el
séptimo día pueda ser añadida la transmutación a la química física
de la vida. Por lo tanto, en el séptimo eón de Luz, las razas que
fueron evolucionadas durante los primeros seis eones de tiempo son
reemplazadas por el Séptimo Rayo, que es la siembra de nuestra
familia Adámica de inteligencia Kimah y Kesil en el planeta como un
testimonio para las naciones en evolución.
11 Kesil (Orión) emana la Gnosis, el conocimiento que crea a los
Pneumatikoi, los poderes espirituales del Cristo. Sin embargo, de
las Pléyades viene el manto pro-físico de Luz que se necesita para
incorporar esta conciencia de Luz superior. Las Pléyades nos dan
también los mantos lumínicos de masa negativa que forman a los
Xöikoi, el espectro físico de los muchos que son llamados. Entre los
dos se encuentran los Psychekoi, las mentes racionales que derivan
su energía mental de los cielos inferiores y atraen poder hacia
ellos mismos. Ellos impiden que los Xöikoi reciban la Gnosis
espiritual de los Pneumatikoi.
12 En la evolución de nuestro universo local ha habido muchos
planetas caídos que han reclamado para ellos mismos una Herencia
Eterna con el Padre. Sin embargo, Enoc nos dice claramente en esta
clave que la Raza Adámica, como la Familia de Dios, ha venido en la
forma física desde Orión y las Pléyades; en donde las Pléyades son
tanto la verdadera cuna (el semillero) como el trono (los códigos)
para sustentar la conciencia preexistente de Luz. En la cuna es
donde la simiente de conciencia entra a la matriz física de espacio
y tiempo a través de los pocos que son elegidos por el Trono,
dándole a los de simiente física la oportunidad para graduarse a
otros universos de tronos y dominios superiores.
13 Por lo tanto,
las Pléyades son consideradas el fundamento para la armonía de la
creación. Sin embargo, los muchos que son llamados deben pasar a
través de miríadas de otros reinos antes de poder entrar como
pensamiento puro, energía pura, al Reino de Luz; es decir, hasta que
hayan alcanzado el estado de la “no-evolución divina”.
14 La clave habla de la imagen celestial de Dios que opera a través
de las Hermandades de Luz en Kimah y Kesil y de los orígenes
celestiales de las Hermandades de Luz asignadas a este planeta Ur.
15 Los elegidos de este planeta que sirven a su especie con éxito
califican no solamente para vestir el cuerpo Sobreser superior de
Luz, sino que les es dado el conocimiento de cómo usar los códigos
de creación bioquímica en este planeta para mutar a una especie que
sea capaz de llevar la Luz a otras creaciones. Por esta razón se
creó el Pueblo de Israel.
16 Encontramos en el rollo del Maestro Ascendido Job que los Señores
de Luz de Kimah y Kesil están continuamente regocijándose en la
creación y estableciendo los límites, abriendo los canales de Luz,
trayendo los doce sistemas estelares de luz celestial y midiendo al
mundo con los pesos y medidas de Luz de Orión. Toda la energía es
pesada y medida cuidadosamente antes de que pueda ser introducida y
sacada de las balanza del espacio y tiempo. Job vio en este drama
cómo sus propios hijos e hijas fueron también introducidos y sacados
de los niveles de creación.
17 Y cuando nos convirtamos en la Familia de Dios, los Pepleromenoi,
enteramente equipados para trabajar con el Plan del Padre en la
Tierra, seremos unidos con el Pastor y juntos pasaremos a través del
portal del Gran Cazo y nos elevaremos al nivel de las inteligencias
estelares superiores.
18 Al final, nosotros como la Familia de Dios,
los Pepleromenoi vivientes, veremos la apertura de los portales
estelares del Gran Cazo y de las Plévades y el descenso de la
“Merkabah”. Durante este nuevo eón de Luz será el Juicio de la
Tierra y la liberación del sol de su espiral circumpolar.
19 Veremos
cambiar a las antiguas geometrías del Gran Cazo conforme a las
balanzas de Orión y las Pléyades.
