por Santiago Limonche
- Terapeuta floral
y Mercedes García
- Bióloga- Terapeuta floral
Quizás me atrevería a decir, que una de las lecciones más difíciles de esta
vida es aprender a situarse en el lugar del otro.
Por ello, si hacemos un
esfuerzo en este sentido, podríamos llegar a darnos cuenta, que resulta
difícil imaginar el día a día de la persona afectada por la enfermedad de Huntington, pero si nos esforzamos aún mas, podríamos llegar a intuir las
dificultades emocionales por las que atraviesan los familiares, que viven de
manera directa la enfermedad del ser al que aman; es por ello, que queremos
dedicar especialmente este artículo, al entorno familiar del enfermo de Huntington.
Haciéndonos eco de algunas sugerencias por parte de la asociación, hemos
decidido escribir sobre los beneficios de esta Terapia, que esperamos y
deseamos, sirva para transmitir la inquietud por conocer el uso de las
esencias florales que conllevan modificaciones, en beneficio de un aumento
en la calidad de vida del entorno familiar.
La Terapia Floral representa dentro de las Medicinas Alternativas, un
capítulo muy importante. Y dentro de éste el sistema de Bach por sí sólo y/o
junto con otros sistemas (California, Bush, Nuevo Mediterráneo, Aureos...),
representa una de las prácticas que más beneficios puede aportar para curar
la salud a través de las emociones.
El Dr. Edward Bach fue un prestigioso médico homeópata, que ejerció durante
la primera mitad del siglo XX en Londres, y a él se le atribuye los famosos
remedios de esencias florales del Dr. Bach.
De una manera genérica, podríamos decir que dichas esencias tienen por
finalidad contribuir a la mejora de la salud a través de las emociones, pues
es el desequilibrio de las emociones, el que provoca los problemas de salud.
En realidad, si profundizamos más sobre algunos conceptos, podríamos decir
que las esencias florales actúan como remedios energéticos vibracionales,
por lo tanto, podríamos considerar el modo de actuación de las esencias
florales como medicina energética vibracional.
Adentrándonos en el concepto de la medicina energética vibracional, podemos
pensar que desde un punto de vista de la ‘’conciencia biológica’’, la visión
del ser humano puede resultar muy simplista, es decir, por un lado, el
hombre sabe de la existencia de un cuerpo, de sentimientos, de pensamientos,
e incluso en ocasiones se puede llegar a comentar la existencia de ‘’alma’’
y ‘’espíritu’’.
Pero bien es cierto que la realidad energética del hombre es más compleja,
por ello para entender la forma de actuación de las esencias florales, sería
interesante que repasemos algunos conceptos físicos; para ello, podríamos
decir que vibración es sinónimo de frecuencia y que las diferentes
frecuencias de energía son diferentes número de vibraciones por unidad de
tiempo.
Como sabemos la materia y la energía son dos manifestaciones
diferentes de una misma sustancia energética; así la materia que llamamos
física sería la densa (sería la perceptible por nuestro ojo) y
correspondería a una frecuencia más baja (o una vibración más lenta); la
materia que vibra a velocidad superior a la luz sería la materia sutil (no
es perceptible por nosotros). Así podemos deducir que la materia densa es
tan real como la materia sutil.
También a este cuerpo sutil se le llama campo electromagnético, el cual está comprobado que da soporte electrónico a
todas las células y aporta un sistema de frecuencias armónicas para su
correcto funcionamiento. De esta manera, podemos decir que somos redes de
campos complejos de energía en interfaz con los sistemas físicos/celulares.
A diferencia de los tratamientos convencionales con fármacos, que
actúan
exclusivamente en el plano físico de la patología celular, los patrones
energéticos contenidos en las esencias florales actúan sobre el ser humano
en los múltiples planos interactivos que hemos comentado.
De hecho, una alteración en las frecuencias armónicas de un sector
determinado del campo electromagnético, tiene como consecuencia una
alteración emocional, lo que conlleva una variación en las condiciones
energéticas del nivel fisiológico.
Es por ello, que una definición más exacta del alcance de las esencias
florales, es que contienen ‘’paquetes de frecuencia armónica’’ que escanean
y restauran las pérdidas de frecuencia correcta en los diferentes sectores
del campo electromagnético, lo que conlleva un cese de la emoción alterada,
y además la desaparición de las alteraciones energéticas a nivel fisiológico.
Un dato a considerar, es que la Organización Mundial de la Salud desde 1976,
reconoce la utilidad de las esencias florales en los procesos de
desequilibrio anímico y emocional, con una acción totalmente inocua y
complementaria a cualquier prescripción médica.
Señalar que existen multitud de aplicaciones terapéuticas, no obstante, nos
centraremos en los beneficios más directos, que el uso de las esencias
florales puede reportar en el entorno familiar.
- Para aprender a vivir sin el
stress, y sin la angustia que generan los
problemas de la vida cotidiana con los enfermos de Hungtinton.
- Para aquellos que se sientes agotados o desbordados por la situación.
- Para los que sienten temor o preocupación excesiva por lo que pudiera
pasarle al enfermo, conllevando una disminución en la ocupación real del
paciente.
- Para los que se mimetizan con el sufrimiento de estos seres queridos,
llegando a sentirlo como propio con la consiguiente angustia, dolor,
depresión... que a su vez, afectará al ámbito laboral, de pareja y personal,
y en una siguiente instancia a la calidad de atención física y emocional que
se le puede dar al paciente.
- Para la poca tolerancia, impaciencia, irritabilidad, ansiedad, culpabilidad
y depresión.
- Para el miedo a padecer la enfermedad y no atreverse a confrontar el test
predictivo pertinente, viviendo la situación con angustia e incertidumbre.
- Para el temor a la agresividad o descontrol del enfermo.
Y en general, para dar armonía y fortaleza en la crisis.
Es por todo lo expuesto, que consideramos que las esencias florales son un
regalo, adelantado a su tiempo, para que el ser humano halle la suficiente
paz interna que le posibilite encaminarse hacia el conocimiento de sí mismo.
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