por Javier Barros Del Villar 11 Noviembre 2012 del Sitio Web PijamaSurf
Esta ‘reprogramación
acelerada’ del entorno dibuja nuevos retos, requisitos
indispensables para recorrer el camino evolutivo. A lo largo de esta
serie de entregas repasaremos ciertas habilidades esenciales que
necesitamos para entonarnos con las exigencias de estos tiempos que
nos corresponden.
Hay quien postula que el fin último de la inteligencia humana es afinar la capacidad de predecir lo que está por acontecer.
Más allá de discutir si
esto es o no verdadera, lo cierto es que el anticipar sucesos trae
consigo múltiples beneficios que, en términos evolutivos, adquieren
un carácter fundamental - lo cual bien puede capitalizarse en áreas
tan disímiles como la ciencia, los negocios y el simple movimiento
corporal, pasando por la salud, la arquitectura y las relaciones
humanas.
Por otro lado, si
reflexionamos un poco en algunas de nuestras habilidades cotidianas,
desde correr hasta llevarnos una taza de té a la boca, podemos notar
que estas acciones resultan, a fin de cuentas, de una serie de actos
predictivos, armónicamente sintonizados, pero cuya precisión
automatizada nos hace desestimarlos como tales.
La detección y monitoreo de patrones es de algún modo nuestro mejor aliado no solo para practicar la futurología, en un sentido teórico, sino para llevar a cabo con mayor éxito la actividad más importante en nuestra vida cotidiana:
Relación entre predicción,
decisión e inteligencia
El ejercicio conlleva una relación comparativa entre una ‘nueva’ posibilidad y una referencia - la cual a su vez resulta de una síntesis de todas las experiencias anteriores que es pertinente considerar ante esa determinada circunstancia.
Debido a lo anterior,
entre más afinada esté nuestra capacidad de predecir, mejores
decisiones tomaremos, y por lo tanto, alcanzaremos un nivel más
selectivo de inteligencia.
De acuerdo con Leary, la
evolución humana requeriría indispensablemente de estos tres
factores, siendo el segundo, el incremento de inteligencia, el único
ingrediente explícitamente ligado con el desarrollo de una habilidad
determinada.
Este ejercicio es precisamente el que nos permite prevenir, y entender, las tendencias que habrán de dominar momentáneamente un determinado cause cultural, sin importar que hablemos de fashion, alimentación, inercias artísticas o practicas sexuales.
Y sobra decir que al
percatarnos del rumbo que adquirirá un cause antes de que se haya
consumado, entonces adquirimos la capacidad de diseñar estrategias
para montar exitosamente dicha ola.
En este sentido, el
anticipar se presenta como una esencial herramienta cognitiva que,
de ser cultivada, podría traducirse en un avance crucial en el
desarrollo evolutivo que la actualidad nos demanda.
Sin embargo, el afinar
nuestra inteligencia, ejercitando la predicción, sin duda nos rankea
en un mejor escaño no solo en la contienda por sobrevivir, también,
y sobretodo, en la posibilidad de vivir mejor.
Tal vez... |