20 El Gran Cazo (Osa Mayor) y el Pequeño Cazo (Osa Menor) son los
umbrálicos de la evolución inferior en oposición a las Pléyades, los
siete candelabros para el Trono del Padre. Al fin del tiempo veremos
la guerra de los cielos y el advenimiento de la Hueste de Miguel.
Esto librará a las inteligencias planetarias de las influencias de
la Osa Mayor y de la Osa Menor, las influencias negativas que
controlan a las razas raíz de este planeta Ur.
21 De este modo, al graduarse el Hombre para trabajar con las
inteligencias de Kimah y Kesil, la estructura orgánica de la Raza de
Dios -la Raza de Cristo, puesta en marcha al principio de la
creación, va más allá del séptimo día de la creación. Esta
inteligencia del Sumo Comando trabaja con nuestro sistema solar a
través de la estación de Medio-Camino de Archturus la cual abre los
cielos inferiores al quitar el mango de control de la Osa Mayor
permitiendo así a los cielos inferiores alinearse con el verdadero
indicador estelar de las Pléyades.
22 En la formación de nuestro universo local, los Señores de Luz
caídos imitaron los anteproyectos de los grupos estelares sagrados
de siete, los cuales son la matriz para la Hueste del Cielo. Y al
iniciar a su simiente en estas regiones estelares tales como la Osa
Mayor, estos sistemas estelares se convirtieron en sus estaciones de
Medio-Camino que controlan la negatividad en los planetas
inferiores.
23 El siguiente nivel orbital evolutivo de creación trabaja
completamente con la Hermandad de Luz, no bajo los portales de la
Osa Mayor y la Osa Menor, sino bajo la dirección de Kimah y Kesil,
los umbrales de los Kuchavim, los universos estelares distantes.
24 Se llama a las inteligencias de estos universos distantes no sólo
para juzgar a la Tierra, sino además para juzgar a los dioses que
reinan en estas estaciones caídas del cielo. Nosotros, que también
estamos en el umbral entre los poderes espirituales y la humanidad,
seremos llamados a juzgar a los ángeles que han sido arrojados a
nuestra dimensión espacial durante esta limpieza del cielo, dando
cumplimiento a las palabras de I Corintios, donde dice: “¿No saben
ustedes que juzgaremos ángeles?”
25 El Gran Cazo representa el umbral que el Hombre debe vencer en
este planeta antes de ser liberado de la imagen de la conciencia del
Oso que emana formas-pensamiento de guerra v destrucción. Los
Señores de Mizor y Megrez han proyectado estas formas-pensamiento
para mantener a la humanidad de este planeta continuamente
involucrada en guerra y revolución.
26 Además, esta clave de los
siete umbrales de Luz habla de las guerras en las esferas
celestiales, entre los poderes espirituales de lugares encumbrados,
por el control de las razas Zohar que contienen los códigos del Adam
Kadmon. Las tazas Zohar son las contrapartes celestiales
evolucionadas del mismo anteproyecto original que gobierna la
evolución del alma en los planetas.
27 La contraparte planetaria
para el anteproyecto está constituida de los tres tipos básicos de
Hombre: los Xöikoi, la gente de barro que tiene la habilidad de
evolucionar pero (dentro de nuestro reino de creación) son
gobernados en gran medida por la química caída de este universo
físico (es decir, están bajo la influencia caída del Gran Cazo),
ajenos a las órdenes superiores de evolución estelar;
28 los Psiquekoi, la gente racional que sirve a las matemáticas de
las áreas circumpolares del Pequeño Cazo y del Gran Cazo, y que
“piensan en los dioses” sólo como manifestaciones mitológicas del
Mazzaroth, los doce signos del Zodíaco;
29 y los Pneumatikoi, los pocos que son escogidos para trabajar con
los Señores de Luz, que ven a las Pléyades como el Cazo Divino en
conjunción con las estaciones de Orión donde Miguel, Metatrón y
Melquizedec, con los 144,000 Señores de Luz administran a los
universos Hijo en el nombre de la Luz Viviente de
YHVH.
30 Porque ciertamente, grandes naciones y hermanos y hermanas del
pacto han ofrecido sacrificio a Kimah y Kesil, para que nuestra
creación pueda continuar en el nombre del Padre, a través de las
siete energías Divinas que forman tanto al alma en los cielos como a
las incorporaciones físicas en los cielos inferiores.
31 La ofrenda al Padre en Orión y las Pléyades fue dramatizada por
símbolos matemáticos especiales que muestran cómo los siete chakras
podrían trabajar juntos ofreciendo el Aliento Divino. Esta ofrenda
especial en tiempos antiguos codificaba simbólicamente siete toros
que tienen la cara estelar de Tauro-Orión y siete carneros que
tienen la cara estelar de las Pléyades.
32 Porque de las Pléyades
vendrá la cruz de la Redención a través de la imagen del Cordero de
Dios. Y el Cordero se sentará sobre el Trono de Dios y Él llevará la
espada de Luz que degollará las energías de los soles caídos y de
todos los que gritan blasfemias contra el Padre; los Hijos Paraíso y
el Espíritu Santo-Shekinah.
33 De este modo, las Pléyades y Orión dan las matemáticas para cada
sacrificio químico que se requiere en la vida, desde Génesis hasta Revelación. Y al final de
nuestro programa, los que porten la imagen del Cordero serán separados de los que lleven la imagen del
Oso (Osa Mayor) y del Dragón
(alfa Draconis), los poderes espirituales caídos que controlan la
antigua astronomía lineal de las ciencias Babilónicas, que fuerzan
al hombre a rendir homenaje a los cielos inferiores.
34 Con gran
exuberancia de acción de gracias, los Señores de Luz devolverán a
nuestra conciencia humana la conciencia del Sobreser, permitiéndonos
atravesar las cortezas bioquímicas de este mundo rodeado por masa
negativa. Simultáneamente, seremos reunidos en el aire para
encontrarnos con el Señor. Esto permitirá que nuestro vehículo
corporal sea juzgado tanto en términos de este mundo, así como por
su afinidad con el mundo de la conciencia espiritual superior -el
mundo del Cuerpo Sobreser Crístico.
35 Los que adoran a la Bestia con su astronomía y astrología de los
cielos inferiores y con sus imágenes matemáticas de luz esculpidas
son regresados para empezar su programa de conciencia una vez más.
36 Por lo tanto, vemos que las Pléyades reflejan las matemáticas de
los Señores de Luz en la creación de nuevos sistemas estelares y
nuevos sistemas solares.
37 Vemos a las Pléyades desde el unto de vista de la simiente
orgánica de los Pneumatikoi, el pueblo espiritual de la Raza
Crística. Y vemos a las Pléyades desde el punto de vista de los
sacrificios de Luz y Cosmología mayores.
38 Esta sexta clave muestra, entonces, de qué forma las luces
superiores pueden modular el universo físico que está controlado por
los campos de fuerza del ‘666’, para que los pensamientos puros de
los Maestros, que trabajan con las estrellas del principio ‘777’ en
el cúmulo de las Pléyades, tengan el poder para materializar nuevos
cielos y una nueva Tierra, para que las cosas pasadas ya no sean
recordadas.
39 En ese tiempo, el cuerpo Gematria liberado irá más allá de la
combinación del 777 conectando a la creación biológica inferior para
hacerse una con la Gematria de Jesús del ‘388’. Este cuerpo
liberado, asciende entonces, hacia los mundos trono Infinitos
superiores de las Muchas Moradas del Padre que son liberados para
reinar con el Cristo.
40 Este tremendo poder de la Deidad en el Nombre de
YHVH, resucita
hasta los reinos de las Tinieblas. Porque en ese tiempo, el espíritu
del Señor ya no contenderá con el Hombre, y los cielos del Kólob
serán revelados a los Hijos e Hijas justos del Cordero que estén en
temor reverente ante el Trono. Y con la Sabiduría mayor del Kólob
los justos caminarán con Dios como Enoc, y Dios enjugará todas sus
lágrimas, y ellos se pondrán la corona de Luz porque se convertirán
en el Cordero que fielmente ha cargado la Cruz de la Creación hacia
la Salvación.